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Milagro: Un nuevo tratamiento para el cáncer de mama logra un 100% de supervivencia

En Reino Unido, un nuevo tratamiento logró 100% de supervivencia en cáncer de mama hereditario. Podría cambiar cómo la ciencia lo trata en el mundo.

Viernes 06 de Junio de 2025

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07:10 | Viernes 06 de Junio de 2025 | La Rioja, Argentina | Fenix Multiplataforma

Un nuevo tratamiento para el cáncer de mama hereditario está dando que hablar porque logró resultados increíbles: ninguna paciente murió en los tres años siguientes. La ciencia detrás de este avance promete cambiar la forma en que se enfrentan estos casos difíciles, dando una luz de esperanza para muchas mujeres que luchan contra esta enfermedad.

 

Cuando el orden de los factores sí altera el producto

En los últimos años, el cáncer de mama ligado a mutaciones hereditarias BRCA1 y BRCA2 se volvió más conocido, en parte por el caso de Angelina Jolie. Este tipo de cáncer afecta a miles de mujeres jóvenes, muchas veces con antecedentes familiares y sin síntomas previos. Son tumores difíciles de tratar, agresivos y con alta chance de volver.

 

El ensayo Partner, liderado por el equipo de la Dra. Jean Abraham desde el Addenbrooke’s Hospital y la Universidad de Cambridge, probó algo distinto: dar primero quimio, esperar 48 horas y recién ahí sumar olaparib, una pastilla que ataca directamente las células cancerosas con BRCA mutado. De las 39 mujeres que recibieron esta combinación previa a la operación, todas sobrevivieron los tres años críticos posteriores. Y eso no es menor: en el grupo que solo recibió quimioterapia tradicional, murieron seis de las 45 pacientes. La diferencia es tan clara que, según Abraham, "esto podría convertirse en el nuevo estándar de tratamiento".

 

El olaparib ya se usa en varios países, incluso en Argentina donde se vende como Lynparza, pero solo después de la cirugía, y durante un año entero. En cambio, en el ensayo se tomó solo por 12 semanas antes de operar, lo cual mejoró los resultados, abarató los costos y redujo los efectos secundarios.

 

Lo que viene: más esperanza y menos efectos

Lo más loco es cómo surgió la idea. La doctora Abraham estaba charlando informalmente con Mark O’Connor, científico de AstraZeneca, y ahí cayó la ficha: ¿y si probamos dejar un espacio entre la quimio y el olaparib? El concepto no parecía tan revolucionario, pero fue central. Esa ventana de 48 horas, que parece mínima, le da tiempo a la médula para reponerse, mientras que el tumor queda más expuesto al ataque del fármaco.

El ensayo se realizó en 23 hospitales del Reino Unido, pero sus resultados podrían tener impacto mundial. Michelle Mitchell, directora de Cancer Research UK, lo resumió así: "Esta investigación demuestra que, con los tratamientos que ya tenemos, bien usados, podemos salvar más vidas". Además, al tratarse de un medicamento disponible y sin necesidad de equipamiento especial, podría adaptarse fácilmente a los sistemas de salud como el argentino.

 

Jackie Van Bochoven, una de las pacientes, fue clara: "Pensé en mis hijos, en mi hermana, en mi mamá... todas pasamos por esto. Hoy estoy bien, disfruto de cada día. Vivir sin cáncer te cambia la cabeza". La próxima fase del ensayo buscará confirmar estos resultados en más personas y analizar si también se pueden aplicar a otros tumores con mutaciones BRCA, como el de ovario, páncreas y próstata. El objetivo final: tratamientos más efectivos, menos tóxicos y que lleguen a más pacientes, sin necesidad de esperar milagros, solo mejor ciencia y decisiones más inteligentes.

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