La OMS confirmó el avance de la variante NB.1.8.1, que circula en Asia, Europa y Estados Unidos. Aseguran que no es más grave, pero su rápida expansión obliga a reforzar la vigilancia internacional.
21:33 | Miércoles 28 de Mayo de 2025 | La Rioja, Argentina | Fenix Multiplataforma
Una reciente advertencia por parte de la Organización Mundial de la Salud (OMS) vuelve a poner en foco al Covid-19. A pesar de que la emergencia sanitaria internacional fue levantada hace más de un año, el virus continúa generando preocupación con el surgimiento de una nueva variante, denominada NB.1.8.1, cuya propagación acelerada ya ha captado la atención de los principales organismos de salud del planeta.
Este nuevo linaje del SARS-CoV-2 ya representa aproximadamente el 11% de los casos secuenciados en todo el mundo, con un aumento sostenido, especialmente en regiones del Pacífico occidental y países asiáticos. Aunque las autoridades aún consideran bajo el nivel de riesgo global, los especialistas advierten que el escenario requiere atención y preparación, ya que el virus continúa adaptándose.
El primer informe oficial sobre NB.1.8.1 fue emitido por la OMS el pasado 23 de mayo, cuando se la clasificó como “variante bajo vigilancia”. A partir de entonces, se identificaron contagios en viajeros procedentes de China continental y Hong Kong que ingresaron a Estados Unidos por aeropuertos como los de California, Virginia, Washington y Nueva York. También se confirmaron infecciones en España, lo que evidencia su expansión intercontinental.
Desde el Instituto de Salud Carlos III, en base al análisis de los primeros contagios detectados en ciudades como Madrid y Barcelona, estiman que la circulación comunitaria podría iniciarse entre la segunda y tercera semana de junio, coincidiendo con la llegada del turismo de verano en Europa.
Qué se conoce hasta ahora
Expertos de China comenzaron a alertar a comienzos de año sobre modificaciones relevantes en la proteína de la espícula del virus, específicamente las mutaciones T478I y F456L. Estas alteraciones aumentan la afinidad del virus por las células humanas, lo que le da una ventaja evolutiva respecto a variantes anteriores como LP.8.1. Esa capacidad mejorada podría explicar su rápida propagación.
Si bien el número de hospitalizaciones ha crecido en algunos países del Pacífico, los cuadros clínicos no presentan mayor severidad, según indica la OMS. Además, estudios preliminares con sueros de personas inmunizadas reflejan una leve disminución en la eficacia de los anticuerpos, pero las vacunas actuales —en especial las desarrolladas para JN.1 y KP.2— parecen conservar su efectividad para prevenir formas graves de la enfermedad.
En territorio español, el Ministerio de Sanidad analiza adelantar la campaña de refuerzos para personas mayores de 60 años y trabajadores de la salud. También se han intensificado los controles genéticos en los aeropuertos de Barajas y El Prat, además del monitoreo de aguas residuales, una herramienta clave para detectar brotes de forma anticipada.
“La sensación de haber superado la pandemia no debe traducirse en desatención”, subrayó la viróloga Lara Herrero, de la Universidad Griffith, quien recomendó continuar con medidas como la ventilación de ambientes cerrados, el uso de barbijos en centros sanitarios y la realización de test ante síntomas sospechosos.
¿Llegará a nuestro país?
Hasta el momento, no se han reportado casos confirmados de NB.1.8.1 en territorio nacional, pero los antecedentes de expansión de otras variantes indican que podría llegar en las próximas semanas a través de vuelos internacionales, en especial desde Estados Unidos o Europa. El patrón habitual muestra que el virus necesita entre 10 y 14 días para pasar de los aeropuertos a la circulación comunitaria.
Frente a esta posibilidad, las autoridades sanitarias insisten en completar los esquemas de vacunación, mantenerse informados a través de los canales oficiales y no abandonar las medidas básicas de cuidado.
Aunque la nueva variante no parece ser más letal, su velocidad de diseminación exige respuestas rápidas y coordinadas. El Covid-19 aún no ha sido derrotado: continúa transformándose, y la prevención sigue siendo nuestra mejor defensa.
