Sociedad

“Pareciera que no existimos": el drama de los argentinos varados en los países donde no llegan vuelos de repatriación

Están en Tailandia, Ecuador y el Principado de Andorra., entre otros. Son lugares donde Aerolíneas Argentinas no cuenta con vuelos directos, por lo que se dificulta aún más el rescate.

Sábado 04 de Abril de 2020

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10:40 | Sábado 04 de Abril de 2020 | La Rioja, Argentina | Fenix Multiplataforma

A pesar del cierre total de las fronteras que rige hasta el 12 de abril, un decreto presidencial habilitó la llegada de hasta dos vuelos del exterior por día para que los argentinos varados en distintas partes del mundo puedan regresar sus hogares.
 
 
Mientras que Cancillería enfoca su rescate en los que se encuentran en Cuba y Perú, donde la situación “es realmente complicada” -admiten desde el Gobierno- crece la desesperación de los que están en Ecuador, Costa Rica, Tailandia, India y Nueva Zelanda, entre otros país, por la falta de respuesta oficial.
 
 
“¿Por qué no somos prioridad para el Gobierno?”, se preguntó Lucas Blenda, quien forma parte de los 600 argentinos aislados en Ecuador que se ven imposibilitados para volver a la Argentina desde el 15 de marzo, que fue cuando cancelaron todos los vuelos en Quito.
 
 
Organizados en un grupo de Whatsapp, comparten información, historias y hasta se dan ánimo ante la adversidad. A ninguno les resulta fácil y más a aquellos con problemas serios de salud. Agustina Llobera es una de ellas. Es inmunosuprimida, padece la enfermedad de Cronh (enfermedad intestinal inflamatoria crónica que afecta el recubrimiento del tracto digestivo) y está a punto de quedarse sin medicamentos.
 
 
“Estoy con tratamiento oral y endovenoso, no tengo muchas defensas. Por suerte traje pastillas para una semana más pero se me terminan este sábado. A mediados de abril debería retomar el tratamiento endovenoso y hacerlo acá sería peligroso porque requiere de internación ambulatoria”, contó la joven, que ya se contactó con la Embajada, su prepaga, la asistencia al viajero y fundación ecuatorinas para tratar de conseguir las las pastillas. “Me levanto y me acuesto pensando en lo mismo. Estoy tratando de mantener la calma pero todo esto me saca la poco energía que me queda”, se lamentó.
 
 
Ayelén Pagliaro tampoco encuentra consuelo. Su madre sufrió un infarto la semana pasada y se encuentra en terapia intensiva en una clínica de Buenos Aires. “Estaba lo más bien, no tenía ningún antecedente cardíaco. El 30 de marzo me llamó mi hermana para contarme y se me vino el mundo abajo. Lo único que quiero es estar con mi familia y abrazar muy fuerte a mi mamá. Me muero si le llega a pasar algo y no puedo estar allá”, relató. “Necesitamos que nos escuchen y no nos abandonen. El sistema de salud acá está colapsado y la Embajada no se está moviendo para ayudarnos”, alertó.
 
 
Frente a estos reclamos, Cancillería admitió a Infobae que “en los países donde no hay vuelos directos de Aerolíneas Argentina la operatoria se complica porque deben respetar las restricciones propias de cada lugar”. Sin embargo, reconoció que “el Gobierno le está prestando especial atención a lo que sucede en Ecuador, donde hay desborde de la pandemia”. En sus planes está la puesta en marcha de un “programa de asistencia económica para los que están allá”.
 
 
En Tailandia hay alrededor de 400 argentinos, sin sumar a la gente que quedó varada en países como Camboya, Indonesia, Filipinas, Birmania o Laos. “Como esos países no tienen rutas internacionales importantes necesitaban entrar a Tailandia, que cerró sus fronteras a fines de marzo. Algunos están en una situación más crítica ya que quedaron atrapados en islas remotas y no tienen posibilidad de regresar al continente”, graficó Federico Wechsler, quien se convirtió en el portavoz de este grupo del sudeste asiático.
 
 
“El Gobierno argentino está muy enfocado en repatriar a las personas que están dentro de las rutas que ellos manejan. Nosotros ni siquiera estamos contemplados en un plan remoto de asistencia. Nadie dijo que pensaban venir por nosotros, ni nos mencionan. Pareciera que no existimos”, se indignó.
 
