Alberto Fernández se encuentra nuevamente en el ojo de la tormenta judicial y, en un intento por ganar tiempo, ha lanzado una maniobra legal en su defensa. El expresidente busca apartar al juez federal Julián Ercolini del expediente donde Fabiola Yáñez lo acusa de violencia de género, alegando razones de imparcialidad.

La causa, que se originó a partir de un chat entre Yáñez y la exsecretaria María Cantero, ha tenido varias complicaciones para Fernández, quien ya había solicitado anteriormente la nulidad de la indagatoria en la causa “Nación Seguros”. En esta oportunidad, su abogada, Silvina Carreira, expondrá en una audiencia ante la Cámara Federal Porteña los argumentos para que Ercolini sea apartado. La letrada cuestiona que el juez sea tanto "juez como denunciante" en el caso y define el sorteo de Ercolini para liderar la causa como una "maravilla del azar".

Además de la recusación, el exmandatario solicitó que el caso se tramite en el fuero Penal Contravencional de la Ciudad de Buenos Aires, argumentando que los hechos de violencia de género deberían estar bajo la jurisdicción porteña, en lugar de en los tribunales federales de Comodoro Py.

Esta maniobra se suma a los intentos previos de Fernández de mover la causa a otras jurisdicciones. En agosto, fracasó en su intento de que el expediente se trasladara a la justicia federal de San Isidro, y meses más tarde también falló al tratar de apartar al fiscal Ramiro González por supuesta falta de objetividad.

El objetivo de Fernández parece ser, principalmente, ganar tiempo para preparar su defensa en el caso. Si la Cámara Federal Porteña rechaza su solicitud, aprovecharía la feria judicial para preparar un mejor descargo y continuar con la estrategia de impugnar las denuncias contra las personas que lo acusan de falso testimonio. Mientras tanto, el expresidente sigue centrado en sus esfuerzos para navegar las aguas turbulentas de la justicia en su último año de mandato.

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