Preocupación: desapareció el socio de Julian Assange y nadie sabe qué ocurre

11:28 | Martes 04 de Septiembre de 2018 | La Rioja, Argentina | Fenix Multiplataforma

Sus últimas trazas comprobadas lo ubican en Noruega, desde donde el 20 de agosto había dado noticias. Luego el silencio, que a estas horas alimenta el miedo, las sospechas y las teorías más o menos conspirativas.

La alarma fue lanzada por Ancilla Van De Leest, "pasionaria" del partito de los Piratas en Holanda, paladina de la tutela de los datos personales y amiga de larga data de Arjen que tuiteó las primeras información sobre la "desaparición". "Los amigos, los colegas y la familia están muy, muy preocupados. Difúndanlo, se los ruego", escribió.

Según la activista, Kamphuis el 20 de agosto dejó su habitación en un pequeño hotel de Bodo, en el extremo norte de Noruega, con una reserva para un billete ferroviario rumbo a Trondheim. Pero nadie lo vio subir a ese tren. Y mucho menos descender después de las 10 horas de viaje.

El temor dio entonces paso a la angustia. Luego sobrevino la denuncia y la policía entonces abrió una investigación. Por el momento los investigadores noruegos carecen de pistas sobre su paradero. Wikileaks, a través de su propio perfil de Twitter, subrayó extrañeza en torno al hecho y se hizo eco de las inquietudes.

En internet florecen en tanto escenarios de todo tipo. Hay quien por ejemplo sospecha que el experto en cyberseguridad -coautor entre otros de un artículo sobre el nuevo periodismo de investigación titulado "Information Security for Journalists"- haya sido "eclipsado" por una "misión secreta". Quizás en Dinamarca, donde alguien dijo haberlo visto en Ribe entre el 28 y el 29 de agosto, más allá de la ausencia de confirmaciones oficiales o evidencias.

Otros apuntan la mira a Estados Unidos y la CIA, enojados con Assange y sus aliados por la difusión por parte de Wikileaks en 2010 de una serie de embarazosos documentos diplomáticos secretos. Pero también hay espacio para quien imagina una desventura banal en la montaña, describiendo a Kamphuis como un apasionado escalador.

En espera de elementos concretos que respalden la tesis de un incidente (o un alejamiento voluntario), las dudas se tornan inevitables. Incluso en la web hay quien evoca un posible mensaje transversal hacia Julian Assange: casi como una advertencia, que se suma al hecho de que el presidente ecuatoriano, Lenin Moreno, lo tiene en la mira tras seis años de asilo-prisión en la sede diplomática de Quito en Londres.