Internacionales

Un columnista de The Guardian dijo que la Corona británica debería desprenderse de las Islas Malvinas

Simon Jenkins, del periódico británico, criticó los "delirios imperiales" del gobierno británico. Llamó "problemática" la situación de las Islas Malvinas en materia presupuestaria. La comparación con el caso de Chagos.

Miércoles 09 de Octubre de 2024

287691_1728474055.jpg

07:32 | Miércoles 09 de Octubre de 2024 | La Rioja, Argentina | Fenix Multiplataforma

Tras la cesión de la soberanía del archipiélago de Chagos a Mauricio, este martes el diario The Guardian, uno de los periódicos de mayor circulación de Gran Bretaña, publicó una columna de opinión que sugiere que la Corona británica debe desprenderse de las Islas Malvinas, dado que "el delirio imperial" de mantener "seguros" a los kelpers cuesta más de 70 millones de euros.

"Gran Bretaña necesita abandonar sus delirios de imperio: renunciar a las Islas Chagos es un buen comienzo", así se titula la columna de opinión que firmó este martes para The Guardian el periodista Simon Jenkins. "Estos sueños de la era colonial le están costando caro al país", remata la bajada.

El acuerdo histórico alcanzado con Mauricio, un microestado en el Océano Índico, para la cesión definitiva del archipiélago de Chagos, generó toda una oleada de posiciones respecto de los otros 14 territorios de ultramar que Londres aún administra, entre ellos el comprendido por las Islas Malvinas, Sándwich del Sur y Georgias del Sur. Jenkins llamó a las Malvinas como una de las dos dependencias que "siguen siendo problemáticas" para Gran Bretaña.

La posición del columnista Jenkins critica tanto la herencia colonial del ex imperio británico como las posiciones adoptadas por las últimas administraciones gubernamentales, que, a óptica del artículo de The Guardian, siguen generando consecuencias a la Corona, o más precisamente a sus arcas.

"En el último medio siglo, muchos territorios —señala Jenkins—, como Belice, Tuvalu, las Seychelles y las Bahamas, han ido avanzando silenciosamente hacia la independencia. Otros han seguido 'dependiendo' del rey, con ciudadanía y protección británicas", enfatizó sobre el final sobre las ex colonias asociadas a la Mancomunidad Británica.

En ese punto se explayó. El columnista indicó una doble contrapartida, ya que además de que el gobierno británico debe garantizar la protección de las poblaciones locales de ciertas ex colonias en distintos sentidos (y por ello ejecutar partidas presupuestarias), algunas de esas ex colonias que hoy forman parte de la Mancomunidad (Commonwealth, en inglés) se han constituido en paraísos fiscales y dejan un agujero en la economía británica, en referencia a las Islas Caimán y las Islas Vírgenes Británicas.

Puerto Argentino y una bandera del Reino Unido. Foto ReutersPuerto Argentino y una bandera del Reino Unido. Foto Reuters

En ese pasaje, Jenkins cuestiona a la canciller británica, Rachel Reeves, de filiación laborista, quien acusó a los conservadores (bajo la administración de Rishi Sunak) de dejar un déficit de 21,9 mil millones de libras en las cuentas públicas al entregar el gobierno, luego de las elecciones del 4 de julio, en las que venció el candidato del Partido Laborista, el actual primer ministro Keir Starmer.

Rápidamente se posa sobre los dos casos que aún continúan siendo territorios de ultramar británicos: Gibraltar, un peñón al sur de España, con poco más de 30 mil habitantes, y las Islas Malvinas, reclamadas históricamente por Argentina.

Qué dice la columna de opinión de The Guardian sobre las Islas Malvinas

Arguye el columnista de The Guardian: "Dos dependencias siguen siendo problemáticas: Gibraltar y las Islas Malvinas. Es absurdo que Gran Bretaña haya permitido que Gibraltar, tomada como base militar en 1704, haya deteriorado las relaciones con España desde entonces. Por supuesto, a los ciudadanos de la colonia les gusta su enclave de bajos impuestos, pero este Mónaco británico es geográficamente parte de España. Seguramente algún acuerdo sobre soberanía ya debería haber solucionado el problema".

Apunta Jenkins en su artículo una versión que señalaba que David Cameron, ministro de Asuntos Exteriores conservador, habría llevado negociaciones -no exitosas- por un eventual traspaso de soberanía hacia los gibraltareños o españoles en abril pasado; algo muy diferente de lo que sucede con las Malvinas.

La canciller Diana Mondino y su par británico, David Lammy.La canciller Diana Mondino y su par británico, David Lammy.

Luego de que se conociera la decisión de cesión de Chagos, las comparaciones con Malvinas resultaron inmediatas. Mondino celebró la decisión y dijo que el caso de la soberanía sobre las Malvinas se resuelve con "acciones concretas" y no con "retórica vacía". También la gobernadora de las Islas se mostró preocupada por el antecedente.

Pero el ministro de Estado para los territorios de ultramar británicos, Stephen Doughty, señaló que "el Reino Unido está absolutamente comprometido" con los kelpers, y que las Malvinas "no están en negociación". La gobernadora de la administración británica en las Malvinas, Alison Blake, debió apaciguar a los kelpers, preocupados: "Quiero asegurarles que los contextos jurídicos e históricos de Chagos y de las Malvinas son muy diferentes".

Jenkins, en cambio, advierte a Doughty y a su línea argumental: "Lo que generalmente se olvida es que antes de la invasión argentina en 1982, el gobierno de Margaret Thatcher estaba negociando una transferencia, a pesar de la preocupación expresada por los isleños. Sólo la acción temeraria del régimen militar de Argentina arruinó las conversaciones. Pero eso fue hace 42 años".

La columna de The Guardian va más al hueso: apunta directamente al costo de la manutención de las Islas para la Corona.

"La defensa de los 3.600 kelpers le está costando a Gran Bretaña unos 60 millones de libras esterlinas al año [aproximadamente, 76,5 mil millones de pesos]. Es algo que no se justifica", asevera sobre la relación de las Malvinas con las arcas británicas.

Y hasta desliza que el futuro económico de las Islas está con el continente americano, aunque en ningún sugiere la necesidad de ceder la soberanía a la Argentina ni tampoco hace referencia a la autodeterminación que reclaman los kelpers.

"El único futuro que tiene sensato económicamente para las Malvinas está en su territorio continental adyacente. Si Thatcher pudo ver esto en 1982, ¿por qué no puede verlo hoy Keir Starmer? En lugar de eso, quiere gastar dinero fingiendo ser un imperio tanto en el océano Índico como en el Atlántico. Los delirios de grandeza nunca cesan".

 

<

Top Semanal

TAMBIÉN TE PUEDE INTERESAR

LOCALES

NACIONALES

INTERNACIONES

DEPORTES

SOCIEDAD

FARÁNDULA