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Después de 40 años en cautiverio, la elefanta Kenya vive en un espacio al aire libre y toma sus propias decisiones. Cómo es el avance en el santuario.
Sábado 19 de Julio de 2025
19:52 | Sábado 19 de Julio de 2025 | La Rioja, Argentina | Fenix Multiplataforma
El 9 de julio, la elefanta Kenya llegó al santuario en Brasil después de cinco días de viaje en camión. Esa fue la última vez que estuvo en una jaula. Su comportamiento animado y su gran capacidad de adaptación asombra a los cuidadores.
Desde que llegó al santuario en Mato Grosso, la elefanta Kenya mostró su personalidad. Tardó solo 20 minutos en salir de la jaula y reconocer el corralito de adaptación del predio. A los pocos días empezó a recorrer algunos senderos y hasta se dio un baño con barro.
Ahora, los cuidadores descubrieron que la elefanta Kenya ha derrumbado al menos dos árboles después de darse cuenta que los forestales ceden cuando ella se rasca contra ellos. Este es un comportamiento completamente normal de su especie porque los elefantes africanos son más efusivos que los asiáticos.
“Ella está haciendo un gran trabajo explorando y encontrando su camino alrededor de su nuevo espacio. Esperamos que Kenya encuentre muchos árboles contra los que rascarse, tal vez incluso elija uno. Pero ahora que ella está empezando a entender que su entorno es suyo para hacer un hogar”, puntualizaron desde el santuario.
Además, Kenya se alimenta con normalidad y cuando estaba en el corralito de adaptación jugó un largo rato con un neumático que era de un elefante que estaba en el zoológico de Buenos Aires.
Kenya y Pupy son las únicas elefantas africanas del santuario y por ahora están en zonas separadas pero contiguas por lo que pueden interactuar. Pupy llegó en abril a Mato Grosso y antes vivía en el ecoparque de Buenos Aires. Por su parte, Kenya vivía en el ecoparque de Mendoza y estaba sola en el recinto.
“Tendrán la oportunidad de ser compañeras si así lo desean y espacio suficiente para disfrutar de su hábitat de forma independiente si lo prefieren”, explicaron desde el santuario.
“Una vez que se complete la próxima gran expansión del hábitat asiático para hembras, una pequeña parte del mismo quedará al lado del hábitat africano, con una carretera entre ambos. Todas las hembras tendrán la oportunidad de verse y comunicarse entre sí si deciden acercarse a las vallas que separan los recintos. Como siempre, dejamos esa decisión en manos de las elefantas”, agregaron sobre la interacción entre los ejemplares del santuario.
Según los comunicados del santuario, en los últimos días Kenya estuvo en la zona 1 y Pupy, en la zona 2 y 3 de la parte de elefantes africanos del santuario. Para evaluar la interacción entre las dos, uno de los cuidadores, colocó una fardo de pasto en la valla cerca de Kenya y cuando Pupy se acercó Kenya hizo un fuerte ruido con su trompa. Después, su compañera contestó.
“Luego Kenya le dio la espalda a Pupy y Pupy hizo lo mismo. No hubo interacción social o física, pero sí mucha interacción verbal. Aquí, no sólo había ruido, sino que también había una postura física que indicaba que estaban teniendo algún tipo de conversación. Esta es la primera vez que las hemos visto tan calmadas charlando mientras estaban juntas”, señalaron.
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