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En la Cámara Alta, aducen que los legisladores perdieron por 16 puntos contra la inflación en 2024. Crece el malestar entre los empleados del Congreso, nucleados en la poderosa Asociación del Personal Legislativo, que conduce Norberto Di Próspero.
Lunes 31 de Marzo de 2025
11:25 | Lunes 31 de Marzo de 2025 | La Rioja, Argentina | Fenix Multiplataforma
Los senadores esperan en estricto silencio que venza el plazo del congelamiento firmado por Victoria Villarruel en diciembre pasado para que no aumentaran las dietas hasta el 31 de marzo. La Vicepresidenta resolvió, antes que terminara 2024, una prórroga de la resolución votada por los legisladores en agosto para que no se aplicara a sus ingresos el aumento del valor de los módulos acordado en las paritarias de los trabajadores del Senado, que pasó de 1966 pesos por unidad a 2225.
Como el sueldo de los legisladores está compuesto por 2500 módulos en concepto de dieta, 1000 en concepto de representación y 500 por desarraigo, para aquellos que viven a más de 100 kilómetros de Capital Federal, la suma hubiera trepado a 8,9 millones de pesos. La medida votada en recinto dejó clavados los ingresos en 5,9 millones para quienes residen fuera del AMBA y 5 millones para los que tienen domicilio en CABA y sus alrededores.
En los pasillos del Congreso comentaron a LPO que los senadores habrían perdido, por la falta de actualización del valor de sus módulos, alrededor de 6,7 millones de pesos, entre mayo del año pasado y marzo de 2025. "Los legisladores perdieron 16 puntos contra la inflación, que fue del 35 por ciento acumulada según el Indec", precisó una fuente parlamentaria.
Como sea, la discusión sobre las dietas ya produjo una terrible pelea pública entre Villarruel y Javier Milei, que salió a cruzarla sin piedad cuando la vice dijo que cobraba "dos chirolas", en referencia a los 4 millones de pesos que percibía por entonces. "Está desconectada de la realidad", sostuvo el Presidente, y agregó que "el 95 por ciento de los argentinos gana menos que eso".
La Vicepresidenta había cometido el pecado de apuntar la inconsistencia del modelo económico de Milei: "Mi sueldo está congelado hace un año y la prepaga aumenta, los impuestos aumentan, no alcanza a nadie que viva de su sueldo con honestidad", indicó. Además, agregó: "Gano menos que el Presidente, los diputados, los senadores, ministros, jueces, diplomáticos, voceros y así puedo seguir. No me dan vivienda ni nada. Esto es cualquiera en el desfasaje de los sueldos".
Ahora, tanto los senadores como Villarruel podrían dejar que se venza el plazo del congelamiento sin que salte a la agenda pública pero la jugada causa malestar entre los trabajadores de la Cámara. Un referente gremial le dijo a LPO que las autoridades "están apretando con el presentismo", y detalló que se implementó "el ingreso biométrico con huella digital y lo cruzan con la tarjeta de ingreso en los molinetes".
La bronca de los empleados se explica por el cumplimiento a rajatabla de 7 horas reglamentarias por tareas de asesoramiento a los senadores, pese a que en ocasiones terminan cubriendo sesiones que duran hasta 20 horas o más o, según la intensidad del tiempo político, trabajan sin domingo. Además, hay técnicos y profesionales especializados, con décadas de experiencia en el Poder Legislativo, a los que no les rinde someterse a la disciplina del ingreso biométrico porque ganarían mucho más en una consultora, un estudio jurídico o hasta dando clases.
Por eso, un sindicalista expresó a LPO: "Nosotros perdimos 50 puntos contra la inflación en 2024 y mucha gente renuncia y se va a trabajar afuera". "Una persona, sin antigüedad pero con título universitario, está cobrando en el Senado 1 palo y medio aproximadamente y se está yendo gente re valiosa", completó.
En la Cámara Baja, por otro lado, Martín Menem mantuvo pisadas las dietas de los legisladores desde noviembre y sólo concedió un aumento en tres tramos desde mayo hasta octubre. Sin desarraigo, un diputado percibe una dieta de alrededor de 4 millones de pesos sin desarraigo en la actualidad.
El sueño de la izquierda acerca de que un legislador cobre lo mismo que un maestro está a punto de convertirse en realidad. En Ciudad de Buenos Aires, un director de escuela con máxima antigüedad tiene un salario de 2,7 millones.
Al igual que en el Senado, en Diputados también crece la furia de los trabajadores, que padecen acaso con más rigor que sus vecinos el control de los horarios con sueldos todavía más bajos. En uno de los sindicatos respondieron a LPO que desde diciembre de 2023 hasta febrero de 2025 los empleados legislativos perdieron 65 por ciento contra la inflación medida por IPC.
Un macrista le contó a LPO que piensa dos veces antes de contratar los servicios de un abogado para su despacho. "Cuando digo que se paga 800 mil pesos, me contestan que por esa guita quizá viene tres horitas por semana y me estudian un par de expedientes. ¿Qué boga te labura por 8 gambas 8 horas por día?", se quejó.
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