Sociedad
Los buques poteros están instalados desde hace tiempo en el límite de la zona económica exclusiva local, en la Patagonia. Sin embargo, hace 10 años que Beijing compra empresas argentinas y se queda con el negocio interno.
Miércoles 29 de Marzo de 2023
15:36 | Miércoles 29 de Marzo de 2023 | La Rioja, Argentina | Fenix Multiplataforma
En la milla 200 del mar Argentino, justo donde termina la zona económica exclusiva de la Argentina, una luz intensa ciega momentáneamente a quienes se acercan en barco de noche. Cuando la vista se acostumbra, lo que se ve son miles de lámparas que entre 500 y 600 buques extranjeros sostienen sobre el agua.
Son barcos poteros que se dedican a capturar calamar illex, una especie que, durante el verano del hemisferio sur, abunda en el mar patagónico. Los costados de los barcos están chorreados de una sustancia marrón, viscosa. Es la tinta de millones de calamares que son depredados en ese ecosistema cada día. En una buena noche de pesca, las capturas pueden ser de hasta 50 toneladas.
Según datos de la ONG Oceana, el 70% del tiempo de pesca en la zona pertenece a buques chinos. El resto se divide entre Corea del Sur, Taiwán y buques de pesca arrastrera de España o Portugal. Argentina apenas cubre entre el 1 y el 3% de las horas de pesca.
Por legislación internacional, toda actividad que ocurra detrás de la milla 200 está completamente desregulada. Son aguas internacionales de libre pesca. La Argentina solo puede actuar si los barcos cruzan a la zona económica exclusiva local, donde solo pueden pescar navíos con bandera argentina. Sin embargo, el ecosistema no reconoce fronteras.
La depredación en la milla 200 acumula denuncias desde hace años que van desde condiciones de esclavitud arriba de los barcos y pesca ilegal hasta captura de especies protegidas.
Sin embargo, según el análisis de documentos oficiales y entrevistas exclusivas, TN comprobó que en los últimos 10 años empresas chinas fueron ingresando al país a través de la compra de pesqueras locales. Es decir que hoy, quienes pescan irregularmente por fuera de la zona económica exclusiva, también lo hacen adentro con tripulantes extranjeros, barcos propios, pero bandera argentina.
Cada año, entre noviembre y mayo, la gran flota pesquera extranjera se posa en el mismo lugar: el Agujero Azul. Justo fuera de la zona económica exclusiva argentina, este espacio marino que está frente al golfo de San Jorge, entre Chubut y Santa Cruz, es donde se alimentan especies como el calamar, la merluza y la merluza negra.
Pese a su riqueza biológica y ecosistémica, la zona no tiene ningún tipo de protección internacional o local. Y como son aguas internacionales, la Argentina no tiene injerencia en esa actividad.
Dos tipos de barcos pescan en el lugar: poteros (que sacan calamar ayudados por unas potentes luces) y arrastreros (que pasan sus redes por el fondo marino para capturar merluza).
Según datos de la organización Global Fishing Watch, en 2017 los poteros pescaron 130.789 horas en la temporada alta de calamar del Agujero Azul. En 2022, cinco años después, ese número llegó a 354.367. Casi el triple.
Cientos de barcos con sus potentes lámparas depredando el océano sin control. La intensidad de la actividad es tal que las luces de los buques son captadas por satélites desde el espacio.
“Las dos principales artes de pesca que se usan son la de arrastre y la de calamar. La de arrastre, que es la más destructiva, es como una deforestación del fondo marino. Se usan grandes redes que son muy poco selectivas. Destruyen bosques corales y también se llevan muchas veces pequeños mamíferos”, explicó a TN Luisina Vueso, coordinadora de la campaña de océanos de Greenpeace.
Esta actividad es ilegal porque el fondo marino de la plataforma continental sí le pertenece a la Argentina. Sin embargo, al no permitirse inspectores extranjeros a bordo, es imposible probar que las redes no están pescando en la columna de agua sino en el fondo.
“La otra arte de pesca son los barcos poteros, que son bastante más selectivos, pero por la intensidad de la pesca están haciendo realmente un desastre a nivel ecosistémico”, agregó Vueso.
