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¡Feliz cumple Maradona! el Diego cumple 60 años

El baile de Doña Tota, de Fiorito a Lanús en tranvía, la estrellita tirada, las enfermeras y su ojo clínico... Olé te cuenta qué hubo detrás del nacimiento de Diego hace 60 años.

Viernes 30 de Octubre de 2020

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09:32 | Viernes 30 de Octubre de 2020 | La Rioja, Argentina | Fenix Multiplataforma

Conurbano profundo. Fiebre de sábado por la noche. Dalma Salvadora Franco baila como si no hubiese mañana. Primavera cero en Fiorito. Levantada a los golpes sobre calles de tierra, la casita de Azamor 523 casi Mario Bravo, a una decena de cuadras del Puente de la Noria, se sacude al ritmo de la música. Comedor, cocina, baño, piezas tomadas por una misma canción. Un 'tres ambientes' con preferencial vista a las estrellas. Amplia vereda con base de pastizal, alambrado enclenque en composé con el techo de chapa. Si caen dos gotas de lluvia, las tenés adentro. Pero el cielo está limpio y la noche en pañales. Don Diego, exhausto en su franco después de laburar 11 horas diarias en Tritumol, una vecina molienda de huesos, no la detiene. ¿Para qué? Bien sabe que esa panza convulsionada, en cuestión de horas nomás, le dará un hermano a sus otras cuatro hijas. O, al menos, es lo que espera. Migrantes internos, correntinos de Esquina, pariendo esperanza.

La vida es dura en los arrabales. Pasa entre la fábrica y el hogar, entre la escuela y la universidad de la calle. La guita no sobra (o directamente falta) y el tiempo libre coquetea con el consumo. El gobierno de Arturo Frondizi hace malabares. Cada uno, así las cosas, mata el tiempo como puede. En Buenos Aires, la TV tiene nueve años de historia y apenas tres canales (7, 9 y 13) en el aire. Si tener un aparato en el corazón del living dispara el status social entre pares, un modelo a control remoto ('comando supersónico, el invento que revolucionó la televisión', tal como juraba la publicidad) invita a encerrarse en casa para ver 'La hora de Lassie', 'Patrulla del camino', alguna peli con Hugo del Carril o, si gusta, fútbol de Primera B, 'El deporte es así' con Dante Panzeri o 'La Cabalgata Deportiva' con Borocotó. La radio, fiel compañera, también acompaña. Ese 29 de octubre, en la víspera, en el éter, ya se siente ruido de pelota.

Se respira fútbol en el barrio. Ya se corrió la bola que, con lo justo, Boca -local en cancha de River- le ganó 1-0 a Gimnasia (gol de Piojo Yudica) y que, en Liniers, el Argentinos líder (34 puntos como Independiente) se llevó puesto a Vélez: 3-2. Aceptable partido del Yaya Rodríguez, se dice en el runrún, con la 10 Xeneize. Mejor lo de Hugo González en el Bicho, con el mismo dorsal, que le clavó un doblete al Fortín. Nadie, pero nadie, lógico, mete un bocadillo sobre Napoli. Posiblemente algunos habrán oído hablar de Italia aunque difícilmente puedan ubicarla en el mapa. Encima, el Sur tampoco existe y no hay Calcio ese fin de semana: la Sub 23 Azzurra juega un amistoso con la inglesa: se organiza un mano a mano entre el equipo de la liga italiana y el de la británica; y la Roma disputa un partido oficial contra el Saint Gilloise belga por la Copa de Ferias, que con el paso del tiempo se llamaría Europe League. Los napolitanos, eso sí, tienen como estrella a un argentino mesopotámico, de Basavilbaso, Entre Ríos. Se llama Juan Carlos Tacchi, ex Newell's, Lanús, Ferro, Torino y Alessandria. El Enano no podría evitar el descenso en esa temporada ni cumplir el sueño de jugar un Mundial con la Selección. La 10 celeste y blanca es de José Francisco Sanfilippo, goleador del campeonato en aquel 1960 con San Lorenzo. Pero había otro Nene en camino.

