El diputado nacional de Unión por la Patria Santiago Cafiero aseguró hoy que el gobernador bonaerense, Axel Kicillof, es quien “tiene mayor plasticidad” para “conformar un frente electoral para ganarle al presidente Javier Milei, a quien calificó como un ”payaso fascista".
“El que tiene más plasticidad para conformar un frente electoral, para ganar las elecciones, es Kicillof. Hoy lo veo con esa tesitura, con esta idea del movimiento del futuro, más movimientista. Axel está expresando que la mejor estrategia para ganarle a Milei no es la de el núcleo duro, sino la de abrir en un gran frente electoral”, sostuvo el dirigente opositor.
El ex jefe de Gabinete de Alberto Fernández recibió a la Agencia Noticias Argentinas en su despacho y, entre otras definiciones, consideró que para volver a gobernar el país el peronismo tiene que “trazar una estrategia ganadora como la que tuvo en el 2019”.
“Yo creo que al peronismo lo tiene que representar el que gane. En el 2019 llevamos al candidato al que podía ganar. Y armamos una fórmula para ganar", recordó Cafiero.
Y agregó que “teniendo en cuenta el aprendizaje del gobierno del Frente de Todos” hay que incorporar “un mecanismo claro de resolución de controversias internas” para evitar que “a la gestión se la termine llevando la canaleta de la interna”.
Sobre Milei, señaló que “es una suerte de payaso fascista” que “cancela cualquier tipo de opinión diversa” con “descalificaciones violentas”.
Peronismo y elecciones
¿La descarnada interna que desgarró al Gobierno del Frente de Todos se repite ahora al interior del peronismo?
Hay algunos compañeros de nuestro espacio que solo cobran relieve público si critican a otros compañeros. Por eso algunos compañeros nuestros se esfuerzan más por criticar a dirigentes del propio espacio que de criticar a Milei, o a Patricia Bullrich o a las políticas neoliberales que están llevando adelante.
¿Qué debe hacer el peronismo para tener chances de volver a gobernar en 2027?
Tenemos que construir nuevamente un proyecto nacional. El último proyecto nacional es el de la salida de la Convertibilidad, que era un proyecto distributivo, de políticas sociales, con los commodities que en ese momento tenían un valor alto y entraban recursos fiscales por las exportaciones. Era otro mundo. Ahí se pudo construir un proyecto nacional. Nosotros en el 2019 llegamos con la idea de construir nuevamente un proyecto de producción, de trabajo, un proyecto distributivo distinto. Pero finalmente todo el esfuerzo estuvo vinculado a gestionar la pandemia y entonces terminó siendo un gobierno de mucha excepcionalidad. El nuevo proyecto nacional tiene que tener una planificación y debe ser realizable, algo que se pueda hacer. Tiene que haber plazos.
¿En este 2025 se le puede ganar al oficialismo?
Sí, yo creo que sí. El oficialismo dice que le está yendo espectacular. Lo repiten a viva voz por todos lados. Pero salen corriendo a buscar la plata del FMI. Ningún país que le está yendo muy bien sale corriendo atrás del FMI cuando todos sabemos que es el prestamista de última instancia. Lo que están yendo a buscar es más deuda.
De cara a las elecciones, ¿en el peronismo hay que buscar una renovación de los intérpretes o echar mano a los viejos liderazgos que demostraron ser efectivos en el pasado?
Yo creo que al peronismo lo tiene que representar el que gane. En el 2019 llevamos al candidato al que podía ganar. Y armamos una fórmula para ganar. Me parece que acá hay que trazar una estrategia ganadora como la que tuvimos en 2019. Teniendo en cuenta el aprendizaje del gobierno del Frente de Todos, tenemos que hacer lo mismo con un mecanismo claro de resolución de controversias internas. Porque no nos puede pasar lo que nos pasó en el último gobierno, cuando el peronismo terminó siendo parte de ese espectáculo que era entretener a la gente.
