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Indonesia: La antigua capital se hunde en el mar y la nueva podría ser una bomba ecológica

El presidente Joko Widodo planea celebrar el aniversario de la independencia del país, el 17 de agosto de 2024, en su nuevo palacio presidencial con forma de ave mitológica.

Domingo 19 de Marzo de 2023

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07:55 | Domingo 19 de Marzo de 2023 | La Rioja, Argentina | Fenix Multiplataforma

La capital de Indonesia, Yakarta,  se está hundiendo en el mar de Java, y para tratar de descomprimir la situación de una megalópolis sobrepoblada y contaminada, el presidente de Indonesia, Joko Widodo, decidió trasladar la capital a una nueva ciudad, creada de la nada en medio de los bosques de la isla de Borneo, a 2000 km de distancia. Nusantara, que en indonesio significa “archipiélago” promete ser una ciudad “verde” y futurista, pero los ambientalistas denuncian un verdadero “desastre ecológico”.

 

Tras la aprobación del proyecto por el Congreso en 2022, las obras comenzaron en septiembre y las topadoras ya se mueven a toda velocidad en la provincia de Kaliman Este para despejar los cerca de 2.600 kilómetros cuadrados que la ciudad ocupará (diez veces el tamaño de Buenos Aires).

 

La nueva capital tendrá “0 emisiones contaminantes y sus habitantes estarán cerca de todo, podrán desplazarse en bicicleta o a pie” afirmó el mandatario sobre el proyecto de la “primera ciudad forestal sostenible” del planeta.

 

La vieja capital de Indonesia se hunde en el mar y la nueva, salida del bosque, podría ser una bomba ecológica

¿Cuánto cuesta la utopía de Widodo? Nada menos que unos 30.000 millones de dólares, que en su mayor parte provendrán de fuentes privadas, según los cálculos del gobierno indonesio.

 

“No se trata de un proyecto de uno o dos años. Dios quiera que se pueda hacer en un plazo de entre 15 y 20 años, pero alguien tiene que empezar a hacerlo”, dijo “Jokowi”, como llaman al mandatario en Indonesia, a fines de febrero.

 

Los primeros bocetos de Nusantara muestran el parlamento, edificios con techos cubiertos de vegetación, calles llenas de árboles, estanques y bosques frondosos y una gran mezquita, entre otros. Pero por ahora todo es un gran montículo de tierra en el que se mueve un ejército de 7.000 obreros. Basuki Hadimuljono, ministro de Obras Públicas y Vivienda de Indonesia, dijo que la infraestructura de la ciudad está completa en un 14%.

 

Las obras de la ciudad deberían concluirse para el año 2045, momento en que se alcanzaría la neutralidad de carbono. Además, los planes oficiales indican que toda la energía de la megaciudad provendría de fuentes de energía renovables, las aguas usadas serían tratadas a partir de 2035 y se reciclaría hasta un 60% de los desechos. Los habitantes estarán a menos de 10 minutos de una plaza y contarán con un amplio acceso a servicios y medios de transportes públicos.

 

La idea del mandatario es ir mudando a todo el gobierno por etapas hasta alcanzar una población de casi 5 millones de trabajadores para 2045.

 

“Nusantara es la ciudad del mañana”, dijo Bambang Susantono, presidente de la Autoridad de la Capital Nacional de Nusantara. “Se convertirá en una ciudad vibrante, no solo en una ciudad gubernamental”, le dijo a Associated Press.

 

Por otra parte, el plan maestro de la nueva urbe está a cargo del arquitecto Sofian Sibarani, afirma que el proyecto prevé “cambios mínimos en el medioambiente”. “Intentamos crear una ciudad que trabaja con la naturaleza, no contra ella”, afirmó a la agencia de noticias AFP.

 

Sin embargo, los ambientalistas descreen de las versiones oficiales y temen una “catástrofe”. Aseguran que la nueva capital acelerará la deforestación del bosque tropical, en un país que ya tiene una de las mayores tasas de desmonte del mundo.

 

Agung Ady Setyawan, vocero de la ONG Forest Watch Indonesia, explicó que la zona en la que será a la futura capital “es importante para la vida de animales endémicos y amenazados en el este de Kalimantan, como los orangutanes, monos narigudos o dugongos de la bahía de Balikpapan”.

 

Los ambientalistas ven ahí “una ironía”. “Cuando se dijo que Nusantara aplicaba el concepto de Ciudad Bosque, donde el 75% del área debería estar cubierta por bosque natural, se debería haber puesto en marcha 165 mil hectáreas de reforestación”, indicaron en un informe.

 

También notaron que el área en la que se emplazará Nusantara ya tiene un balance de carbono negativo, por lo que “es necesario restaurar la vegetación para que pueda absorber unas 981 mil toneladas de dióxido de carbono/año o unas 2800 ha más de bosques naturales para que la región pueda alcanzar las emisiones cero”.

 

La nueva capital también afectaría a los bosques de manglares clave para la fauna y para proteger la costa de la erosión. El proyecto “conducirá a la destrucción masiva del ambiente y los recursos naturales, y puede provocar desastres ecológicos”, zanjaron sobre la “ciudad del mañana” .

 

El proyecto también amenaza a varias comunidades indígenas, que serán desplazadas de sus tierras ancestrales y dependen del bosque para satisfacer sus necesidades.

 

Sibukdin, un cacique, dijo a la agencia de noticias AFP que la tribu Balik ya perdió más del 90% de su territorio desde los años 1970 por plantaciones de aceite de palma y minas de carbón. También denunció que demolieron un cementerio indígena para crear una represa para la futura ciudad. “Borraron nuestros vestigios”, se lamentó.

 

El gobierno indonesio prometió respetar los derechos indígenas y compensar sus pérdidas, pero las autoridades provinciales advirtieron que verificarán todas las reclamaciones y solo aceptarán aquellas con pruebas de propiedad. Según Subikdin, no todas las zonas tribales están formalmente reconocidas. “Cuando llegue la nueva capital, ¿adónde podemos ir?, se preguntó.

 
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