A pesar del fin de mes, miles de porteños copan las calles. Cerca de todo, lejos del mundo, a 15 kilómetros de la danza frenética de Doña Tota, de la agotada sonrisa laboriosa de Chitoro, el Obelisco propone un ritual no apto para todos los bolsillos. En el Cómico, sobre Corrientes, la avenida que nunca duerme, se despide Lola Membrives con La Malquerida en el teatro que 60 años después llevará su nombre; en El Nacional, no está Jauretche para ver la revista Arturo en El País de la Mala Leche; y Pedro Quartucci presenta El Conventillo de la Paloma en el Presidente Alvear. Los cines explotan. Son mil por cuadra. Marcello Mastroianni tiene dos films en cartel: La Dolce Vita en el Broadway (con Anita Ekberg) e Il Bell Antonio en el Biarritz (con Claudia Cardinali); Brigitte Bardot la rompe en el Capitol con Amante Prohibido; lejos de Rafaela, Ben Hur se presenta en el Metropolitan; Gina Lollobrígida con Salomón y la Reina de Saba en el Plaza; Tom y Jerry, Donald y Malandrín en el Novedades plagado de pibes y, en el Gran Victoria, una tal Mirtha Legrand protagoniza La Patota, dirigida por Daniel Tinayre, su marido desde hace 14 años. Los Maradona, sin embargo, hacen trasnoche lejos del ruido de la gran ciudad. Algo se mueve. Ya no hay fábulas en la Ciudad de la Furia...

Unas cincuenta cuadras separan a la humilde posada de la villa lomense con la monumentalidad del policlínico Gregorio Araoz Alfaro. Don Diego y Doña Tota, con toda la paciencia y experiencia del mundo, hacen 300 metros y cruzan los dedos para que el tranvía llegue pronto. Se bajan a una cuadra y media cuando las contracciones codean al dolor. Habría, sin embargo, tiempo para un esfuerzo extra. Al llegar al portón de acceso, sobre el 1910 de la calle Río de Janeiro, una estrella de chapa brillante yace sobre el piso y llama la atención. Dalma la levanta. Toda una corazonada.

Ocho años y dos meses atrás, de la mano del Doctor Ramón Carrillo, ministro de Salud del gobierno de Juan Domingo Perón, se inauguraba esa mole que formaba parte de un plan sanitario y hospitalario soportado por la Fundación Eva Perón. Tenía dos mellizos, el Presidente Perón de Avellaneda y el Eva Perón de San Martín, y fue construido con una arquitectura de centro médico: hasta sus zócalos tenían la particularidad de ser lavados de manera más eficiente y sencilla para hacer la vida más sana. La cinta se cortó pocos días después del fallecimiento de Evita. Por eso, en las fotos, se lo puede ver a Perón de luto con cinta negra en el traje y en la corbata. A su vez, el mega nosocomio llevó el nombre de la Jefa Espiritual de la Nación. Hasta la llegada de Revolución Libertadora, que en 1955 le sacó todo el lujo al hospital público y lo rebautizó homenajeando a un célebre médico y autor de El Libro de las Madres.

El 'Evita', como volvió a denominarse desde 1988, se erigió en una zona fabril, rodeada de aserraderos, carpinterías, depósitos de combustible, papeleras. En Villa Industriales, a un par de kilómetros de la estación Lanús, las calles mostraban veredas limpias, jardines de césped bien cortado, y en el policlínico hasta se respiraba olor a cera. “Podías comer sentado en el piso. Cuando se cortaba la luz, el hospital era el faro del barrio”, recuerdan los vecinos de aquellas horas. Y un 30 de octubre de 1960, sobre el cuarto piso, en el ala izquierda, ya de día, se hizo la luz. El reloj marcaba las 7.05 cuando Tota fue mamá de su primer hijo varón. Cuenta la leyenda que las enfermeras celebraban que el pibito había roto una racha de 11 moñitos rosas en la puerta de las habitaciones. Y que ese nene “era bien machito, puro músculo”. No hubo dudas con el nombre: tal como reza el acta 1477, fue registrado como Diego Armando MaradonaNiño Dios.

La familia +1 (o +10) pega la vuelta terrenal al pago chico. No hay cámaras no hay flashes no hay selfies no hay cazautógrafos. Sólo armonía y planificación atada con alambre. Simple. ¿Qué comeremos esta noche? ¿Y al laburo, cuándo? ¿A Dieguito le gustará el fútbol? Sólo Fiorito se estremece a su llegada. El mundo está en otra. Gira a su antojo. De izquierda a derecha. De derecha a izquierda. De Oriente a Occidente en doble sentido. Se oyen, como siempre, los tacos de las botas regresar mientras yanquis y marxistas juegan una liga distinta a todas.