Los poteros pescan de noche y utilizan sus potentes luces para atraer al calamar. Permanecen en la Patagonia durante toda la temporada y el abastecimiento de mercadería, relevo de tripulantes y traslado de la captura a puerto se hace por medio de reefers.
Son barcos con grandes cámaras frigoríficas que llevan y traen desde puertos cercanos. Por la laxitud en los controles, los de uso más frecuente son el de Montevideo y el de Panamá.
Según el reporte del Departamento de Estado de Estados Unidos, entre 2013 y 2020 “un promedio de un marinero muerto por mes se ha asociado a barcos chinos y taiwaneses que atracaron en el puerto de Montevideo y en aguas de Uruguay. Los trabajadores extranjeros a bordo de estos buques suelen ser sometidos a abusos, esclavitud y trabajo forzoso”.
“Se necesita algún un tipo de reglamentación especial para la actividad pasando la milla 200, cosa que la Argentina no ha hecho hasta acá”, sumó.
¿Cuándo es ilegal la pesca de estos poteros? Cuando traspasa la zona económica exclusiva argentina sin permiso. En este punto, Prefectura puede intervenir. En la última década se capturaron 13 barcos que incursionaron ilegalmente en el mar Argentino. En 2016 la Prefectura hundió al buque chino Lu Yuan Yu 10 que pescaba ilegalmente a la altura de Puerto Madryn.
Sin embargo, según datos de la ONG Oceana, entre 2018 y 2021 los rastreadores satelitales (que permiten conocer su localización exacta en todo momento) de más de 450 naves estuvieron apagados por 600.000 horas. Así, es imposible verificar por donde navegan.
Hoy, China tiene la mayor flota pesquera del mundo y el 61% de los incidentes vinculados a la pesca de calamar entre 2015 y 2019 ocurrieron en la zona económica exclusiva de la Argentina, según datos de Environmental Justice Foundation (EJF).
En los últimos 10 años, a raíz del fortalecimiento de los vínculos que la Argentina priorizó con China, Beijing fue extendiendo sus redes en el mar Argentino.
Como solo buques con bandera argentina pueden pescar legalmente en la zona económica exclusiva, China fue adquiriendo empresas locales a las que nutrió luego con sus barcos y sus tripulantes. Los mismos que reciben cada año denuncias de pesca irregular o violación de los derechos humanos.
Hoy operan en la Argentina más de una docena de empresas chinas. También las hay taiwanesas y españolas.
Un caso testigo es el del barco Lu Qing Yuan Yu 280. Hasta 2019 este buque pescaba fuera de la milla 200 con bandera china. A fin de ese año, el mega grupo empresario chino Shandong Bodelong Group adquirió a la pesquera argentina Patagonia Fishing y el Lu Qing Yuan Yu 280 comenzó en 2020 sus actividades en nuestro país con bandera argentina. Desde 2021 pesca en la zona económica exclusiva.
Shandong Bodelong Group acumula una considerable cantidad de denuncias tanto en el Atlántico Sur como en Ghana, donde también opera. Por ejemplo, uno de sus barcos, el Lu Qing Yuan Yu 206, descargó tres tripulantes muertos en Montevideo entre 2017 y 2021. En ese tiempo, la misma embarcación capturó -y grabó- un ejemplar de elefante marino, especie protegida.
“Como la legislación argentina prohíbe que haya capitanes y marineros de alto rango de nacionalidad extranjera, de cualquier nacionalidad que no sea argentina, las empresas chinas lo que están haciendo es subir en puerto a un grupo de pasajeros entre 6 y 7 tripulantes chinos que van en la embarcación como consultores. Pero cuando salen del puerto, toman el mando de la embarcación y controlan lo que pasa adentro”, denunció a TN Milko Schvartzman especialista en Conservación Marina del Círculo de Políticas Ambientales.
De acuerdo a las más de 100 actas de despacho a las que accedió TN, en la mayoría de los buques de empresas chinas con bandera argentina hay un 25% de la tripulación de origen chino que sale de puerto. Nunca hay inspectores a bordo.
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