Opinión
Sábado 23 de Junio de 2018
Por Ricardo Roa
Una parte del milagro ya ocurrió: Nigeria le ganó a Islandia. Ahora falta la otra parte del milagro y nos toca a nosotros conseguirla: ganarle a Nigeria. ¿Tenemos con qué?
De aquí al martes del partido hay tres días para esperanzarse. Y hay tres días también para dar vuelta un comienzo que nos dejó nocaut y nos salva la campana nigeriana. Dar vuelta el comienzo significa jugar mucho mejor y jugar mucho mejor significa conseguir algo que hace tiempo no conseguimos.
En esa bolsa entran cosas como que Messi vuelva a ser Messi, los jugadores clave levanten su nivel y el técnico haga de técnico y además sin equivocarse. Si esto suena a mucho pedir, estamos perdidos.
Argentina entró al Mundial raspando: quinta entre los diez sudamericanos. Jugamos los 18 partidos de las eliminatorias con tres entrenadores. Sampaoli tomó el timón cuando estábamos con el agua al cuello y la Comisión Normalizadora que no normalizó la AFA había sido reemplazada por el Chiqui Tapia y Daniel Angelici.
Esta Selección es en parte el resultado de ese desorden y de la desastrosa herencia de Grondona: en 2007 desplazó a Pekerman de los juveniles. Su gestión había traído a la Argentina cinco de siete mundiales Sub 20. Era la fábrica de jugadores con destino de Selección. Fútbol empobrecido: hace años que no figuramos.
El último capricho de Grondona fue un torneo, más bien un engendro, con un 50% más de equipos. Quería tener en primera a otros diez clubes chicos que hacían lo que él mandaba. Con su muerte arrancó una lucha por la sucesión que incluyó de todo. Una votación bochornosa de 75 votantes y 76 votos y una intervención judicial y otra oficial, comisión regularizadora y veedores de la FIFA. El macrismo buscó renovar y no pudo. O pudo a medias: la misma FIFA lo frenó bajo la amenaza de desafiliar la AFA. Macri le cerró la puerta a Moyano que quería el sillón de Grondona pero debió negociar con la mayoría de los votos, en manos del Ascenso.
Por eso llegó el Chiqui Tapia que juntó esos votos y había sido hombre de Grondona y era hombre de su suegro Hugo Moyano. También era dirigente de Camioneros y plateísta de Boca. Se entendió enseguida con Angelici y hubo un River y Boca detrás. Superliga, Tapia al Gobierno, Angelici al poder y D’Onofrio, afuera.
Gradualismo en la AFA, la misma que lanzó un manual sobre cómo levantarse rusas y que levantó una visita al Papa y un partido en Jerusalén, gesto que Tapia interpretó como una contribución a la paz mundial. Nueva AFA, viejos papelones.
Sampaoli paró 13 equipos diferentes en 13 partidos. Está tan perdido como Messi frente a Croacia. Anoche hubo cumbre entre ellos y Tapia. Unir fuerzas para el milagro. Hay algo que nosotros podemos hacer. Hinchas insultaron a Caballero en vez de alentarlo y barrabravas golpearon a un croata y se aprovecharon de una niña rusa para hacerle decir barbaridades. Somos el país con más deportados. Es el país que debe perder. La Argentina que nosotros mismos debemos derrotar.