Algo salió mal!

Chef argentino preso en Venezuela: "Me torturaron desde que me detuvieron"

Ángel Eduardo Meso Parra, es chef y fue detenido ilegalmente por el régimen bolivariano. Estuvo preso un mes en una prisión de máxima seguridad y fue torturado.

Domingo 24 de Septiembre de 2017

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09:51 | Domingo 24 de Septiembre de 2017 | La Rioja, Argentina | Fenix Multiplataforma

Ángel Eduardo Meso Parra es un ciudadano argentino, chef de profesión, que vivió una auténtica pesadilla en la Venezuela dominada por el régimen de Nicolás Maduro. Meso Parra contó que fue detenido ilegalmente en una prisión de máxima seguridad de Venezuela durante un mes.

La Guardia Nacional Bolivariana lo detuvo -sin orden de arresto- cuando caminaba por su barrio de Valencia, en el estado venezolano de Carabobo. Un video logró captar imágenes del preciso momento en que al menos ocho oficiales chavistas llegan en una tanqueta, lo golpean y se lo llevan hacia la prisión.

El hombre, de 32 años de edad, (que habló con TN) es oriundo de Comodoro Rivadavia, en el sur de la Argentina. Sus padres son venezolanos. El 6 de agosto pasado, su vida cambió violentamente y de manera inesperada.

"Me torturaron desde el momento que me detuvieron", relató dramáticamente.

Luego de estar 4 días desaparecido, sus familiares y amigos dieron inicio a una campaña en las redes sociales para denunciar que el gobierno de Nicolás Maduro lo había capturado y solicitaron ayuda al gobierno argentino.

Meso Parra fue trasladado a la prisión militar de Ramo Verde, cerca de Caracas, la misma en la que estuvo tres años preso el líder opositor Leopoldo López.

Un tribunal militar venezolano lo acusó formalmente de "instigación a la rebelión" y lo metió en un calabozo. Los oficiales le preguntaban con quién trabajaba y quién le había pagado.

Debido a las torturas Ángel perdió la utilidad del dedo índice de su mano izquierda. Deberá someterse a una cirugía para ver si tiene posibilidad de volver a moverlo y trabajar en la cocina, su gran pasión. Vive con su mamá y sus dos mascotas y es el único sostén de la familia.

"La crisis no tiene retorno. El dinero no alcanza para vivir dignamente y ya no hay productos básicos", dijo.

Pese al infierno vivido, el hombre albrega esperanzas y aún tiene fuerza.

"Siempre tuve mi fe puesta en Dios. Además, conocí personas admirables en prisión. Pueden ser culpables o no pero tienen una hermosa visión del futuro de Venezuela", finalizó.

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