El presidente de Estados Unidos volvió a insistir con expulsar en forma masiva a millones de migrantes. Crece el miedo en la comunidad latina.
19:35 | Lunes 20 de Enero de 2025 | La Rioja, Argentina | Fenix Multiplataforma
Son una marea de entre 10 a 13 millones de personas bajo riesgo de deportación. Muchos entraron ilegalmente al país, otros están amparados en distintos programas que les permiten trabajar mientras aguardan la resolución de sus casos, y cientos de miles están a la espera de una cita con el juez de migración, para que decida si finalmente se les otorga su pedido de asilo.
Los migrantes latinos sin papeles o con un amparo parcial están en pánico. Las amenaza de deportaciones masivas confirmadas este lunes por Donald Trump en su discurso de asunción preanuncian tiempos difíciles para la comunidad hispana.
Están nerviosos. Temen ser devueltos a sus países de origen, como el cubano Abel Meza. “Tengo cita con la corte migratoria recién para 2027. Ahí sabré si me dan asilo o si me deportan”, contó a TN.
Meza, que llegó a Estados Unidos hace dos años, tras un largo periplo desde Nicaragua hasta México, no está solo. “Conozco muchísima gente en mi misma situación”, afirmó. Mientras tanto, trabaja como chef en Miami y vive con su pareja, también cubana y que tiene regularizada su situación migratoria.
Se estima que hay 300.000 personas que aguardan la resolución de sus pedidos de asilo.
Consultas urgentes desde todas partes del mundo
Wilfredo Allen, abogado especializado en migración de la Florida, dijo a TN que los dos últimos meses han aumentado en forma drástica las consultas en su estudio de Miami.
“Cada día recibo unas 40 consultas de personas preocupadas o desesperadas. La mitad vive en los Estados Unidos y está en proceso judicial de asilo o de legalización. La otra mitad está fuera del país. Hay personas que están en el exterior y se encuentran en pánico porque esta misma semana tienen las entrevistas para sus solicitudes de asilo. Hay, literalmente, decenas de miles de personas esperando esa cita”, afirmó.
Miles de inmigrantes cruzan a diario el río Bravo, en la frontera entre México y Estados Unidos (Foto de archivo:. REUTERS/Jose Luis Gonzalez)
Miles de inmigrantes cruzan a diario el río Bravo, en la frontera entre México y Estados Unidos (Foto de archivo:. REUTERS/Jose Luis Gonzalez)
La suspensión de programas que beneficiaban a inmigrantes es un hecho. También la declaración de emergencia en la frontera sur impulsada por Trump. Las autoridades mexicanas advirtieron este lunes a los inmigrantes el inminente fin del trámite conocido como “CBP One”, la solicitud de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza estadounidense que permite gestionar citas de asilo desde México. Hay miles de personas que tenían turno de presentación en los próximos días.
“Están en pánico. Este programa va a morir en pocas horas”, dijo Allen.
Pero hay otros beneficios que también quedarán en la nada, incluso el que otorga la ciudadanía a los hijos de inmigrantes ilegales nacidos en el país. “Por ejemplo, el programa de parole humanitario, por el que entraron 500.000 personas, ya murió. Hay cientos de miles de personas en espera que no van a entrar”, apuntó el abogado.
En la Florida, ya comienzan a vislumbrarse algunos cambios. “Tú te paras en las tiendas de Home Depot, especializadas en materiales de construcción, y en el parqueo puede haber entre 15 a 20 personas esperando trabajo, la mayoría sin documentos. Esas personas no van a ir más ahí porque corren el riesgo de que los deporten”, comentó Allen.
Es una situación paradójica. Se trata de los mismos inmigrantes ilegales que están apagando el fuego en Los Angeles o ayudan a construir las casas del oeste de la Florida arrasadas por los últimos huracanes. Además, son los que levantan las cosechas en el campo y trabajan en la mayoría de los mataderos y frigoríficos en todo el país.
Sin embargo, los migrantes siguen insistiendo. Miles de sudamericanos y centroamericanos partieron este lunes en una caravana desde la frontera sur de México rumbo a los Estados Unidos. Es la primera caravana de la segunda presidencia de Trump. A ellos no les importan las advertencias de deportaciones masivas y las nuevas restricciones. Muchas mujeres van con sus niños en brazos y solo con una mochila como equipaje.
A miles de kilómetros de distancia, Trump planea militarizar la frontera para expulsar a millones de migrantes y detener el flujo incesante que llega desde el sur. Vienen desde todos lados y muchos llegan a cruzar la peligrosa selva del Darién, entre Colombia y Panamá. Los cálculos más optimistas señalan que hay unos 300.000 migrantes de viaje por México a la espera del momento para entrar a los Estados Unidos. Allí, ya se encuentran entre 10 a 13 millones más preocupados por su futuro.
“Solo me queda esperar”, dijo Meza en su diálogo con TN. Volver a Cuba, para él, no es una opción. Tampoco lo es para la mayoría de los migrantes que escapan de la pobreza y las persecuciones en sus países de origen. Para ellos, la era Trump es solo un escollo más en su camino.