¿Y se puede hacer eso con los dos principales referentes del peronismo enfrentados: Cristina Kirchner y Kicillof?
En el 2019 yo fui jefe de campaña, te puedo garantizar que fue una campaña compleja. Pero le ganamos a Macri. ¿Sabés cómo le ganamos? Con todo el peronismo alineado, con un solo objetivo que era sacarlo a Macri y no tener la razón de viejas discusiones. En el 2019, Macri contaba con el apoyo de la región, fundamentalmente de Brasil con el apoyo de Donald Trump, con el apoyo del FMI, con la ciudad de Buenos Aires y con el gobierno de la provincia de Buenos Aires. Y los medios de comunicación. Y el peronismo le ganó, con lo cual se le puede ganar al Gobierno con un nuevo frente anti Milei.
¿Eso no sería un rejunte al estilo Unión Democrática?
No, de ninguna manera. Tenemos que tener es una lectura mucho más precisa de lo que es la realidad hoy en el mundo y en la región, y tiene que ver con que las extremas derechas llegaron para quedarse. Vimos el fin de semana como Bolsonaro volvió a hacer campaña y congregó a un montón de bolsonaristas. ¿Por qué? Porque más allá de Bolsonaro, el bolsonarismo existe. Por eso Lula, cuando se propuso ganar esa elección, lo que se propuso es hacer un frente lo más amplio posible para ganarle al autoritarismo brasilero expresado por Bolsonaro. Acá tenemos que hacer lo mismo, que es buscar un acuerdo entre la mayoría de los espacios políticos a los que quieran ganarle a Milei. Y consensuar un programa.
¿Dentro del peronismo a quién ve mejor posicionado para liderar ese frente anti Milei?
El que tiene más plasticidad para conformar un frente electoral, para ganar las elecciones, es Kicillof. Hoy lo veo con esa tesitura, con esta idea del movimiento del futuro, más movimientista. Axel está expresando que la mejor estrategia para ganarle a Milei no es la de el núcleo duro, sino la de abrir en un gran frente electoral.
El Gobierno de Milei
Hay sectores del peronismo que caracterizan a este gobierno como “fascista” y otros que no le dan esa entidad. ¿Usted cómo lo define?
Es fascista, absolutamente. Es un gobierno que cancela cualquier tipo de opinión diversa con un presidente que hace descalificaciones violentas. Con su lenguaje violento busca cancelar el debate. Cuando se utiliza la violencia es porque se quiere cancelar la opinión del otro. Milei es una suerte de payaso fascista que al hacerse el histriónico logra cierta atención pública en términos locales y también internacionales. Lo hace de muy mal modo. En la exposición de Davos cuando hizo referencia a la cuestión de las diversidades sexuales quedó como un ridículo.
¿Milei tiene un proyecto nacional?
Milei expresa un modelo de gestión que viene a romper todo y solamente a garantizar algo que ya estaba que es la concentración de la riqueza de unos muy poquitos que están vinculados al neoliberalismo financiero. El programa no tiene ningún elemento de distribución social. El programa económico es la recesión. Porque la baja de la inflación es una consecuencia de la recesión. Milei se está llevando puestos las instituciones de la República. Lleva adelante un modelo absolutamente extranjerizante. Está llevando adelante la política donde se reprime a los jubilados, se reprime la protesta social. Es un gobierno antipopular, antiperonista, antidemocrático. El proyecto de él no tiene ningún elemento que cohesione a la sociedad argentina, no tiene ningún elemento patriótico al revés, es extranjerizante. Milei viajó más veces a Estados Unidos que a cualquier provincia argentina. Eso no es un proyecto nacional, eso es un proyecto de unos pocos que termina, va a terminar mal, no termina bien.
¿Milei tiene crisis de gobernabilidad?
No, creo que no tiene crisis de gobernabilidad. Lo que sí creo es que tiene un gran problema porque no le cierran los números de la macroeconomía. Él se decía experto en crecimiento con y sin dinero. Mirá cómo le fue con Libra, que es la única inversión que promovió. De mínima es partícipe necesario de una estafa.
