-¿Qué elementos tuvo en cuenta la justicia brasileña?
-Ellos pidieron toda la prueba producida en Argentina: documentación, informes periciales y declaraciones testimoniales.
-¿Cuál fue la función de la justicia argentina?
-Nosotros nutrimos al caso brasileño. El fiscal que interviene tomó la determinación que la prueba que aportamos es suficiente para producir una acusación.
-¿Cuál es la importancia que le dieron a las pruebas en el caso de Thelma Fardin?
-Es de vital importancia por la eficiencia, el Ministerio Público Fiscal (el federal, no local) brasileño entendió que la violencia de género es un asunto prioritario y que es un caso sólido en materia probatoria.
-¿Es un respaldo a la palabra de Thelma?
-El Ministerio Público Fiscal entendió que hay pruebas suficientes para avanzar con el caso.
-El descreimiento al relato de las víctimas es un resabio que sigue en la comunidad y en muchas operadoras y operadores de justicia. Pero en términos normativos no puede estar más vigente. Acá hay tres ministerios públicos diciendo que es un caso relevante, con pruebas suficientes y que no se puede retroceder a una instancia en donde, a priori, se descree de la víctima porque eso implica revictimización. Los estandares internacionales ya desterraron los estereotipos de género de la justicia aun cuando permanezcan en la opinión pública. En el sistema de justicia hay que partir de la verosimilitud. En una denuncia de estafa nadie dice que no le cree a la víctima porque tiene una personalidad fabuladora, se lo dicen a las mujeres que van a denunciar hechos de violencia: que mienten, que inventan, que se lo buscaron, que son unas trepadoras, investigan cuáles son sus comportamientos sexuales previos. Ahora estamos construyendo un cambio de paradigma.
-En algún momento se dijo que Darthés estaba exiliado. ¿Esta exiliado o prófugo en Brasil?
-El termino exilio está vinculado a una persecución. Él no está exiliado, está prófugo porque no se presentó a pesar de haber sido convocado a Nicaragua. Por esa razón se libra una orden de captura internacional y un pedido de extradición.
-¿Cómo se llegó al pedido de captura de Interpol?
-El pedido a Interpol se hizo desde el tribunal nicaragüense. Fue evaluado por las autoridades de Interpol -que es un organismo autónomo- y que decide qué nivel de alerta da y decide el alerta rojo que es la más alta.
-Si pasa la frontera de Brasil se activa la orden de detención.
-¿Qué hubiera pasado si se quedaba en la Argentina?
-Si estuviera en Argentina (en lugar de Brasil) lo extraditaríamos.
-¿Se puede cuestionar el proceso por las críticas al gobierno de Nicaragua?
-No hay elementos para decir que el proceso en Nicaragua no tiene legitimidad porque fue llevado con garantías procesales: hubo derecho a la defensa y no hubo torturas ni otras situaciones similares. Hay una situación crítica institucional en Nicaragua, pero este proceso fue llevado en el marco de la ley.
-¿Cuál fue la participación de la UFEM en el proceso?
-Fue una colaboración en la ejecución de pruebas a pedido de Nicaragua en el marco de los acuerdos de Ministerios Públicos Fiscales de toda América Latina. Tomamos testimonio en Argentina porque no tiene sentido trasladar a todos los testigos en Nicaragua. Y se hizo lo mismo con Brasil.
-¿Hay antecedentes en lograr que llegue a término un juicio por violencia sexual que involucra a tantos países?
-La complejidad territorial era un desafío, pero ahora se vuelve un respaldo: hay tres fiscalías que respaldan las pruebas para ir a juicio. En Nicaragua evaluaron la prueba y decidieron que había prueba suficiente. Ahora en Brasil también llevaron adelante el proceso de evaluación y consideraron que había prueba suficiente para construir una acusación que amerite que el acusado se siente en un juicio, se cite a los testigos y se vea qué paso.
-¿Por qué la denuncia de Thelma Fardin se convirtió en un caso testigo en la justicia de América Latina?
-El caso de Thelma ha sido bisagra. Por eso tiene la lógica de litigio estratégico para torcer prácticas deficitarias del sistema judicial o sentar jurisprudencia. Es un caso que replica un montón de casos silenciados que nunca llegaron a la justicia o que llegaron a la justicia y que nunca tuvieron respuesta. Los abusos sexuales tienen una cifra negra muy alta porque las mujeres no denuncian y cuando denuncian tienen una impunidad altísima. Por eso hay un índice de denuncias tardías de mujeres que tardan diez o veinte años en hacer la denuncia. En algún momento desnaturalizan la violencia o les cae la información porque eran abusos en la infancia.
-¿Cómo se ha adaptado en la Argentina el sistema procesal con la conciencia del tiempo en que tardan en denunciarse los abusos?
-Se estableció que empieza a correr la prescripción cuando la víctima hace la denuncia. La prescripción se establece para cuando el Estado es ineficiente en juzgar, pero no cuando la víctima denuncia tardíamente. Las normas cambiaron y dieron más tiempo para la prescripción.
-¿Qué representa Thelma Fardin para muchas mujeres que sufrieron abusos sexuales?
-Ella le puso voz a muchos silencios y muchas mujeres se sintieron representadas y, a partir de su denuncia, aumentaron mucho las denuncias de casos que no se habían podido contar. En ese momento había un mensaje detrás de otro de “mi tío me violaba” “yo tenía 5 años y nunca lo pude contar”. Destapó una olla. Por eso es tan importante el caso para revertir la impunidad.
-¿Qué pasa si, con esa resonancia social, el caso permanece impune?
-Si no hay respuesta del Estado el mensaje es que hay impunidad. Si es juzgado se rompe la lógica de impunidad.