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México celebra 200 años del inicio de la consumación de su independencia

Se trata de uno de los tres hitos históricos que serán celebrados en el país en 2021, catalogado como "Año de la Independencia y de la Grandeza de México" por el presidente Andrés López Obrador.

Miércoles 24 de Febrero de 2021

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16:56 | Miércoles 24 de Febrero de 2021 | La Rioja, Argentina | Fenix Multiplataforma

México conmemora este miércoles, con la presencia del presidente Alberto Fernández, los 200 años de la promulgación del denominado Plan de Iguala, que estableció las bases para consumar meses más tarde la independencia del país, tras más de una década de guerra contra la dominación española.

Se trata de uno de los tres hitos históricos que serán celebrados en el país en 2021, catalogado como "Año de la Independencia y de la Grandeza de México" por el presidente Andrés López Obrador, al que se sumarán en mayo los 700º aniversario de la fundación de la capital azteca Tenochtitlán y en agosto los 500 años de la conquista española.

"¡Americanos! Bajo cuyo nombre comprendo, no sólo a los nacidos en América, sino a los europeos, africanos y asiáticos que en ella residen: tened la bondad de oírme", comienza la proclama hecha el 24 de febrero de 1821 en la sureña ciudad de Iguala por el otrora oficial realista Agustín de Iturbide.

Si bien este pronunciamiento resultó polémico por su carácter conservador, es considerado el origen del Estado mexicano, ya que declaró la independencia de la entonces llamada América Septentrional y sentó una serie de principios y normativas para cimentar
su soberanía.

Al igual que en Argentina, la guerra de independencia en México comenzó en 1810 para reivindicar la soberanía del rey Fernando VII sobre España y sus colonias, quien había sido depuesto por el emperador francés Napoleón Bonaparte.


Con el paso del tiempo, los sucesivos líderes insurgentes -encarcelados o ejecutados- asumieron posturas más radicales, como la abolición de la esclavitud, pero la fuerte respuesta realista redujo al movimiento a partir de 1815 a una guerra de guerrillas.

Sin embargo, en 1820, la rehabilitación en España de la Constitución de Cádiz de 1812, de carácter liberal, provocó un cambio de postura en las élites criollas, que hasta entonces habían respaldado el dominio español.

Al ver afectados sus intereses, los criollos realistas decidieron apoyar la independencia del territorio para establecer una monarquía dirigida por un infante de España, por lo que designaron a Iturbide como jefe militar para llevar a cabo su plan.

A finales de 1820, Iturbide inició su campaña contra los insurgentes del sur de territorio, pero las sucesivas derrotas contra las tropas rebeldes del líder Vicente Guerrero, lo llevaron a cambiar de estrategia y en febrero de 1821 se alió con la resistencia, en un episodio conocido como el Abrazo de Acatempan.

Este suceso selló el principio del fin de la Guerra de Independencia y dio pie días más tarde a la proclamación del Plan de Iguala, que declaró la soberanía del territorio frente a España, proclamó la hegemonía del catolicismo, convocó a la unión de todas las clases sociales y estableció la creación del llamado Imperio Mexicano, que imitaba el modelo establecido por la monarquía portuguesa en Brasil.

"A la frente de un ejército valiente y resuelto, he proclamado la independencia de la América Septentrional. Es ya libre; es la señora de sí misma; ya no reconoce ni depende de la España, ni de otra nación alguna", rezó Iturbide en su proclama.

El Plan de Iguala fue, además, el instrumento normativo del denominado Ejército Trigarante -que defendía los tres principios fundadores: independencia, catolicismo y unión- hasta la consumación de la independencia el 18 de septiembre de 1821, cuando Iturbide y sus tropas entraron triunfales en la Ciudad de México.


El documento determinó, asimismo, el poder de las autoridades nacionales durante los dos años siguientes a la emancipación; con un Gobierno monárquico católico limitado y sujeto a una constitución política propia para el país, que habría de recaer, con la calidad de emperador, en la persona del rey Fernando VII o en algún miembro de su dinastía o de otra reinante.

Sin embargo, España rechazó la oferta y fue finalmente Iturbide quien asumió las riendas del poder: primero como regente del primer Gobierno provisional mexicano y, a partir de mayo de 1822, como emperador bajo el nombre de Agustin I.

Pero su imperio fue efímero, ya que en 1823 el país pasó a ser una república federal, en medio de conflictos internos y la separación de Centroamérica.

Tras abdicar al trono, Iturbide se exilió en Europa, mientras que en su país el Congreso lo declaró "traidor y fuera de la ley en caso de que se presente en el territorio mexicano, declarándolo como enemigo público del Estado, y a todo aquel que le ayude a su regreso".

Sin conocer esta resolución, el antiguo monarca regresó a México en julio de 1824 para advertir al Gobierno sobre una conspiración española para reconquistar México, pero al desembarcar en el estado norteño de Tamaulipas fue detenido y, posteriormente, ejecutado por un pelotón de fusilamiento.

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