Sociedad

Innovadora propuesta: Proponen un implante cerebral con IA para que los presos experimenten el dolor que causaron a sus víctimas

Un innovador dispositivo llamado Cognify, que implanta recuerdos falsos en el cerebro de los delincuentes, busca hacer que experimenten el sufrimiento que causaron a sus víctimas. Aunque su objetivo es promover la empatía y la reintegración, plantea

Domingo 08 de Septiembre de 2024

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17:57 | Domingo 08 de Septiembre de 2024 | La Rioja, Argentina | Fenix Multiplataforma

La rehabilitación de los delincuentes sigue siendo uno de los mayores desafíos para la sociedad. Las cárceles, a menudo saturadas y con recursos limitados, luchan por ofrecer programas que logren reintegrar a los criminales como miembros productivos de la comunidad.

En este contexto, el biólogo molecular Hashem Al-Ghaili ha presentado una propuesta audaz y controvertida: un implante cerebral con inteligencia artificial que haría que los delincuentes revivan el sufrimiento que infligieron a sus víctimas.

El dispositivo, denominado Cognify, podría transformar el enfoque tradicional sobre el castigo y la rehabilitación. La idea detrás de este implante es que, en lugar de cumplir largas penas de prisión, los delincuentes experimenten el dolor emocional que causaron a sus víctimas mediante recuerdos artificiales. De esta manera, no solo se busca castigar, sino también fomentar la empatía y el arrepentimiento en los reclusos.

Al-Ghaili sostiene que el proceso de revivir el sufrimiento podría generar una transformación profunda en los criminales, ayudándolos a desarrollar un mayor sentido de responsabilidad y compasión. La idea es que, al experimentar lo que sus víctimas padecieron, los delincuentes adquieran una nueva perspectiva sobre sus actos y se conviertan en aliados de la justicia y la rehabilitación.

Sin embargo, esta propuesta ha generado un acalorado debate ético. ¿Es moralmente correcto implantar recuerdos en la mente de una persona para que reviva el sufrimiento que causó? Además, surgen preocupaciones sobre la posible manipulación de la autonomía y la dignidad del individuo, así como sobre los riesgos de que la tecnología sea utilizada con fines políticos o de control social.

El concepto de “neuroderechos” también juega un papel crucial en este debate. Estos derechos buscan proteger la integridad mental y emocional de los individuos frente a tecnologías que alteran su cognición. La manipulación de recuerdos plantea preguntas fundamentales sobre la identidad y el consentimiento, lo que subraya la necesidad de establecer leyes y regulaciones que protejan a las personas en un futuro donde la neurotecnología esté más integrada en la sociedad.

Si bien Cognify promete cambiar radicalmente la rehabilitación criminal, su implementación plantea serios dilemas éticos y sociales que deberán ser abordados con cautela y rigor.

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