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El increíble olvido de Milei, la guerra que viene con un escenario virtual y un dato que inquieta en las provincias

(POR PABLO ICARDI) El presidente Javier Milei dio un discurso acotado en pocos temas y obvió intencionalmente otros, como la educación. Un dato que inquieta en las provincias y la guerra en el escenario virtual.

Domingo 02 de Marzo de 2025

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10:20 | Domingo 02 de Marzo de 2025 | La Rioja, Argentina | Fenix Multiplataforma

Javier Milei recorrió el trayecto que une a Casa Rosada con el Congreso de la Nación casi en solitario. Las vallas que habían cercado ese trayecto no contenían a nadie, pues las calles estaban semi vacías; igual que el hemiciclo del Congreso donde habló unos minutos después. En el campo virtual se había sembrado un escenario distinto, de una euforia construida con una metodología en la que los seguidores del Presidente se sienten mucho más cómodos; detrás de un teléfono celular, una pantalla y con una red social como medio y los algoritmos como canales de distribución. Así lo dejó claro Milei en el cierre de su discurso en el que declaró una guerra reformista a lo libertario. “Lo haremos de local en las redes sociales”, mencionó al describir cómo enfrentarán las oposiciones a las reformas propuestas. 

El Presidente dio un discurso poniendo énfasis en un puñado de temas sobre los que suele redundar: ajuste, equilibrio fiscal, cero emisión monetaria; todo relativo a una de las partes de la economía. Pero dejó de lado otros que son estructurales para el desempeño de un Gobierno como gestor de la vida cotidiana. Por tomar un tema crucial que fue completamente obviado por Javier Milei y que marca el rumbo. El Presidente no mencionó nunca la palabra educación. No es que tenga una habilidad discursiva para hablar del tema con otros términos; directamente obvió el tema; lo sacó de agenda y de su plan de gobierno. Ni lo que hizo, ni lo que pretende hacer. Si antes era un tema usado para la retórica y con cierto consenso para mirar hacia el futuro, ahora directamente no existe en el plan de gobierno. Algo de coherencia tiene, pues para Milei el Estado se tiene que dedicar a un puñado de cosas en los que la educación no está contada.

En ese sentido, cuesta proyectar, entonces, cuál es el plan de desarrollo futuro que el Presidente propone.  También obvió el Presidente otros temas que podrían incomodarlo, como política exterior (no mencionó el cambio de foco por la invasión a Ucrania), ambiente (obvió la crisis por los incendios), producción (no promovió ningún sector económico, más allá del financiero) y otras áreas que son clave.

Milei habló en un hemiciclo casi vacío por la ausencia de la oposición dura. 

Federal

Milei le habló a los propios en el Congreso, que aplaudían hasta las comas. Pero hubo momentos de tensión graves, sobre todo con el radical Facundo Manes, que incluso denunció que lo golpearon en el Congreso.

Al igual que ocurrió en otros discursos, el Presidente también dejó de lado el vínculo que tiene el Estado nacional con las provincias; es decir con el federalismo que dicta la constitución. Apenas algunas menciones solapadas y un anuncio que inquieta. Milei dijo que promoverá una reforma fiscal profunda; pero tocando los tributos que son coparticipables. Es decir, se meterá de lleno con los recursos de las provincias. Según el anuncio, quiere bajar los impuestos a un “piso” y que los estados provinciales luego los manejen a su criterio para “competir” para atraer inversiones. No hubo detalles, pero ese anuncio sugiere que se meterá con la coparticipación y los recursos provinciales, algo que ya hizo de hecho.

Claro, las restricciones legales que tiene son complejas de sortear, pero en el mismo discurso dijo que para él no son una limitación. “El espíritu de la reforma en la que estamos trabajando es brindarle autonomía fiscal a las provincias en los impuestos que hoy recauda el Estado nacional en su nombre. De este modo, el Estado nacional establecerá un piso mínimo para cada impuesto, sustancialmente inferior al total actual, y luego las provincias podrán elevarlo a su criterio, lo que indudablemente generará una competencia fiscal entre las provincias que dinamizará así sus economías”, anunció Milei.

En su primer año de gestión Milei no bajó los impuestos centrales, pero sí recortó recursos a las provincias. Por eso se cortaron las obras públicas trascendentes, los programas educativos y de salud, por nombrar algunos temas. En ese plan, no cedió en darle recursos ni coparticipar otras partidas como le habían sugerido los gobernadores aliados.

La vicegobernadora de Mendoza Hebe Casado. 

En el esquema del libertario hay una lógica que funciona de manera particular. Acusó que en la obra pública había corrupción (una verdad revelada por los innumerables casos); pero su solución no fue promover la transparencia, sino eliminar la obra pública. También cuestiona la educación pública a través de consignas relacionadas con el “adoctrinamiento”, y por eso el tema es directamente obviado de su discurso y plan de gobierno.

Milei anunció que está dispuesto a avanzar, más allá de las oposiciones que pueda tener en los canales institucionales del país, esos que también funcionan de anticuerpos. No es casualidad que haya dicho eso mientras en el lugar estaba uno de los jueces de la Corte nombrados por Decreto. “Si este Congreso eligiera no acompañar de forma mayoritaria al Gobierno nacional en esta propuesta que les extiendo, sepan que eso no detendrá el proceso de cambio que el pueblo argentino nos encomendó”, dijo. “Lo vamos a hacer solos, lo vamos a hacer a nuestra manera, pero tarde o temprano lo vamos a hacer, librando la batalla que haya que librar en todos los frentes para lograrlo. Pelearemos en el Congreso de la Nación, pelearemos en las provincias y en los municipios, en la legislatura y consejos deliberantes, daremos la batalla de visitante en los medios analógicos y lo haremos de local en las redes sociales, lo haremos en la calle si así lo demanda la historia”, dijo en tono de advertencia.

El recorrido del discurso del Presidente redundó en algunos éxitos de su gestión; todos relacionados con la macroeconomía y, en especial, la inflación; el tema de mayor permeabilidad entre la gente. También, aunque ya con un peso menor por el desgaste, sobre la "casta", ese concepto que en su semema suma todas las broncas sociales contra la clase política y que es el gran capital de Milei. Lo acotado del abordaje llama la atención y la retórica usada, con cierta pobreza por cierto, denota que hay una profundización entre lo que es y lo que el Presidente cree que ocurre. 

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