Alberto Fernández se apoya en los gobernadores y reactiva un plan que frenó Mauricio Macri

20:15 | Miércoles 23 de Septiembre de 2020 | La Rioja, Argentina | Fenix Multiplataforma

Alberto Fernández pasó casi toda la jornada de este martes en su despacho de Casa Rosada. Tras encabezar un acto en Cañuelas y en la previa al viaje que este miércoles realiza a Entre Ríos, el Presidente optó por seguir su agenda fuera de la Quinta de Olivos, donde estuvo recluido desde marzo. Es una metodología que, prevén en el Gobierno, se repetirá en la medida que la flexibilización de actividades del aislamiento social preventivo y obligatorio dispuesto para combatir el coronavirus se mantenga.

La idea del jefe de Estado es retomar la iniciativa en materia de gestión, por fuera del eje sanitario, y con medidas "positivas", alejadas del termómetro de la City que marca el dólar y de la grieta política con Juntos por el Cambio.

Al mismo tiempo, Fernández busca recuperar su contacto público con los gobernadores, una fórmula que le rindió durante la campaña y que, al menos desde lo discursivo, lo ubicó al frente de un peronismo más moderado.

El primer paso lo dio con su viaje a Entre Ríos, donde llegó con anuncios de obras. Fue, precisamente, el gobernador anfitrión, Gustavo Bordet, uno de los que Fernández decidió acompañar en su re asunción en diciembre, tras jurar como Presidente.

A pesar de las recomendaciones médicas para cuidar su salud, en los últimos días el mandatario reactivó sus salidas por fuera de la Quinta de Olivos, movilizado por la flexibilización del grueso de las actividades en el AMBA. Su intención es seguir su agenda alternando su despacho en Casa Rosada, como hace el jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, con la residencia de Olivos y mantener actos en el Gran Buenos Aires, aunque cuidando las medidas de prevención. 

El raid de Fernández seguirá el jueves. Junto al gobernador bonaerense Axel Kicillof desembarcará en San Antonio de Areco. Allí se contactará a través de videoconferencia con otros cuatro mandatarios. La excusa será la reactivación de la entrega de 11 mil viviendas del ProCreAr, cuyas obras habían sido paralizadas durante la gestión de Mauricio Macri cuando estaban a punto de terminar, lo que originó, según denuncia el Gobierno, gastos exorbitantes en la custodia de esos predios.

Un detalle: además del peronista Ricardo Quintela (La Rioja) y los oficialistas Gerardo Zamora (Santiago del Estero), Oscar Herrera Ahuad (Misiones), estará conectado en el acto uno de los mandatarios de Juntos por el Cambio, el mendocino -y radical- Rodolfo Suárez.

Junto a los gobernadores, la ministra de Desarrollo Territorial y Hábitat, María Eugenia Bielsa, y la titular de la ANSeS, Fernanda Raverta; Fernández reactivará el plan y pondrá en marcha un cronograma de entrega de esas viviendas, algo que tenía previsto hacer a partir de marzo, pero que se postergó por la pandemia. "Además del gasto en seguridad, por la desidia macrista hay miles de argentinos que esperan esas viviendas desde hace mucho tiempo", cuestionaron cerca del Presidente.

Esa línea discursiva, aludiendo a la herencia de la gestión anterior, estará presente en las próximas horas. El camino de moderación que un sector del Gobierno insiste en remarcar que impulsa el Presidente, a pesar de la avanzada contra un sector del Poder Judicial, no se reflejará en el fin de esa confrontación con Macri. 

Por otro lado, el escenario le servirá al Presidente para volver a insistir con la necesidad de construir un país federal, en medio de la puja con la Ciudad de Buenos Aires por los fondos de coparticipación  y cuando el vínculo con el jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, luce resquebrajado.

Para el viernes, el Gobierno prepara una postal similar. Pero con una agenda distinta: será el turno del lanzamiento del "Plan Acompañar", una iniciativa que impulsa la ministra de Mujeres, Elizabeth Gómez Alcorta, y contempla la asignación por seis meses de un salario mínimo vital y móvil a personas en situación de riesgo por violencia de género. 

Para ese acto, además de a Kicillof, la Casa Rosada involucró a los gobernadores Jorge Capitanich (Chaco), Omar Perotti (Santa Fe) y Arabela Carreras (Río Negro), para implementar el plan primero en esas provincias y dar otra señal federal.