 
Los varados en Tailandia tenían pasaje de vuelta entre fines de marzo y el 10 de abril. La última esperanza de retorno se vio frustrada el 30 de marzo cuando en Bangkok le dijeron que el vuelo de Ethiopian que se dirigía a Buenos Aires no iba salir porque al hacer escala en San Pablo no podía asegurar que desde allí los dejaran entrar a la Argentina. Es que al estar cerrada la frontera, la aerolínea no está autorizada a dejar a sus pasajeros en tránsito.
 
 
“Estábamos dispuestos a bajar en San Pablo e intentar algún cruce terrestre, esperar en el aeropuerto que algún funcionario cambiara de parecer, o incluso quedarnos unos días en San Pablo a la espera de mejores noticias”, recordó Wachsler.
 
 
Hoy en día, las posibilidades de regreso están más lejanas que nunca ya que la Embajada lo único que les propuso fue contratar un vuelo charter para llevarlos de regreso pero a un precio imposible de pagar. “Está en tratativas con Ethipian por un vuelo privado y nos pidieron 2000 dólares por pasaje, pero es inaccesible”, contó.
 
 
En Costa Rica los afectados llegan a 300 y todos apelan a la “buena voluntad” de las autoridades nacionales para que arbitren los medios necesarios y los dejen volver al país. Se organizaron en un grupo de Instagram donde trataron de establecer prioridades con el fin de facilitarle a Cancillería las tareas de rescate. Hay adultos mayores, personas con enfermedades y tratamientos crónicos, y matrimonios con hijos menores de edad.
 
 
Pablo y Jimena están realizando la cuarentena obligatoria junto a sus hijas de 5 y 10 años y son algunos de los que cuentan su historia en un breve video en esa red social. Les cancelaron el vuelo previsto para el 20 marzo y a partir de allí empezó el calvario. “Ni siquiera nos dieron la posibilidad de realizar modificaciones en el mismo pasajero. Tampoco nos permitieron comprar en otra aerolínea porque todas habían dejado de vender. Estamos en una situación de desconcierto total porque la Embajada no nos da respuesta y vemos que las fronteras argentinas se cierran cada día más”, contaron.
 
 
Y a todos ellos, se suma la particular situación de los 2200 compatriotas que viajaron a trabajar a los cuatro centros de esquíes del Principado de Andorra (España) y se quedaron sin trabajo ante el cierre de los complejo por la pandemia de coronavirus.
 
 
Diego Romero, que se desempeñaba como cocinero en Grandvalira, vio frustrada su vuelta en dos oportunidades. La primera fue cuando le cancelaron el vuelo de Iberia previsto para el 19 de abril y la segunda fue cuando Argentina rechazó el ingreso de un avión puesto a disposición por los gobiernos de Andorra y Francia para que los llamados “temporeros” puedan irse del principado el 5 de abril.
 
 
“Nos genera cierta molestia y bronca que Argentina no nos abra las puertas para volver a nuestro país cuando hay otros países que están moviendo varias fichas para que podamos volver a casa”, remarcó el joven.
 
 
La mayoría de estos trabajadores argentinos arribaron en noviembre y pensaban quedarse hasta el 15 abril, que es cuando termina la temporada de invierno. A diferencia de Diego, que era su primera experiencia, Liliana -que prefiere mantener en reserva su apellido- lo viene haciendo desde hace 13 años junto a su marido. El como instructor de esquí y ella como administrativa en el complejo Vallnord.
 
 
“Todos los centros de esquí que hay en Andorra cerraron el 13 de marzo, por lo que el Gobierno local emitió un comunicado donde nos informaba que podíamos sumarnos a un vuelo de Air France que salía el 5 de abril. Se hacía cargo del 50% del valor del pasaje y de la logística para llegar hasta París y nosotros sólo teníamos que pagar 300 euros. Contrataron 8 micros para llevarnos hasta Toulouse y luego cruzar a París, para desde allí volar hacia Ezeiza. Pero ante la negativa del gobierno argentino de recibirnos tuvieron que cancelar todo. Me quitaron mi libertad, el derecho de entrar a mi país . En mi vida lo había experimentado”, se quejó la mujer.
 
 
Para Cancillería, “en Andorra apareció un nuevo perfil de varado, que es el que estaba trabajando y quedó desempleado”. Ellos entienden que su situación no es tan delicada y que al menos cuentan con el dinero que pudieron juntar tras haber hecho la temporada allá. “También nos ocuparemos de ellos, pero ahora hay otras prioridades como Ecuador”, dijeron a este medio.
 
 
Mientras tanto, el “gabinete de crisis” de esa cartera sigue recopilando los reclamos y pedidos de ayuda para elaborar un mapa de prioridades y decidir si corresponde resolverlas -o no- a cuenta y orden del Estado Nacional.

 

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