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Con la mira en el FMI, Miguel Pesce, presidente del BCRA rechazó una política de shock para bajar la inflación

Defendió una reducción “gradual” sin apelar a políticas recesivas que impacten en los niveles de empleo y en la pobreza.

Miércoles 30 de Noviembre de 2022

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18:08 | Miércoles 30 de Noviembre de 2022 | La Rioja, Argentina | Fenix Multiplataforma

El presidente del Banco Central de la República Argentina (BCRA), Miguel Pesce, rechazó la aplicación de una política de shock para bajar la inflación y defendió la instrumentación de medidas para una reducción gradual y así evitar una recesión que impacte en los niveles de desocupación y pobreza.

En momentos en que una delegación del Ministerio de Economía se encuentra en Washington reunida con autoridades del FMI para cerrar los números de la tercera revisión del acuerdo vigente, el titular del BCRA desestimó emplear una política ortodoxa para frenar la escalada de precios.

Si bien la pauta de inflación no es una meta impuesta en el pacto con el organismo multilateral, es reiterado el pedido de la cúpula del FMI para que Argentina ponga el foco en controlarla.

El reclamo estuvo incluido en todos los comunicados emitidos tanto por el staff técnico como por el Directorio, e incluso fue una de las declaraciones más fuertes luego de la reunión que su titular, Kristalina Georgieva, mantuvo con el presidente, Alberto Fernández, durante la Cumbre del G20 en Bali.

 

Pesce salió a cruzar las críticas que recibió por declaraciones precias en las que sostuvo que la inflación se resuelve con “crecimiento”.

El presidente del BCRA aprovechó el cierre de las Jornadas Monetarias y Bancarias para defenderse y enviar un claro mensaje del gobierno argentino al abanico de agentes económicos que le exigen medidas más contundentes para frenar la suba de precios.

“No se trata de desmerecer el rol de las medidas tradicionales sino ponerlas en contexto y entender que en determinados países son de difícil, sino de imposible, instrumentación”, señaló Pesce ante un panel compartido con el presidente interino del Banco Central de Bolivia, Roger Edwin Rojas Ulo, el gobernador (gobernador del Banco Central de Reserva del Perú, Julio Velarde, y Humberto Colmán Castillo, miembro titular del Directorio del Banco Central del Paraguay.

Pesce individualizó a esas medidas como aquellas que buscan contener la inflación mediante “procesos recesivos” que moderan la demanda y consideró que ese tipo de acciones son incompatibles para sociedades como la Argentina donde conviven elevados niveles de desempleo, pobreza y desigualdad.

El funcionario consideró que tomar decisiones en ese sentido que profundizan las tensiones sociales puede derivar en “consecuencias muy graves”.

Pesce asumió la dirección de la autoridad monetaria con el recambio institucional en diciembre de 2019, año en que la inflación fue de 53,8%, la más alta desde 1991. Tres años después las proyecciones de analistas privados la calculan en 100% para 2022.

De todas maneras, Pesce se mostró confiado en que luego del salto inflacionario de julio, comience un proceso de “desaceleración” que le permita al gobierno cumplir con la pauta de 60% imputada en el Presupuesto del año próximo.

En las últimas horas, el secretario de Comercio. Matías Tombolini, señaló que en noviembre el Indice de Precios al Consumidor (IPC) tendrá una variación menor al 6% por el impacto del arranque del programa “Precios Justos”.

Durante su exposición Pesce evitó referirse a la situación de reservas de la entidad que comanda, un punto que genera inquietud e incertidumbre en el mercado financiero, pero también en el plano productivo debido al impacto que tiene sobre el nivel de importaciones.

Tras la última reunión de su Junta Directiva, la Unión Industrial Argentina (UIA) manifestó su preocupación por el funcionamiento del nuevo sistema para habilitar importaciones, pero especialmente por los plazos de pagos que se autorizan, que son rechazados por los proveedores del exterior.

Durante la rueda del miércoles el Banco Central compró U$S24 millones, ante una disminución de la oferta del complejo sojero y sumó en las tres primeros días de la vigencia del nuevo programa U$S338 millones.

En este escenario, el dólar “Blue” que el lunes había tocado los $318, cedió por segunda jornada consecutiva y terminó en $314.

Las alternativas bursátiles mostraron una baja en el MEP a $312,51, mientras que el Contado con Liquidación se mantuvo en $322,75.

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