¿A qué edad se puede imputar a un chico?

¿Es útil bajar la edad de imputabilidad? El Gobierno quiere modificar por ley un decreto de la dictadura de Jorge Rafael Videla que la había establecido en 16 años y busca llevarla a 15 años. Es una discusión histórica desde el retorno a la democracia. Pero muchas veces, la mayoría, se usa para causar la impresión de que la dirigencia política de turno está trabajando para reducir la inseguridad, aunque no sea cierto.

En 2009, el Congreso estuvo a punto de hacer una modificación y logró media sanción a un proyecto que la bajaba a los 14 años. Sin embargo, hoy hay menores de 16 años encerrados por haber cometido delitos, generalmente en condiciones irregulares, mandados por jueces que interpretan un artículo del Código para privarlos de la libertad.

En 2011, la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) sancionó a la Argentina por dictar condenas de cadena perpetua a menores de 18 años. El argumento utilizado por el tribunal fue que el objetivo del sistema penal juvenil debe ser siempre la reinserción y con condenas a perpetua solo logra la exclusión de por vida.

El problema de esta discusión es que se la reduce siempre a una cuestión de edad, porque existe la creencia generalizada y errónea de que cada vez más niños/adolescentes salen a matar por la sencilla razón de que no serán castigados. Y eso es falso. A los que les gustan las estadísticas pueden mirar las que hace el Consejo de la Magistratura de la Nación. En homicidios, la participación directa de menores de 16 años es ínfima.

Pocas veces hay un abordaje de las múltiples causas por las que un chico se vuelca al delito. Un sistema penal juvenil, según expertos, debiera incluir no solo la edad, sino la extensión corta de las penas, la contención y la reinserción. La fijación de la edad de imputabilidad tiene que tener, al mismo tiempo, un estudio que contemple la situación socioeconómica de cada país en el que se aplica.

Hay algunos abogados penalistas especialistas en derechos de la niñez que creen necesario cambiar el decreto de Videla. Sostienen que se los está institucionalizando en edad temprana a esos chicos pero que no se está haciendo nada para solucionar las causas y menos para prevenirlas.

Chicos que ingresan al sistema penal juvenil terminan, a veces, incluso, en pabellones comunes de adultos en el Servicio Penitenciario Bonaerense. Y ya se sabe de sobra, por otra parte, que el Servicio Penitenciario (no solo el Bonaerense) está muy lejos de lograr la readaptación del reo.  

A contramano del endurecimiento del sistema penal, el Estado reduce los recursos destinados a la protección de los derechos del niño. El director del Comité Contra la Tortura, Roberto Cipriano, reveló que en 2009, el Estado provincial destinaba 11 veces más a la seguridad que a la protección de la niñez, mientras que esa cifra, en 2017, se amplió a 25 veces.

Y otro interrogante es para qué bajar la edad de imputabilidad si Argentina redujo, como dijo Patricia Bullrich, los delitos graves en un 23 por ciento y logró la tasa de homicidios más baja de la región.