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La grieta por los hermanos Romero divide a San Lorenzo

Después de que Ángel fracturara a Andrés Herrera, se demarcó una fuerte división que no se limita a los hinchas y llega hasta los dirigentes.

Martes 22 de Septiembre de 2020

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08:37 | Martes 22 de Septiembre de 2020 | La Rioja, Argentina | Fenix Multiplataforma

¿Cuándo fue que surgió? ¿Por qué empezó? ¿Quién la instaló? ¿Cómo? De pronto, San Lorenzo se encontró cruzado por una grieta insólita que rodeaba a sus jugadores estrella: Ángel y Oscar Romero. Hay una marcada división en Boedo que resulta difícil de explicar, pero que existe y se ve reflejada en las opiniones de los hinchas en las redes sociales, de los periodistas que cubren el día a día del club y hasta está en la propia dirigencia.

De un lado se encuentran los que defienden a los hermanos paraguayos a como dé lugar y del otro se ubican los que sostienen firmemente que no deben tener un trato preferencial, y les recriminan que aparecen en las fotos de los últimos conflictos, más allá de sus buenos rendimientos en el campo.

La discusión no es nueva, pero recrudeció en estos días ante la grave lesión de Andrés Herrera, quien sufrió la fractura del peroné izquierdo el viernes pasado por una dura patada que le dio Ángel Romero en un ejercicio de fútbol reducido. La tensión se instaló en la Ciudad Deportiva y varios compañeros reaccionaron en contra del delantero, que pidió disculpas públicas a través de un comunicado en el que aseguró que no tuvo intención de lastimar al lateral derecho, con quien tiene una buena relación.

 

Angel Romero se tiró mal y fracturó a Andrés Herrera. Por eso, el DT lo apartó del grupo. Foto: Prensa San Lorenzo

De todos modos, Mariano Soso decidió apartarlo del grupo por una semana a modo de castigo y, a su vez, para evitar mayores roces mientras se espera que la temperatura interna vaya bajando. El lunes por la tarde, los Romero visitaron al lateral en su casa. ¿Será suficiente este gesto para obtener el indulto?

Mientras tanto, en las redes vuelan chispazos. Los defensores de los Gemelos Fantásticos son muchos y sostienen que su arribo volvió a encenderles la ilusión, que se había apagado después de varios libros de pases sin apellidos rutilantes y con varias decepciones deportivas en los ciclos de Claudio Biaggio, Jorge Almirón y Juan Antonio Pizzi.

Estos cruzan a los que los acusan de hacer lo que quieren en el club y a quienes piden que se les recorten los supuestos privilegios. Y los detractores hacen lo propio con los que se sitúan en la vereda de enfrente, que argumentan que son los distintos del equipo y que hay una campaña para difamarlos.

Dentro de la Comisión Directiva, también hay posturas encontradas. Algunos dirigentes deslizan en voz baja que ya tienen la paciencia colmada de las actitudes de los Romero, mientras que otros se mantienen en la idea de que en el fútbol a las figuras se les suele permitir un trato diferencial y que eso no tiene nada de malo. Tinelli apostó por ellos y hasta aquí les dio su respaldo.

¿Y los jugadores? La mayoría mira de reojo a los Romero desde hace tiempo. Es que piensan que "los privilegios que tienen deben ganárselos en la cancha", tal como uno de los más experimentados les señaló en febrero de este año en la reunión que se hizo tras el conflicto en Córdoba con Diego Monarriz.

Las primeras rispideces surgieron de entrada nomás ya que, si bien es cierto que a los cracks de un equipo se le suelen permitir ciertas concesiones luego de haber obtenido importantes logros o de haberse hecho un nombre en un determinado club, los Romero recibieron un trato especial de parte de la mesa chica dirigencial desde el vamos.

Se dieron algunas situaciones que fueron generando murmullos a sus espaldas. Es sabido que desde que llegaron se mueven juntos a todos lados y con ellos llevan a su fisioterapeuta brasileño personal, algo que al inicio generó algún fastidio al hacerlo acceder a lugares sólo reservado para los futbolistas, como por ejemplo el micro en los traslados.

Algo similar ocurrió cuando el suegro de uno de ellos se instaló en el banco de suplentes durante una práctica de fútbol y el cuerpo técnico ordenó que lo sacaran puesto que no era un sitio para allegados. Los Romero realizaron buenas acciones, como ofrecer maquinaria nueva para el sector de kinesiología o ponerse a disposición de la pensión de juveniles para lo que hiciera falta, pero no terminan de integrarse del todo al grupo de Primera. Hasta aquí nada insalvable.

La cuestión comenzó a caldearse este año. La acalorada discusión en el vestuario visitante del Kempes entre Monarriz y Ángel por un cambio del DT en el entretiempo fue un quiebre. El propio Tinelli debió interceder para tratar de calmar las aguas. Lo logró hasta ahí.

El regreso a las prácticas tras el parate por la cuarentena fue otro punto agrio. Ángel y Oscar demoraron casi un mes su retorno desde Paraguay, donde se entrenaban con la Selección de Eduardo Berizzo ya que buscaron evitar hacer el aislamiento preventivo de 14 días al entrar al país, que igual debieron cumplir -la dirigencia les alquiló una casa de campo para ello-. Eso fastidió a Mariano Soso, que charló telefónicamente con ellos. Además, pidieron cobrar el salario entero, sin la quita del 40 por ciento por pandemia acordada con los capitanes.

Esto siguió generando más miradas poco amistosas de parte del resto de los jugadores. La innecesaria patada de Ángel contra Herrera terminó de quebrar la relación entre los mellizos y sus compañeros. ¿Habrá retorno? ¿La visita amistosa calmará los ánimos? El tiempo lo dirá. Mientras, la grieta azulgrana sigue abierta de modo absurdo entre hinchas que alientan por el mismo escudo, pero que se plantan en veredas opuestas a la avenida que tiene en el medio a los Romero.

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