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Sociedad
Los kioscos y locales gastronómicos en un radio que incluye la Casa Rosada, el Cabildo y la Legislatura porteña, sufren las consecuencias de la inseguridad; personas con problemas psiquiátricos protagonizan muchos de los casos
Jueves 23 de Mayo de 2024
08:29 | Jueves 23 de Mayo de 2024 | La Rioja, Argentina | Fenix Multiplataforma
Los hechos son constantes y se destacan por el despliegue de una violencia inusitada. Por caso, una mujer trans le arrojó un plato de ñoquis a una moza del restaurante Bar Cabildo y le causó un profundo corte en el rostro que requirió siete puntos de sutura. Esa misma persona, el domingo pasado, activó un matafuegos en un kiosco: lo llenó de polvo, rompió vidrios y robó productos.
En otro video se ve un hombre que le revoleó un tacho de basura de la vía pública al cajero de un kiosco, se abalanzó de un salto sobre la caja registradora –tirando toda la mercadería exhibida– y arrebató el dinero de la recaudación.
Estos episodios salvajes ocurrieron a solo dos cuadras de la Casa de Gobierno y a una de la Plaza de Mayo, la Legislatura porteña, el Cabildo y la Catedral, entre otros puntos de referencia máxima del casco histórico, una de las zonas más turísticas de la ciudad de Buenos Aires. Una postal del país para el mundo.
Sabrina Ávila, de 37 años, encargada del restaurante de la esquina de Perú e Hipólito Yrigoyen, llegó a sentir tanta impotencia por la impunidad que decidió actuar. Reunió a comerciantes para tomar cartas en el asunto y asumió el liderazgo para acercarse a los medios. LA NACION se puso en contacto con ella
“Acá cada cual hace lo que quiere: el mantero, los sin techo, los vendedores ambulantes. Los robos y el vandalismo son permanentes en todos los comercios; hace años que estamos inseguros, no tenemos luces a la noche y eso que estamos a dos cuadras de la Casa Rosada”, explicó la mujer, indignada. “Necesitamos protección, nos cansamos de no poder trabajar; los turistas piden la cuenta rápido por miedo y se van”.
La mujer explicó que esto no ha ocurrido solo en el Bar Cabildo (Perú 86), sino también en el restaurante London City, de Perú y Avenida de Mayo; en un kiosco sobre la Avenida de Mayo, junto a un Farmacity; otro kiosco sobre la continuación de la peatonal Florida; el restaurante Kentucky, y una librería sobre Avenida de Mayo, entre otros comercios.
“Entran en banda, tipo piraña, y se roban hasta la comida de los platos de los comensales. Nos rompen vidrios, revolean sillas, entran un mínimo de 30 veces por día a hostigar a los clientes pediendo comida o dinero, ofreciendo medias o pañuelos; nuestros clientes turistas se asustan y nos piden la cuenta. Estas personas se pelean entre ellas, en la calle, y cobramos nosotros, porque con sus altercados nos rompen la infraestructura. El mes pasado nos robaron las manijas de bronce y cuando hay manifestaciones rompen todo”, explicó Ávila.
Además, según la encargada del Bar Cabildo, la cantidad de personas durmiendo en la calle aumentó drásticamente en los últimos tiempos.
Sostiene que, hasta ahora, la policía pareciera no haber encontrado soluciones para ellos: “Cuando llamás a la policía es porque el episodio ya ocurrió; solo te toman los datos, pero nunca llegan a nada; de acá se llevaron una computadora para peritarla y nunca la devolvieron”, precisó.
La policía a cargo del perímetro de la Casa Rosada es la Policía Federal Argentina (PFA), pero en la zona donde ocurren estos hechos vandálicos y delictivos la prevención está en manos de la Policía de la Ciudad.
Al kiosco situado junto al Farmacity le robaron dos veces en una semana: “Le revolearon un tacho de basura y un monitor de computadora al cajero, que ahora está asustadísimo y no pudo volver a trabajar”. Según Ávila, por estos hechos no hay nadie detenido.
“Es una locura lo que estamos viviendo. Me siento una policía más porque los de acá son un chiste. Hacés la denuncia y no pasa nada. Estamos en el centro del casco histórico, donde hay pleno turismo, y no hay iluminación ni seguridad. Es un chiste no poder trabajar en semejante lugar, esto es una zona de nadie. En realidad, sí: es zona de delincuentes”, expresó Ávila.
Dijo que de forma recurrente hay una mujer trans que los hostiga desde hace tres años: “En la cuadra hace desastres, a una mujer le revoleó un plato de ñoquis, a otra le cortó la cara con una botella de vidrio rota y con un matafuegos dejó una nube de polvo en comercios. Siempre está dando vueltas. Todos le tienen miedo. A mí me amenazó de muerte”, dijo la encargada del Bar Cabildo, que agregó: “Estoy quemadísima. El martes hice otra denuncia más”, cerró.
Según información provista de la Policía de la Ciudad, esta mujer trans, llamada Maylén Ayala, tiene problemas de salud mental y fue detenida seis veces solo este mes (el 3, 4, 6, 12, 13 y 19 de mayo) por maltrato, hostigamiento, intimidación, resistencia a la autoridad, lesiones leves, robo y daños. Por su propia condición, así como entra, sale.
Al kiosco le asignarían un efectivo de la fuerza porteña como medida disuasiva, afirmaron.
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