En el diario no hablaba de tí. Nadie tuvo la primicia. Semejante noticia de largo pasó. Ni siquiera, un día más tarde, el 31, hubo media línea en los medios gráficos que atestiguara que Pelusa sacude el barrio. “No renunciaré ni pienso renunciar”, le dice Frondizi -que pasó el domingo en la Quinta Presidencial de Olivos- a sus correligionarios de la Unión Cívica Radical Intransigente. Mucho turismo en Mar del Plata, jura la prensa. Se discuten las modificaciones a la Ley de Alquileres. Se anuncia un cable coaxil entre Rosario y Buenos Aires para transmisiones en directo por TV. Se estudia el atentado con ácido en el comedor de la Facultad de Ciencias Económicas. Alvaro Alsogaray, ministro de Economía, delimita las áreas de explotación del petróleo. El Poder Ejecutivo acelerar el estudio de las reformas de despidos. Las farmacias sindicales denuncian la falta de medicamentos. Se anuncia una reunión por el sueldo de los docentes en Educación. La UBA recibió 18.000 dólares de la Fundación Rockefeller. Dos argentinas viajan a París a representarnos en el Mundial de Peinadoras y Maquilladoras. El taxista Pedro González, con un balazo en el pecho y una puñalada en la espalda, es agredido en un asalto frente a la estación Temperley. Clarín -que valía tres pesos- editorializa con “Trabar la ganadería es matar a la gallina de los huevos de oro” y recién, para leer la palabra dólar (82,30 su cotización), es necesario llegar a la Tercera Sección, Economía y Finanzas. “En la semana recién transcurrida, el mercado de cambios se desenvolvió proporcionando evidencias elocuentes de que el país está en condiciones de mantener la relación actual del peso con el dólar. En todas las ruedas, la oferta superó a la demanda”, se informaba. Otros tiempos... En el plano internacional, en tanto, Fidel Castro moviliza sus tropas suponiendo una invasión norteamericana. Compañías made in USA dejan la isla ante la amenaza de nacionalización. Mao Tse Tung le pide armas nuclearas para China al gobierno ruso y el Che Guevara llega a la Unión Soviética por cuestiones de intercambio comercial. Del otro lado del muro, Estados Unidos continúa en campaña electoral (Nixon vs Kennedy) y su gobierno anuncia para 1961 el Proyecto Mercury, el primer vuelo humano al espacio (mientras adiestran monos para tal fin). Además, Perú y Ecuador discuten sobre sus límites; estalla una guerra fratricida en el Congo, que deja de ser belga; y se llora el accidente aéreo en Ohio, con 16 jugadores muertos del equipo de fútbol americano del Instituto Politécnico de California que recuerda al sufrido en 1958, en Múnich, por ocho jugadores del Manchester United y su cuerpo técnico.

El Clarín Deportes, dentro de sus 16 páginas (con una carrera de motos en portada), también elude el asunto DAM. Prioritario, en la vieja B, el empate de Los Andes (0-0 ante Tigre) que le permite al Milrayitas mantener una ventaja de seis puntos con el Matador. Colectividades felices: Deportivo Español puntero en Segunda de Ascenso (Primera C) y el ACIA (hoy Sportivo Italiano) en Tercera (la D). Se recuerdan los incidentes en el tren Roca, a la altura de la estación Lanús, de “la barra fuerte” de River rumbo a Constitución y del condenable accionar de sus “hombres bravos” ante la vista policial. Escándalo en la AFA: tras el papelón en Suecia 1958, se decide contratar a un DT extranjero para Chile 1962. Con Alfredo Di Stéfano, España pierde 3-0 vs Austria. En Francia, donde todavía no existe el PSG, el parisino Racing marcha líder. En Portugal, dominan Porto y Benfica. Enrique Morea se consagra campeón del torneo Ciudad de Buenos Aires de tenis (6-2, 6-1 y 6-1 en apenas 45'). En Brasil, por el Mundial de Vóley, Argentina pierde 3-0 con Checoslovaquia. Con Ford, Juan Gálvez gana el Turismo Carretera en Pehuajó y, en un Luna Park repleto, Alfredo Brunetta derrota al chileno Abelardo Sire. El Gráfico del 2 de noviembre (n°2145) también se perdió una gran chance: publica en su tapa a Gunnar Anderson, un sueco que dos semanas antes, con un Volvo, se había llevado IV Gran Premio Internacional Standard de automovilismo Buenos Aires-Tucumán-Buenos Aires. Las páginas, hoy amarillentas, nada supieron de él.

Con apenas dos 67 días, bajo un sol a pleno, Diego fue bautizado en la Parroquia y Santuario Nuestra Señora del Rosario, la popular iglesia del barrio porteño de Pompeya, sobre Avenida Sáenz, donde recibió su primer click, su primera foto, rociado del agua bendita que se transformaría en sudor. Y en lágrimas. Ya nada sería igual. A los diez meses, caminaba. Luego llegarían otros tres hermanos (Raúl, Hugo y Claudia). Y un día, el día, su primo Beto Zárate, hijo de tía Dorita, le regaló una pelota n°1 para su tercer cumpleaños. Y así, sin querer queriendo, la modesta fiesta continúa hasta hoy...

Fuente: Diario Olé

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