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El ex arquero de River hizo la diferencia en la tanda desde los 12 pasos ante Argentinos que le dio el título a la Lepra: dos veces le adivinó el remate a Tomás Molina
Jueves 06 de Noviembre de 2025
09:00 | Jueves 06 de Noviembre de 2025 | La Rioja, Argentina | Fenix Multiplataforma
Independiente Rivadavia aguantaba la ventaja 2-1 en la final de la Copa Argentina en Córdoba ante Argentinos Juniors, cuando el arquero Ezequiel Centurión, que venía siendo figura, se lesionó tras chocar con Tomás Molina, a quien le había tapado un buen cabezazo. No pudo seguir, y su salida le añadió una cuota de tensión a la definición. En su lugar, frío y en un momento clave, entró Gonzalo Marinelli. Siete minutos después, Erik Godoy marcó el 2-2 y llevó la batalla a los penales...
No era el mejor panorama para el arquero surgido de River Plate, de 36 años. Sin embargo, se convirtió en héroe impensado en la definición desde los 12 pasos, que a Lepra terminó ganando por 5 a 3. Es que el guardameta contuvo el remate de Molina... Dos veces. Y le dio la chance del match point a Sebastián Villa, que no perdonó y cerró la llave, para darle al elenco mendocino su primer título de élite en la historia.
Sheyko Studer había firmado el 4-3 con un remate furioso y le tocaba a Molina, artillero del Bicho. El ex Ferro pateó levemente a la izquierda del portero, que casi siempre se había arrojado a la derecha, pero esta vez adivinó la intención. En medio de los festejos, Marinelli se enteró de que su volada quedaba invalidada.
Es que la tecnología le indicó a Nicolás Ramírez que ninguno de los dos botines del portero tocaba la línea de meta al momento de la ejecución. Por eso, se repitió el disparo. Molina tuvo la chance de redimirse y eligió el palo derecho, pero otra vez el guardameta olfateó la intención. Y contuvo el penal bis.
La repetición del penal había desatado las protestas, sobre todo porque el conjunto cuyano ya venía enojado con el arbitraje por las expulsiones de Osella y Amarfil, más el incidente entre Alfredo Berty y Hernán López Muñoz, que derivó en la roja al técnico y su enfrentamiento con Ramírez y Llobet, el cuarto árbitro.
Pero la aparición de Marinelli, aún sin ritmo de partido, dejó en segundo plano las polémicas. El golero logró su segunda Copa Argentina: ya había celebrado una con Huracán en 2014. En su palmarés también ostenta sendos ascensos a Primera con River y Tigre, y una Copa de la Superliga con el Matador.
El guardameta, que supo integrar las selecciones juveniles de Argentina, también registra pasos por Atlético de Rafaela y Colón, y fue Tigre la institución que más oportunidades le dio. En Mendoza es suplente de Ezequiel Centurión, otro producto de la cantera del Millonario. Pero se le abrió una puerta en el momento más efervescente de la final de la Copa Argentina. Y no la desaprovechó.
“Centu está espectacular, a veces no te toca jugar. Por suerte salió a favor, estos momentos llegan y son un premio”, comentó el héroe, ya con la medalla en el cuello. “Sabía que Tomi (Molina) pateaba al medio, por eso elegí quedarme. Y después pensé que la cruzaba y se dio. Cuando lo anuló la primera vez me quería morir”, detalló sobre su participación en la jugada trascendental.
Es un plantel que quiere crecer, tiene hambre. Mas allá de ganar la Copa Argentina, tuvo un buen año. Para el club es histórico, esto es gloria eterna. Se lo dedico a mi hija, a mi familia y a mi novia que me apoya“, concluyó, visiblemente emocionado.
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