La primera finca de turismo cannábico en Argentina: está en Sañogasta, La Rioja

El motivo de esa fecha fue celebrar la primera cosecha de inflorescencias de cannabis medicinal, y la forma de festejar fue a través de un fantástico «sunset» donde se dio a conocer la finca y el turismo cannábico de experiencia.

Entre los invitados hubo autoridades de las áreas de Turismo y de Producción del Gobierno de La Rioja, funcionarios del departamento de Chilecito, empresarios y por supuesto, interesados en pasar algunos días en la finca o invertir.

Hubo cocina de fuegos y coctelería de autor, acompañando la tarde, DJs locales que musicalizaron el evento (Juan Ibáñez y Agostina Alaniz) y mucha diversión.

¿Cómo es la primera finca de turismo cannábico en Argentina?

UNGE es un lugar donde se llevarán a cabo distintos tipos de eventos y celebraciones, pensado para activar experiencias sensoriales y naturales que se conectan con el entorno.

Pero además, es una empresa argentina dedicada a la producción de flores de cannabis con fines medicinales que busca abastecer una industria transformadora y en constante crecimiento mediante procesos productivos, eficientes y sostenibles con el fin de promover la salud, el bienestar y una mejor calidad de vida.

«Dentro de la industria del cannabis existen distintas unidades de negocio satélites a desarrollar, una de ellas es el proyecto turístico donde se destaca el diseño de la Ruta turística del Cannabis. Así como existe la Ruta del Adobe, o la Ruta del Vino, será un modo de difundir las posibilidades del ecosistema cannábico en la región», comentaron.

«Desde UNGE Cultivos Sostenibles proponemos ser parte de este polo cannábico fusionando la experiencia del cultivo y la gastronomía, siendo sinérgicos con nuestros colegas ya que no creemos en el viejo concepto de las competencias, queremos promover un trabajo en conjunto y coordinado con las distintas licencias de cultivo, en pos de potenciar la economía regional de La Rioja», aclaran.

Así la finca cuenta con el Triángulo El Parador, un restaurante de montaña fusionado con la naturaleza dentro en un bosque nativo de 4.000 m2, con capacidad para 300 personas sentadas.

El establecimiento usa un modelo de negocio open kitchen, donde muestran los procesos de producción y despacho para completar la experiencia y que pueda recorrer las 5 cocinas que funcionan de manera simultánea