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A 32 años del riojanazo: claves históricas del estallido social que marcó a La Rioja

En diálogo con Fénix, el historiador Roberto Rojo repasó el contexto político y económico que derivó en el riojanazo de 1993 y explicó los factores que encendieron una de las crisis provinciales más significativas de la época de Menem.

Viernes 05 de Diciembre de 2025

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16:20 | Viernes 05 de Diciembre de 2025 | La Rioja, Argentina | Fenix Multiplataforma

 
En diálogo con Fénix, el escritor e historiador Roberto Rojo analizó a fondo el contexto y las causas que desembocaron en el riojanazo, a 32 años de aquel 8 de diciembre de 1993, cuando una fuerte reacción popular tomó las calles de La Rioja tras la aprobación de la denominada Ley Ómnibus, que preveía una profunda reforma del Estado.
 
Rojo explicó que el país atravesaba un proyecto “capitalista en serio” durante la presidencia de Carlos Menem, que incluía reestructuraciones en todas las provincias. En ese marco, el equipo encabezado por Roberto Dromi elaboró un paquete de reformas que contemplaba recortes, equiparación salarial y posibles cesantías. Aunque estos lineamientos eran para todo el país, La Rioja adquirió un peso particular por ser la provincia natal del Presidente, lo que generó la idea de que debía “dar el ejemplo”.
 
El historiador recordó que La Rioja tenía en ese momento “los sueldos más altos del país”, una situación sostenida por la expectativa presidencial y la fuerte inyección de fondos nacionales. “Había que bajar los sueldos”, indicó, y detalló que el objetivo principal era equipararlos con los de otras provincias. Sin embargo, la combinación de rumores, falta de información oficial y desconfianza derivó en una reacción masiva.
 
Rojo repasó que, en medio de esa tensión, la Legislatura provincial aprobó la ley entre “gallo y medianoche”, lo que desató una movilización inmediata encabezada por la Asociación de Trabajadores Públicos y su secretario general, Lito Asís. En ese clima de agitación, la permanencia del gobernador Bernabé Arnaudo en Casa de Gobierno fue decisiva para evitar un desenlace más grave. “Si la hubiera abandonado, el resultado pudo haber sido mucho peor”, afirmó.
 
El jefe de Policía de ese momento, apodado Pica Portugal, tuvo —según Rojo— una actuación clave en la defensa del edificio, que sufrió la famosa rotura de su puerta principal, símbolo del estallido social.
 
El historiador también destacó que el conflicto estaba atravesado por disputas internas del menemismo. Relató que Arnaudo y el entonces ministro de Economía, Domingo Cavallo, mantenían una fuerte confrontación personal y política. Incluso mencionó que “no quererse” era un factor que incidió en las tensiones nacionales que terminaron afectando a La Rioja.
 
Rojo agregó que existió la versión —que él mismo confirmó haber vivido “en tiempo real”— de que el envío de fondos para pagar sueldos fue frenado deliberadamente por alineamientos internos dentro del propio espacio menemista. Esto alimentó aún más el clima de crisis.
 
El especialista sostuvo que, a partir de aquel episodio, se consolidó en La Rioja “un pacto tácito o contrato social” entre la dirigencia y la sociedad: garantizar el pago en tiempo y forma del salario estatal como condición básica de estabilidad política. “Si eso se rompe, la provincia se da vuelta”, expresó, recordando que días después del riojanazo ocurrió el santiagueñazo, con escenarios incluso más violentos.
 
Finalmente, Rojo remarcó que, tras el estallido, el tema de la reforma estatal quedó prácticamente vedado durante décadas y que las huellas del episodio aún atraviesan la estructura política provincial.
 

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