El método extremo en las cárceles de El Salvador, donde un argentino está detenido hace un mes

Alejo Arias González, un joven argentino de 24 años, fue arrestado en El Salvador el pasado 14 de julio, junto a otras 39 personas, bajo la acusación de ser parte de una asociación ilícita colombiana. Un mes después de su detención, su familia sigue en la incertidumbre y angustia, ya que no han podido comunicarse con él debido al extremo régimen carcelario impuesto por el presidente Nayib Bukele.

Los padres de Alejo han estado luchando por obtener información sobre el estado de su hijo y las condiciones en las que se encuentra en las cárceles de El Salvador. Según reveló Mauricio Arias, padre del joven, han presentado una solicitud para que Alejo sea liberado y permanezca en el país mientras continúa la investigación. Sin embargo, aún están a la espera de una respuesta, que podría llegar en los próximos días.

El joven fue trasladado recientemente al Centro Penal de Usulután, a unos 200 kilómetros de la capital salvadoreña. La principal preocupación de la familia reside en el régimen carcelario extremo impuesto por Bukele, conocido por su política de seguridad extrema. En este régimen, los detenidos enfrentan condiciones difíciles, con horarios estrictos, trabajos forzados y castigos severos por conducta indisciplinada.

Mauricio Arias explicó que, según la información proporcionada por la Embajada, los detenidos en el penal tienen la opción de trabajar en actividades como agricultura y carpintería, pero no tienen tiempo para recreación. El trabajo no es obligatorio, pero aquellos que optan por no trabajar deben permanecer en sus celdas todo el día.

La familia también expresó su preocupación por la alimentación de Alejo y su capacidad para sobrevivir en este entorno hostil. Dado el historial de castigos severos en el régimen de Bukele, temen por la seguridad de su hijo y la posibilidad de que su vida esté en peligro si se sale de la línea. La falta de contacto con Alejo y la incertidumbre sobre su situación han llevado a una profunda angustia en la familia.

Los padres de Alejo han aclarado que, por el momento, no tienen planes de viajar a El Salvador, ya que solo el abogado que los representa, así como representantes consulares, pueden tener acceso a él. La familia espera ansiosamente obtener respuestas sobre la situación de Alejo y su posible liberación mientras continúa la investigación en su contra.

El caso de Alejo Arias González destaca la angustiosa situación que enfrentan muchas personas detenidas bajo el estricto régimen carcelario de El Salvador. La incertidumbre y la falta de comunicación con los seres queridos solo aumentan la preocupación de las familias, que buscan respuestas y soluciones en un entorno legal y penitenciario desconocido.