Editorial de Jonatan Viale: "El kirchnerismo se debe callar la boca; si no, el muerto se ríe del degollado"

18:07 | Miércoles 19 de Febrero de 2025 | La Rioja, Argentina | Fenix Multiplataforma

Definición de estafador. Vamos a hablar de estafadores, ya que el tema está en boca de todos. Persona que emplea mentiras y promesas falsas como argumentos para convencer a su interlocutor con el propósito de estafarlo. Timador, defraudador, tramposo, usurpador, desfalcador, chorro. Me encantó. Me encantó la definición del estafador.

Ahora bien, ¿quién le dijo "estafador" al presidente en las últimas horas?

Estamos frente a lo que podría llamarse la mega estafa del siglo. No hay dudas sobre la conducta que se repite en estos casos. Milei es un estafador o es muy idiota, o es las dos cosas. Pero en todo caso, es la combinación de un boludo que se cree muy importante.

El Libra-Gate es una estafa vinculada a la recaudación electoral y al beneficio personal del presidente. Milei estafó a miles de personas y, lejos de asumirlo, lo justifica: dice que simplemente "invitó al casino" y que la gente jugó, apostó mal y perdió. Pero si uno analiza la sincronización de los hechos, cuesta creer que Milei no haya tenido conocimiento de la maniobra.

No hay estafa sin Milei. La gran estafa de Milei es la que está haciendo con los argentinos. Si su nombre y su imagen no hubieran estado en el centro de todo, esta estafa no habría sido posible.

El tema central es este: un presidente involucrado en una estafa.

Milei no construyó una escuela, no hizo una ruta, no generó empleo, no entregó remedios ni comida, no apagó incendios, pero se mandó la estafa más grande de la historia.

Pasaron ya cuatro días desde que estalló el escándalo y las dudas siguen creciendo. ¿Por qué el presidente promocionó, difundió y defendió un esquema que terminó siendo un fraude por más de 80 millones de dólares? Lo verdaderamente delicado no es el token en sí, que es un tema técnico. Lo grave es cómo estos delincuentes llegaron a la Casa Rosada.

Milei no pudo explicarlo en la nota. Con Caputo o sin Caputo, no quedó claro.

Ese es el punto clave: no es solo la estafa en sí, sino la pregunta que nadie responde: ¿quién llevó a estos delincuentes al despacho presidencial?

A esto se suma un dato aún más alarmante: según Cristina Pérez, hay un círculo que pide plata a cambio de acercar empresarios a Milei. Esto ya no es solo un problema de comunicación o transparencia, sino de gravedad institucional.

¿Quiénes están detrás de esto?

¿La hermana? ¿Caputo? ¿Adorni? ¿Algún ministro?

Si esto es cierto, no estamos ante un simple escándalo de corrupción. Estamos hablando de tráfico de influencias en la cúpula del Gobierno. Y si Milei no sabe lo que está pasando a su alrededor, entonces no está gobernando.

Ahora, dicho todo esto, es grotesco que el kirchnerismo hable de estafas.

Todos los que ahora critican a Milei se hicieron los pelotudos con la estafa kirchnerista.

Cristina Kirchner tuiteó: "Milei, te estás cayendo a pedazos."

La expresidenta, que gobernó el país durante años de saqueo, intenta ahora dar lecciones de moral. Cristina, usted no tiene ninguna autoridad para hablar de estafadores, porque si hay alguien que estafó a los argentinos, es usted.

Con gusto, señora delincuente, le contesto.

Sí, efectivamente soy colorado. Pero no soy chorro.

Esa es la gran diferencia.

Yo no maté a un fiscal.

Yo no maté a un fiscal que me denunció tres días antes por traición a la patria.

No sé qué es peor: ser colorado o matar a un fiscal.

Yo soy colorado, pero no me robé 2.000 millones de dólares.

Yo soy colorado, pero nunca estafé a los jubilados cobrándoles seis millones de pesos con la mentira de que vivía en Santa Cruz.

¿Se da cuenta la diferencia, Cristina?

Usted es morocha. A veces se tiñe de colorada. Pero sigue siendo chorra.

Esa es la diferencia.

Yo puedo equivocarme como periodista, pero nunca me robé 600 millones de dólares de las regalías de YPF.

Eso lo hicieron ustedes.

¿Quiere pruebas? Acá tiene.

"Ya están a disposición de la provincia los bonos por 600 millones de dólares."

Eso lo dijo Néstor Kirchner. Eso lo dijo su marido, Cristina.

El kirchnerismo no tiene autoridad para hablar de estafas, porque fueron la mayor estafa de la historia argentina.

Antes de la expropiación de YPF, la acción valía 40 dólares. Después de Kicillof, cayó a 9 dólares con 30.

El Estado ahora debe 16.000 millones de dólares por ese desastre.

¿Quién lo paga? Nosotros.

El kirchnerismo nos costó 50.000 millones de dólares.

¡Son estafadores!

Son el Gordo Valor hablando de ética ciudadana.

Son Barreda dando clases de convivencia familiar.

El kirchnerismo no puede hablar de estafas porque es una organización de estafadores.

Cristina, Kicillof, Lázaro Báez, Milagro Sala, Ricardo Jaime, Ricardo Echegaray, Julio De Vido, Picolotti, Boudou, José López, Samid, Guillermo Moreno, Urribarri, Felisa Miceli, Schiavi.

Todos condenados. No sospechados. Condenados.

Ahora, encima, Grabois dice que Milei se tiene que ir.

Sí, lo quieren echar. Creen que este escándalo es el momento justo. Pero ojo.

Cuando la oposición se sobregira, el efecto puede ser el contrario.

Ya pasó con Massa en el debate. Exageraron tanto los ataques que Milei terminó ganando el balotaje.

Cuidado.

Cuanto más piden la salida de Milei, más se refuerza el rechazo al kirchnerismo.

Por supuesto, el Gobierno debe dar explicaciones. Yo mismo no entiendo lo que pasó con Libra. Hay algo que no cierra.

Faltan aclaraciones. Y probablemente, algunas cabezas deban rodar.

Si hay pruebas de que el entorno de Milei cobraba por reuniones con empresarios, hay que investigarlo a fondo.

Pero el kirchnerismo se tiene que callar la boca.

Porque si no, el muerto se ríe del degollado.

Veo un museo de grandes novedades... Y el tiempo no para.