¿Cómo cree que impactó el escándalo Libra en la imagen de Milei?
De Libra para acá, él no para de caer en las encuestas. Hay algo ahí que evidentemente tocó una sensibilidad de un núcleo blando que eran votantes de él que se le están yendo porque ha demostrado que es un estafador.
La experiencia del Frente de Todos
¿El Frente de Todos no tuvo oficialismo?
Salvo en un periodo de la pandemia, fue muy difícil construir un oficialismo que defienda al gobierno en los momentos adversos que teníamos, por ejemplo con corridas cambiarias, con operaciones de los grandes fondos de inversión o de los medios de comunicación. Si vos no tenés un oficialismo cohesionado que te permita sostener una narrativa política, perdés la opinión pública y eso fue lo que nos pasó. Nosotros carecíamos de ese oficialismo y perdimos la opinión pública, en gran parte por las internas y no por la gestión. Nosotros bajamos la desocupación del 13 al 5 y pico por ciento.
¿El actual Gobierno sí tiene oficialismo?
Milei tiene un oficialismo cohesionado y por eso todavía tiene una opinión pública que lo acompaña. Eso lo logra por muchas razones, pero no por las razones de su éxito en la economía porque no hay ningún éxito en la economía. Ese acompañamiento en la opinión pública en algún momento se acaba porque después están los resultados materiales. Nadie vive de narrativas y nadie vive de un sentimiento volátil de la opinión pública.
Bajó la inflación…
Pero a partir de una recesión que genera aumento de la desocupación, que genera destrucción de las pymes.
¿A quién le cabe la responsabilidad por no haber podido construido un oficialismo?
A todos. Evidentemente hubo un sector preponderante (el kirchnerismo). Pero también hubo una responsabilidad política de Alberto o de un sector del peronismo no kirchnerista que estábamos dentro del Gobierno. La responsabilidad es de todos los que tuvimos un cargo o una responsabilidad de gestión o responsabilidad política protagónica. Y esta observación es justamente para que el peronismo no lo repita. No es una observación para buscar culpables. A mí no me interesa hacer la exhumación de lo que fue el Frente de Todos o la autopsia del Frente de Todos. Lo que sí creo yo, como peronista, es que no tenemos que cometer esos mismos errores, porque al final a la gestión se la termina llevando la canaleta de la interna. Eso es lo que no hay que dejar que suceda. Y lo digo en un momento donde muchos compañeros todavía siguen con mucho rencor con lo que fue el Frente de Todos.
¿Por qué no se pudo consolidar la autoridad presidencial?
Me parece que hubo un momento de mucha autoridad presidencial que fue el momento de la pandemia. Nadie puede negar eso. Ni los máximos opositores te niegan que en ese momento el gobierno tenía una conducción clara el gobierno tenía políticas claras: el IFE, la ATP, los subsidios para los monotributistas, las tasas subsidiadas, la compra de vacunas la ampliación de hospitales modulares. Nadie puede decir que ahí no había ni gestión pública y mucho menos que no había una conducción. Ahí hay una narrativa fuerte porque había cohesión en el gobierno y después se perdió la cohesión con la interna.
Después el kirchnerismo empezó a hacer oposición dentro del oficialismo…
Había un sector del kirchnerismo que tenía otra expectativa con respecto a la gestión. Pero habían límites en la gestión que imponían hacer otras acciones, sobre todo vinculados a la cuestión internacional de la Argentina La Argentina ya no resistía las fórmulas de hasta el 2015. El país ya había cambiado. La Argentina del 2020, 2021, 2022 no era la Argentina del 2015, mucho menos la del 2011.
¿Cuál fue el punto de quiebre en la relación?
Las renuncias de ministros fueron un elemento que lo único que hizo fue agravar una situación de crisis en el gobierno y la solución debía haber sido otra. La solución tendría que haber sido una mesa componedora, trazar objetivos políticos.
