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Una mujer se separó y ahora regala su vestido de bodas: “No lo aguanto más en mi casa”

Mae se casó con su pareja en 2013 y a los dos años se divorció. Ella puso en venta su vestido, pero nadie lo compró, hoy por hoy, busca regalárselo a cualquier mujer que lo pase a buscar por CABA.

Sábado 01 de Abril de 2023

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10:39 | Sábado 01 de Abril de 2023 | La Rioja, Argentina | Fenix Multiplataforma

“Regalo vestido de novia. Claramente tiene un solo uso. Se retira por CABA”, expresó una mujer en twitter y logró viralizarse con ello. La dueña del vestido, separada desde hace varios años, aseguró que lo hizo por un solo motivo: “No lo aguanto más en mi casa”.

Bajo el seudónimo de “Olga Patricia Ivanova”, Mae no revela en qué barrio de la Ciudad de Buenos Aires vive. Solo se lo dirá a la mujer que finalmente se quede con el vestido blanco que utilizó en su boda.

“Mucha gente se tomó la molestia de darme consejos sobre qué hacer con el vestido en vez de regalarlo. Muchas chicas preguntan el talle (los vestidos de novia usualmente no son por talle, son a medida)”, comentó Mae.

Se casó con Mariano el 17 de mayo de 2013 por civil. Eso fue un viernes. Al día siguiente, convocaron a sus amigos y familiares para una celebración íntima al aire libre. “Empezamos a salir en 2011, se dio todo muy rápido. Nos fuimos a vivir juntos y nos cargaban en Twitter, porque era todo muy romántico. Nos conocimos a través de la red social”, recordó Mae. Y continuó: “Ambos éramos divorciados. Él me propuso casamiento, yo le dije que sí y él me respondió: el próximo viernes que caiga 17 nos casamos. Por eso fue en esa fecha”.

“Cuando faltaba un mes y medio me dijo que no veía la hora de verme vestida de blanco. La fiesta la organizamos en un mes y medio. Nos casamos divertidos y a los dos años nos separamos así, divertidos”, relató Mae.

Durante el noviazgo y posterior matrimonio, Mariano se hizo amigo de los amigos de Mae. Es por eso que, tras la separación, ambos se frecuentaban y mantenían una relación de amistad. “Siguió funcionando todo bien, al punto de que él es daltónico y yo le preparaba la ropa para sus citas. A mí me daba culpa tener encuentros con otros hombres. Lo veía solo, incluso cuando se bajó Tinder no se animaba a escribirle a ninguna”, recordó Mae.

Fue ella quien iba hasta su casa, con la excusa de trabajar desde allí, para ser su “terapia de apoyo”. Mae contó: “Lo ayudaba con los chamuyos. Pero en el momento en que se puso de novio dejamos de hablar”.

En cuanto al vestido, Mae cree que se lo va a terminar llevando “una chica que es amiga de otra que lo vio en Twitter, pero como ella no tenía cuenta me escribió por instagram. Lo había puesto en venta anteriormente, pero me cansé de tenerlo publicado. Y tampoco quería tirarlo”.

 

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