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Hugo Moyano se ilusiona con una visita del papa Francisco a la Argentina y ya piensa en concretar un encuentro

El camionero quiere tomar mate con el Santo Padre. Cavalieri acaba de visitarlo. La relación del Sumo Pontífice con el gremialismo argentino.

Sábado 19 de Octubre de 2019

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10:40 | Sábado 19 de Octubre de 2019 | La Rioja, Argentina | Fenix Multiplataforma

“Estamos gestionando para que Hugo Moyano por fin se encuentre con el Papa Francisco el año que viene, cuando el Sumo Pontífice visite el país si Alberto gana las elecciones”. La sentencia fue pronunciada ante Infobae esta semana por uno de los principales lugartenientes del líder camionero.

¿La afirmación será una certeza o un deseo?

Por el momento dos hechos son objetivos. Los voceros del Vaticano no confirmaron el viaje de Jorge Bergoglio a la Argentina; y aún la fórmula presidencial Alberto Fernández-Cristina Fernández de Kirchner no desplazó de la Casa Rosada a su actual inquilino, Mauricio Macri, quien busca su reelección.

Quien sí fue recibido días pasados en la residencia de Santa Marta por el ex arzobispo de Buenos Aires fue Armando Cavalieri, el legendario secretario general de los empleados de Comercio.

“El Gitano” ya lleva 33 años al frente del gremio, y es quien maneja en las sombras a la CGT, gracias al equilibrio que mantiene con el resto de sus pares.

El poder de Cavalieri dentro de la Confederación General del Trabajo -liderada por Héctor Daer (Sanidad) y Carlos Acuña (Estaciones de Servicio)- reside en la cantidad de congresales que tiene dentro de la central obrera, ya que su gremio, con más de un millón de afiliados, es el más numeroso.

El encuentro con el Papa no fue difundido. Tampoco se publicaron fotos. No lo necesita. Él, junto a José Luis Lingeri, el secretario general del Sindicato Gran Buenos Aires de Trabajadores de Obras Sanitarias (SGBATOS); tienen una estrecha relación con Bergoglio granjeada hace más de 20 años atrás.

El ex interventor de la Administración Nacional del Seguro de Salud (ANSSAL) no necesita engorrosos trámites para ingresar a la Santa Sede a ver a Francisco.

De hecho, y tal como lo relata el semanario católico español Alfa y Omega, Luis Liberman, el profesor en Antropología y hombre de estrecha confianza de Lingeri, “es uno de doce los invitados especiales del Sínodo de los Obispos sobre la Amazonía junto, entre otros, al ex secretario general de la ONU Ban Ki Moon y el ganador del Premio Nobel de la Paz 2007, Carlos Alfonso Nobre”.

El sínodo se desarrolla en el Vaticano hasta el 27 de octubre.

La relación entre Cavalieri y el jesuita tiene antecedentes de enorme peso.

Hay que remontarse a los años ’90, década en la que el entonces presidente Carlos Saúl Menem le había solicitado a la Iglesia ser “mediadora” en los conflictos gremiales y sociales que se habían levantado contra las privatizaciones.

Pocos lo recuerdan, pero en ese marco Menem le cedió a un precio más que ventajoso al gremio de Cavalieri una serie de terrenos ubicados en Avenida Costanera Rafael Obligado al 5700, en CABA, donde el gremialista armó Tierra Santa, el primer parque temático religioso del mundo.

“Cuando se lo conté a monseñor Bergoglio, me dijo que era un ‘milagro’ y lo declaró de interés religioso”, recuerda Cavalieri que le dijo el ahora Papa Francisco.

“Los Gordos” al Vaticano

El Vaticano es el Estado independiente más pequeño del mundo. Tiene solo 44 hectáreas, pero su poderío lo convierte en uno de los países más influyentes del mundo. Lo habitan unos 800 ciudadanos que no pagan impuestos. La Santa Sede es un ejemplo único de la supervivencia del modelo de ciudades-Estado del medievo. Los líderes del planeta pujan por estrechar su mano con el Sumo Pontífice. Desde el 13 de marzo de 2013, fecha en que los cardenales menores de 80 años votaron porque Jorge Bergoglio fuese el representante de San Pedro en la Tierra, políticos y gremialistas argentinos reavivaron su entusiasmo por recibir la bendición del Papa Francisco.

Muchos de ellos, especialmente dos denominados “Gordos de la CGT”, o del sindicalismo argentino, ya fueron fotografiados junto a Francisco y conservan ese retrato como preciado trofeo.

A diferencia de su hijo Pablo, Moyano padre aún no fue recibido en audiencia privada por el cura jesuita.

El líder sindical, que es evangélico, desea con fuerzas estrechas las manos del descendiente de emigrantes piamonteses en el país.

Se lo hizo saber, con una humorada, el propio camionero a monseñor Marcelo Sánchez Sorondo, el 14 de septiembre pasado.

Es día, el enviado del Papa a la Argentina, se reunió a puertas cerrada en la sede que Camioneros tiene en Capital Federal, para participar de un encuentro organizado por la Multisectorial 21F, tal como informó Infobae.

Después del cónclave, en el que se deliberó sobre pobreza, desempleo, hambre y corrupción; Hugo Moyano le dijo a Sánchez Sorondo que quería “terminar de tomar unos mates con Francisco”.

Entre risas, ambos recordaron que en junio de 2007, durante la “semana social” convocada por la Comisión Episcopal de la Pastoral Social, y que se desarrolló en Mar del Plata, el entonces cardenal Bergoglio había tomado la palabra, delante de los popes sindicales -Moyano era el secretario general de la CGT- los invitó a “ponerse el overol” y pelear por mejores salarios para los trabajadores que representan.

En un momento determinado, el actual Papa, miró hacia un constado y observó que el camionero tenía un mate en la mano y dijo al micrófono: “Hay algunos que toman mate solos”.

Sorprendido, Moyano le sirvió un amargo y se lo acercó. Los fotógrafos, rápidos de reflejos, tomaron la impresión que aún hoy cuelga de una de las paredes del “comedor infantil Pequeños camioneritos” que funciona en el barrio porteño de La Boca.

A esos mates se refería Hugo Moyano cuando le envió el mensaje a Francisco a través de monseñor Sánchez Sorondo.

Moyano y Francisco suelen hablar por teléfono. Uno y otro tienen un puente que los une, Gustavo Vera, el referente de la organización La Alameda, y amigo personal del sacerdote.

Sin embargo, hasta el año 2015, la relación entre uno y otro se había enfriado. De hecho no tenían comunicación desde que Bergoglio había llegado al papado.

Pero, a partir del 5 de mayo de 2015, algo cambió, y no solo porque en un puñados de meses más Cristina Fernández de Kirchner dejaría de ser presidenta, y la reemplazaría Macri.

Ese día, Pablo Moyano fue recibido por el Santo Padre en Santa Marta y le regaló una camiseta de Independiente (padre e hijo conducen el club de Avellaneda).

Aprovechando que Pablo llamó desde su celular a su padre para contarle que ya le había obsequiado la casaca del diablo rojo al Papa, este le pidió el teléfono y cruzo una corta conversación.

Moyano, incluso, le llegó a decir algo que Bergoglio ya sabía, en ese momento estaba reunido con integrantes de la Pastoral Social.

Fuente: Infobae

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