Japón derrotó 2-1 a España y se clasificó a los octavos de final del Mundial Qatar 2022 como líder del Grupo E

19:46 | Jueves 01 de Diciembre de 2022 | La Rioja, Argentina | Fenix Multiplataforma

La furia, esta vez, fue azul. A España se la llevó puesta un tsunami en el estadio Khalifa: en cinco minutos, la sorprendente Japón, que ya había vencido a los germanos en el estreno, lo dio vuelta (con polémica incluída en el segundo gol) y llenó de dudas a La Roja, que había arrancado el Mundial a pura goleada y sacando chapa de candidata, aunque terminó clasificando a Octavos gracias al resultado del otro partido del Grupo E, en el que Alemania venció 4-2 a Costa Rica, y a la diferencia de gol.

Como si el mismísimo Godzilla se hubiera despertado de golpe, Japón emergió a pura fiereza después del descanso y con dos golpes en una ráfaga liquidó a los de Luis Enrique, que quedaron sin respuesta alguna. Es la cuarta vez que los asiáticos logran pasar de fase en sus siete Mundiales disputados. Y parece que les sienta bien medirse ante los europeos: perdieron sólo dos de sus últimos nueve cruces contra equipos del Viejo Continente en fase de grupos.

Así, Japón quedó en primer lugar y ahora se medirá ante Croacia el lunes. Por su parte, España, en segunda ubicación, jugará contra Marruecos, la revelación de Qatar 2022, el martes.

La noche había comenzado con luz verde para España. Porque el cabezazo de Alvaro Morata tras un centro que fue más bien un pase aéreo de César Azpilicueta que se metió al arco japonés a los 11 minutos de juego nomás pulverizaba todas las especulaciones previas posibles sobre lo que haría el equipo europeo: ¿salir de entrada a buscar el partido o esperar e ir al ritmo de lo que suceda en Alemania y Costa Rica?

No dejó dudas España y salió decidida. Consiguió el gol rápido y manejaba los tiempos de un partido que parecía no traerle mayores complicaciones. Para Morata fue especial ya que igualó una marca de Zarra al anotar en los tres primeros partidos de una Copa del Mundo.

Japón, en tanto, no se desalineaba a pesar de ir perdiendo. Mantenía rígido su 5-4-1 y eso le facilitaba las cosas a los españoles.

El orden y la disciplina táctica oriental no dejaban lugar para la sorpresa. Todo era anunciado, todo era esquematizado en la selección nipona. Las pocas insinuaciones en la primera parte fueron más bien por pronunciados errores en la salida de España, como una mala decisión de Busquets o algunas dudas del arquero.

Pero Japón cambió. Su técnico Hajime Moriyasu decidió modificar en el entretiempo. Mandó al campo a Ritsu Doan y a Kaoru Mitoma, dos jugadores que inyectaron el desorden necesario para romper los moldes y desubicar al rival.

Y en cinco minutos dieron vuelta todo el partido y el grupo. Doan hizo el empate en el inicio del segundo tiempo. Y participó en la jugada del segundo, un puñado de minutos después al mandar el centro cruzado de derecha a izquierda que Mitoma metió nuevamente adentro para que Ao Tanaka la empujada casi debajo del arco.

Aquí la gran polémica: ¿Se había ido toda la pelota? El árbitro sudafricano, Victor Gomes, lo anuló a instancias del asistente. Pero automáticamente intervino el VAR. Tardaron casi tres minutos en chequear la jugada. La primera reiteración pareció comprobar que el balón traspasó toda la línea de meta, pero luego de recibir la indicación por su audífono, convalidó el gol japonés.

La cara de Luis Enrique lo decía todo. Decepción y, claro, bronca. Para colmo, la noche se hacía mucho más negra porque Costa Rica se lo había revertido a Alemania y así España se quedaba sin su pasaje a la siguiente fase.

Luis Enrique mandó a todos sus delanteros al campo: Ansu fati, Ferrán Torres, Marco Asensio. Pero Japón volvió a rearmarse en una coraza prácticamente impenetrable. Los de rojo no lograron encontrar espacios. Y los nervios jugaban más con el correr de los minutos.

Hasta que los gritos desde la tribuna trajeron alivio. Los goles de Alemania para el 4-2 final ante Costa Rica se celebraron con puños apretados como una victoria propia.

No es para menos. Gracias a ese resultado ajeno, España sigue con vida en el Mundial. Avanzó llena de preocupaciones. Japón, en cambio, confirmó todas sus certezas.