Novena noche en Jesús Maria: Abel Pintos y Nahuel Pennisi y un cierre bajo el diluvio

09:53 | Domingo 19 de Enero de 2025 | La Rioja, Argentina | Fenix Multiplataforma

El Festival de Doma y Folklore de Jesús María 2025 entró en la recta final y 27 mil asistentes disfrutaron del segundo sábado de la 59° edición.

En una jornada donde se definieron los jinetes campeones de la doma, el escenario mayor fue testigo de un debut memorable: la joven Maggie Cullen fue la perla de una noche en la que brilló Abel Pintos. Nobleza obliga: el cantautor la invitó a interpretar La Llave en una versión que erizó la piel de muchos.

El folklore puro y duro estuvo en manos de Las voces de Orán, y la velada se cerró bailando cuarteto hasta que la lluvia lo permitió.

Campeones de la jineteada 2025

Temprano, tuvo lugar la última ronda de jineteada para definir a los ganadores de esta edición. Luis Antonio Prátula, Alfredo Ramos y Romario Arce Ferreyra se consagraron campeones en Bastos con Encimera Lisa, Gurupa Sureña y Crina Limpia, respectivamente.

Debut memorable

A las 21.10, luego del tradicional inicio a cargo de los presentadores y el Ballet Martín Fierro, Maggie Cullen hizo su debut en el escenario mayor de Jesús María. La joven de 24 años abrió su concierto con De fiesta en fiesta, canción de Peteco Carabajal que versionó en su primer álbum titulado Canciones del viento.

Muchos escucharon por primera vez la profunda y dulce voz de Maggie y se llevaron una grata sorpresa. Al cabo de unos minutos, su emoción por estar por primera vez en el festival contagió a los asistentes.

Con sencillez y carisma, fue presentando cada uno de los temas que interpretó. Se destacó especialmente al cantar clásicos como El 180 y La arenosa. Su paso fue breve, pero sin dudas habrá que acostumbrarse a verla continuamente en las ediciones venideras.

Casi a las 22 llegó el turno de Las Voces de Orán. Federico Córdoba, Nicolás Verón y René Gerardo Flores recogieron el guante de Cullen y presentaron una lista de folklore puro y duro, con la esencia del sentir salteño.

Tormenta de vino y La Taleñita fueron las más celebradas al inicio. El grupo agradeció el acompañamiento del público durante sus 53 años de trayectoria y reivindicó la importancia del festival en su carrera. Mientras interpretaban La Solis Pizarro, los 200 bailarines que conforman Las Melodías de Montiel se acomodaron en el campo para la presentación de la delegación entrerriana, que también incluía 50 acordeonistas y varios animadores.

Los bailarines tuvieron que contenerse durante el cierre de los de Orán, pero, a su turno, desataron una gran cantidad de aplausos cuando las plateas se maravillaron con las coreografías al ritmo del chamamé, la polka rural y las chamarritas.

La cuota pop

Tras el destacado paso de los sonidos litoraleños, Nahuel Pennisi se sentó en su lugar y tomó su guitarra para ofrecer un gran repertorio ante las 25 mil personas que se encontraban en el predio en ese momento.

El cantautor forma parte de la era moderna del folklore, esa que tiene a Abel Pintos como referente y ejemplo de una búsqueda más popera. A ambos nadie les puede negar la raíz folklórica de sus carreras. Sin embargo, la versatilidad de sus composiciones les permitió destacar más allá de la escena puramente tradicional.

Y el setlist de Pennisi es un ejemplo claro de lo mencionado. Con chacareras, zambas y carnavalitos, el bonaerense tuvo un inicio que le valió una gran ovación. Con el correr de las canciones, se llegó a su faceta más popera, y así sonaron Regresa, La Noche, Vienes y te vas y Universo paralelo. Este gran éxito, popularizado junto a La Konga, fue interpretado de manera melódica para luego transformarlo en un cuarteto que marcó un cierre bien bailable.

El bis fue Mundo, canción que grabó junto a Abel. Abajo y frente al escenario, Maggie Cullen bailó y cantó las canciones de Pennisi. La conexión entre los tres se puso de manifiesto en esta noche de sábado.

Magia y corazón

A las 23.30 se abrió la tranquera para que la gente accediera al campo e instantes luego Abel Pintos iluminó el José Hernández con su presencia. El cantautor resumió su descomunal carrera con una lista maravillosa.

Su concierto fue mágico; transformó la energía del lugar y emocionó a las más de 27 mil personas que lo vieron dejar el alma en cada canción. Sin dudas el momento de la noche fue cuando invitó a Maggie Cullen para cantar La Llave. Al presentarla, destacó que se emocionó hasta las lágrimas la primera vez que la escuchó.

Las interpretaciones de sus canciones más folklóricas encantan, pero Abel trascendió el género, y en esta ocasión, la multitud gritó y cantó con fervor sus éxitos de su etapa reciente. Otro momento especial llegó cuando interpretó Quién pudiera: con guitarra en mano y en absoluta soledad, logró que el público lo escuchara como si estuviera en un teatro. De esa intimidad se sirvió también para hacer canciones como Motivos y De solo vivir.

El magnetismo continuó y muchas lágrimas cayeron cuando cantó Oncemil, Sin Principio ni final y A Dios, himnos que llegan directamente al corazón de su gente.

Que me falte todo, la colaboración con Luck Ra, fue el enlace perfecto para lo que seguía a continuación: el cierre con cuarteto de la jornada.

Á las 2, Dale Q´ Va tenía preparada una lista cargada de cuartetazos pero la lluvia que cayó tras la primera selección de temas obligó acortar la presentación. Muchos eligieron quedarse a pesar del agua y el barro, pero la incesante lluvia también logró que la gente eligiera irse lo más rápido posible. Seguramente, el grupo tendrá revancha en otra edición.