El choque entre ambos países escaló con las sanciones del gobierno de Donald Trump contra los jueces que llevan el proceso contra Jair Bolsonaro.
El mandatario estadounidense amenazó con aplicar aranceles del 50% a productos brasileños
21:19 | Sábado 19 de Julio de 2025 | La Rioja, Argentina | Fenix Multiplataforma
El conflicto entre Brasil y EE.UU. se agravó este sábado tras las sanciones del gobierno de Donald Trump a los magistrados del Supremo brasileño, mientras que el ex presidente Jair Bolsonaro pasa el fin de semana recluido en su domicilio por orden judicial.
El presidente Luiz Inácio Lula da Silva, respondió a las sanciones a los jueces con una dura nota oficial, en la que protestó por "otra medida arbitraria" de su colega Donald Trump después de que Washington amenazó con aplicar aranceles de 50% desde el 1 de agosto si no se detiene "inmediatamente" el proceso por golpismo al ex jefe de Estado.
"Ningún tipo de intimidación o amenaza, de quien quiera que sea, comprometerá la más importante misión de los poderes e instituciones nacionales, que es actuar permanentemente en la defensa y la preservación del Estado Democrático de Derecho", afirmó Lula. La crisis no tiene precedentes entre las dos mayores economías del hemisferio.
Horas después de que el Tribunal Supremo aumentó las restricciones y vigilancia sobre Bolsonaro este viernes, el canciller norteamericano, Marco Rubio, prohibió el ingreso a EE.UU. al juez de la Corte Suprema Alexandre de Moraes, a cargo de la causa contra el ex mandatario y a otros siete magistrados: Luís Roberto Barroso (presidente de tribunal), Dias Toffoli, Cristiano Zanin, Flavio Dino, Cármen Lúcia, Edson Fachin y Gilmar Mendes.
Luiz Inácio Lula da Silva, con una gorra que afirma: "Brasil es de los brasileños". Foto: REUTERSLuiz Inácio Lula da Silva, con una gorra que afirma: "Brasil es de los brasileños". Foto: REUTERS
También a los familiares directos de los jueces. Rubio calificó la causa como “una caza de brujas”. "Mi solidaridad y apoyo a los ministros del Supremo Tribunal Federal afectados por otra medida arbitraria y completamente infundada del gobierno de Estados Unidos", replicó Lula.
Posibles represalias
El gobierno brasileño analiza una gama amplia de medidas de réplica si no hay un acuerdo antes de la fecha límite del 1 de agosto que alivie la crisis, afirma la prensa brasileña este sábado.
Una de las alternativas sería limitar las remesas de dividendos de empresas estadounidenses con operaciones en Brasil. Según el portal de Estadao también se contempla la condonación de las patentes de medicamentos que se comercian en el país. Lula también tiene en la mira a las grandes tecnológicas. Suman aproximadamente 4.000 las empresas estadounidenses que operan actualmente en Brasil. No hay claridad aún sobre cómo proceder porque dentro del Ejecutivo sostienen que Brasil debe mantenerse como una economía previsible.
“Habrá algún daño interno, sin dudas, pero tenemos solo el 2% del PBI expuesto con EE.UU. y allá también esto causará problemas”, le dice a Clarín un funcionario de la cancillería en Brasilia que apuesta a una salida negociada.
Esta semana, en el inicio del conflicto, el ministro de Hacienda, Fernando Haddad declaró que “este problema, perturbará su economía (la norteamericana). Hoy los métodos de producción son completamente diferentes; las cadenas de suministro están mucho más fragmentadas. Piensen en la producción de un avión Embraer: el 45% de los componentes proviene de EE.UU. Y una buena parte de los aviones se vende en EE.UU. El jugo de naranja se embotella en EE.UU. Por lo tanto, habrá una fábrica allí que cerrará por falta de jugo de aquí. ¿Y qué sentido tiene gravar el jugo, el café y la carne? Son cosas que encarecerán el desayuno norteamericano. Así que, como pueden ver, esto no tiene mucho sentido desde un punto de vista económico”.
El ex presidente de Brasil Jair Bolsonaro, juzgado por intento de golpe de Estado, debe llevar desde el viernes una tobillera electrónica. Foto: EFE El ex presidente de Brasil Jair Bolsonaro, juzgado por intento de golpe de Estado, debe llevar desde el viernes una tobillera electrónica. Foto: EFE
El líder de la ultraderecha, procesado por golpismo por la Corte Suprema que se basa en testimonios de altos generales que confirman la conspiración, cumple desde este sábado las medidas cautelares dictadas por el tribunal por "instigar y auxiliar" al gobierno de Trump en "la práctica de actos hostiles contra Brasil", según el acta del Supremo.
Ello implica el uso de una tobillera electrónica, permanecer en casa durante la noche y fines de semana y no usar redes sociales, entre otras respuestas judiciales a las gestiones que, con su hijo y diputado Eduardo Bolsonaro, ha hecho ante EE.UU. para presionar a los magistrados que lo juzgan y al propio Brasil.
ula, que tiene en su gabinete ministros que vienen de militar o ejercer cargos en el gobierno de Bolsonaro, califica la acción estadounidense de “arbitraria e inaceptable".
Eduardo Bolsonaro, el hijo del ex presidente que lidera la pelea
Con el ex presidente ultraderechista ausente en las redes sociales, su hijo Eduardo mantiene su febril actividad en las plataformas, que define como una "batalla" por "la libertad y la democracia".
Lo hace desde EE.UU., donde desde marzo pasado dice "luchar por justicia" para su padre y se ufana de haber influido en la escalada de sanciones a Brasil. Este sábado, subrayó el carácter político de la amenaza arancelaria y aseguró que "Trump ha percibido que existe una élite financiera que da soporte al régimen brasileño" y que "de ahí vino el arancel del 50%".
También celebró la suspensión de los visados de los magistrados y agradeció efusivamente al jefe de la diplomacia de EE.UU., Marco Rubio, así como avisó de que "viene mucho más" y sugirió que el próximo paso sería la ley Magnitsky.
Esa legislación estadounidense establece sanciones a aquellas personas y organismos responsables de violar los derechos humanos en cualquier parte del mundo. El presidente de la Comisión de Relaciones Exteriores de la Cámara de Diputados, Filipe Barros, anunció que ha denunciado la "persecución" contra Bolsonaro ante organismos internacionales y ha pedido la "solidaridad" de la derecha mundial.
El diputado bolsonarista aseguró que ha "accionado" a la ONU, la Organización de Estados Americanos (OEA) y a diversos partidos, entre los que citó al español Vox y al portugués Chega, que ya se han solidarizado con el líder de la ultraderecha brasileña.
El presidente de Vox, Santiago Abascal, dijo en X que "De Moraes y Lula tienen motivos para estar preocupados" y "lo demuestran con sus prácticas arbitrarias y criminales". Según Abascal, "Bolsonaro representa la dignidad y la integridad de una nación. A él lo quiere el pueblo; a ellos los repudian por corruptos y por encarcelar a brasileños inocentes".
André Ventura, líder de la ultraderechista Chega, se expresó en los mismos términos, también en redes sociales: "No puedo dejar de condenar lo que está pasando en Brasil. Bolsonaro fue llevado a la policía para ponerle una tobillera electrónica y el verdadero ladrón está en la Presidencia", afirmó .