Opinión

Salvataje político antes que económico

Sábado 22 de Febrero de 2020

Salvataje político antes que económico

Por Marcelo Bonelli

Antes que una fórmula económica, lo que se ha puesto en marcha es la articulación de una política en la provincia de Buenos Aires. Una suerte de “salvataje” que, al cabo, redunde en un salvataje económico para que la gestión de Axel Kicillof no corra el peligro de colapso.

Uno de los actores de esta película dijo que si no se actúa rápido, la Provincia se puede “incendiar” pronto. Ya se sabe que los políticos suelen ser exagerados en su lenguaje pero en este caso, aclaran, el peligro es real.

 

La presencia en La Plata de los diputados del Frente de Todos, junto a Sergio Massa, otro de los actores bonaerenses de mayor peso, y de Máximo Kirchner, en su doble carácter de jefe de la bancada oficialista en Diputados y conductor de La Cámpora, le dieron densidad política a la reunión con Kicillof.

No asistieron los intendentes, ausencia que no ha pasado desapercibida aunque se ha dicho que este cónclave estaba centrado en cuestiones legislativas.

A pesar de esas aclaraciones, existe una distancia entre el sistema de intendentes oficialistas y el gobernador bonaerense. Una de las cuestiones es que los alcaldes sienten que son subestimados política e intelectualmente por Kicillof, quien, ya se sabe, tiene un gran concepto de sí mismo. Ese sentimiento de superioridad es retribuido desde la otra vereda, donde consideran por lo bajo que al gobernador le faltan rendir algunas materias de política concreta, no teórica.

Una combinación entre opositores e intendentes significó el primer derrape del gobernador apenas iniciada la gestión cuando quiso imponer una ley de emergencia.

Los intendentes siguen resistiendo la intención de Kicillof de centralizar la relación con el Gobierno nacional respecto de los fondos que se giran directamente a los municipios. Ese esquema lo estimuló y fortaleció Néstor Kirchner cuando estaba armando su poder político y fue en desmedro del poder del gobernador. En aquellos tiempos, gobernaba la provincia de Buenos Aires Felipe Solá, actual canciller.

Es cierto, también que para cualquier ocupante electo del Palacio de Gobierno en La Plata no es cómodo tener un sistema de intendentes que se mueven políticamente con llamativa autonomía respecto de la política de la Provincia y que establecen relaciones directas con la Casa Rosada. Dos ministros de Alberto Fernández han sido intendentes: Gastón Katopodis, de San Martín, está en Obras Públicas, y Mario Meoni, es el ministro de Transporte y viene del Frente Renovador de Sergio Massa.

Las urgencias económicas que tiene la Provincia exigen un salvataje nacional y esa ayuda incluirá que la Nación se haga cargo de nuevo de servicios que Macri había enviado, en su tiempo, al gobierno de María Eugenia Vidal. Además, quieren incrementar el Fondo del Conurbano sustancialmente.

Alberto Fernández ha mantenido una relación intensa con Kicillof y ahora el oficialismo con sus primeras espadas bonaerenses ha decidido explorar fórmulas por la delicada situación provincial.

Kicillof se queja, además, de la presión permanente de los intendentes para obtener mayores fondos, pero no consigue su objetivo de que pasen antes por su administración.

Esta relación ciclotímica entre los alcaldes y el poder provincial tendrá varios capítulos, pero está claro que hay otros actores políticos que han concurrido a ayudar al gobernador.