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Se unieron cuando el fuego comenzó a amenazar la vivienda de uno de los integrantes que vive en el Valle del Manso. Elogios a Parques Nacionales y críticas al apoyo de Nación.
Domingo 16 de Febrero de 2025
15:05 | Domingo 16 de Febrero de 2025 | La Rioja, Argentina | Fenix Multiplataforma
Los unió la catástrofe y el amor por su tierra. Mientras el fuego arrasaba miles de hectáY agregan: “El personal es reducido y muchos brigadistas vienen de diferentes lados del país como Córdoba, Corrientes, Salta, Chaco, Tucumán, Misiones. Las condiciones que el Estado les brinda para descanso no son las más adecuadas. Esto lleva a que cada día que pasa, sea más difíciles para ellos combatir el fuego, ya que se produce un cansancio físico mental y espiritual progresivo, llevando a que no solo se tenga que combatir el fuego, sino que también tengan que lidiar contra el propio desgaste del cuerpo. Creemos que si el Estado estuviera más presente y le brindara mejores condiciones tanto a los brigadistas como al resto del personal involucrado el desempeño sería mejor y más eficiente. Queremos dejar en claro que esto no es culpa de los brigadistas y el personal designado por Parques Nacionales y el SPLIF, ellos lo dan todo dentro de las condiciones posibles. También nos gustaría hacer una mención especial a todas las mujeres que se encuentran en el centro de acopio del manso, que desde un trabajo a puro pulmón se encargan de que todo el personal tenga su vianda diaria, esperándolos al final del día con comida y bebidas para recuperar un poco de fuerza luego de haber estado poniendo todo el día el cuerpo para combatir el avance del fuego”.
Una de las polémicas que se desató durante la catástrofe que está ocurriendo en La Patagonia gira en torno al apoyo de Nación respecto a los recursos que se pusieron a disposición para combatir los incendios y la urgencia con la que los mismos llegaron hasta el sur argentino. Sobre esto, los habitantes sostienen que “Por supuesto que la ayuda llegó tarde. El incendio de los Manzanos comenzó a mediados de diciembre y sigue activo llegando al Valle del Manso, el asunto acá es que lleva tanto tiempo y no puede ser controlado que necesitamos más refuerzo aéreo para enfriar la zona y poder trabajar con la brigada in situ. Creemos que es fundamental un Estado más presente e intervencionista que ayude para poner fin a esto que cada día es más difícil de combatir, y solamente se va a poner finalizar con más recursos por parte del Estado ya que el clima no da tregua sin haber pronostico cercano de lluvia”.
La brigada de amigos no quiere quedarse en las responsabilidades o el uso electoralista que la dirigencia política –de todos las fuerzas- suele hacer cada verano con los incendios. No les interesa. Para ellos La Patagonia es mucho más que una disputa mezquina. Mientras aguardan el arribo de una lluvia que aplaque la voracidad de las llamas, sostienen: “Nuestro mensaje es para convocar a quienes deseen sumarse, a quienes estén lejos o cerca. Necesitamos ayuda y recursos para ganarle tiempo al fuego, para ayudar a quienes lo intentan controlar hasta que llueva o hasta lleguen medios aéreos, que son las únicas alternativas para extinguir completamente todos los incendios que están activos”. Solidaridad, empatía y amistad. Todo eso, en medio del caos.reas de bosque nativo patagónico y el apoyo de la Nación para combatir los incendios en el sur argentino brillaba por su ausencia, un grupo de amigos formó su propia brigada para ayudar a los habitantes de una región que guarda en sus entrañas un sinfín de tesoros naturales únicos en el mundo. En un contexto caótico y oscuro, decidieron poner el cuerpo para proteger las montañas por las que caminan desde que tienen uso de razón. Su historia nace por la falta de prevención estatal, la inconciencia del ser humano y la burocracia estatal. Todos temas que, alguna vez, la sociedad argentina deberá comprender como indispensables para evitar lo que está ocurriendo. No es el objetivo que perseguirán las siguientes líneas. Ésta crónica es sobre la esperanza, la solidaridad y el amor por el otro. Nada mal para los tiempos que corren.
El Valle del Manso emociona, inspira, acaricia el alma. Cualquiera que lo haya caminado puede dejar constancia de tal afirmación. Semanas atrás, los incendios que ya devoraron más de 30 mil hectáreas en La Patagonia iniciaron su avance hacia las viviendas de los habitantes que residen en ese paraje paradisíaco. Entre los inmuebles, estaba la casa Matías Carro. En ese momento comenzó a tomar forma la brigada que sus amigos formarían casi inmediatamente.
“Somos todos habitantes y ciudadanos de la Patagonia, uno de los lugares más hermosos del mundo con una inmensa biodiversidad. Nos hemos criado acá y desde pequeños caminamos en las montañas, lo que nos ha dado un sentimiento de pertenencia y amor particular por la naturaleza”, cuenta a MDZ Emanuel Carrasco, uno de los protagonistas de esta historia. Junto a él y, desde hace días, se suman a las brigadas de Parques Nacionales y del Servicio de Prevención y Lucha contra Incendios Forestales, Javier Azua; Juan Marini; Germán Roggero; Marcos Karger; Diego Andrés Venturino; César Venturino; Manuel Pacho Rodríguez; Mariano Filipic; Tomás Spoturno; Facundo Acevedo; Nicolás Aguirre; Lucas Ferrara; Camila López Gómez; Nicolás Mühlhausen; Soledad Dapuza y Marco Filipic. En total son 17, pero confían en que su historia inspire a otros y se sumen muchos más.
Mientras ayudaban a Matías y el fuego avanzaba generando nuevos focos, el grupo entendió que había más gente que necesitaba una mano. Al mismo tiempo, comenzaron a juntar donaciones para ayudar a los habitantes del Manso. “Esto llevo a ir involucrándonos cada día más, por lo que hoy el objetivo principal sigue siendo salvar todas esas viviendas y familias que se encuentran en gran riesgo y desamparadas. Pero a la vez, también es poder difundir nuestro mensaje y pedir ayuda de parte de las distintas esferas del gobierno que, si bien están presentes, no estarían enviando los recursos necesarios para poder dar fin con esta situación tan trágica que lleva casi dos meses. Y con esto lograr que el Estado nacional comience a gestionar más recursos para el futuro, porque los incendios en la Patagonia en los veranos es moneda corriente y cada verano que pasa está siendo peor, como lo estamos viendo”, afirman.
A medida que comenzaron a involucrarse el grupo fue vinculándose con otros voluntarios que se unieron a los brigadistas del SPLIF, Parques Nacionales y otras organizaciones. “Están haciendo un trabajo admirable y lo están dejando todo en cada día de batalla. Pero la realidad es que no dan abasto, esto se debe a que no solo tienen turnos muy largos que conllevan entre 15 y 20 días de servicio con jornadas laborales de entre 9 y 10 horas”, explican los jóvenes que, durante varios pasajes de la charla con MDZ, destacan la labor de los trabajadores estatales a pesar de las precarias laborales que tienen.
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