Milei busca que el Reino Unido levante el embargo de armas contra la Argentina, que se remonta a la guerra por Malvinas

El gobierno de Javier Milei busca que el Reino Unido levante por completo el embargo de armas que rige contra la Argentina desde la guerra por las Islas Malvinas, de 1982. Este se fue endureciendo o flexibilizando, según las relaciones bilaterales entre ambos países, que han tenido un fuerte vínculo en el pasado y después una latente tensión por la guerra y la disputa de soberanía de las Islas del Atlántico Sur.

Esta semana el tema volvió a estar sobre la mesa de manera confusa porque el diario The Telegraph publicó que Milei le había dicho que se habían iniciado las “negociaciones para revisar las restricciones que habían frenado a su ejército desde la Guerra de las Malvinas”. Y hasta dio cuenta de que podría haber una visita de Milei a Londres.

Tras el artículo de The Telegraph, el gobierno del laborista Keir Starmer salió a negar que esas negociaciones estén en marcha, pero Clarín conversó con altas fuentes del Gobierno libertario que confirmaron los dichos del presidente Milei. Starmer y Milei no tienen relaciones por diferencias políticas. Pero nunca se criticaron en público.

El artículo de The Telegraph hizo mucho ruido. Fue publicado en el contexto de la llegada de seis aviones de guerra F16 a la Argentina, de un total de 24 comprados a Dinamarca, pero que son de la estadounidense Lockheed Martin.

También se dio en medio del anuncio de dos petroleras que operan sin consenso de Argentina en las Malvinas -la israelí Navitas Petroleum y la británica Rockhopper- de que piensan extraer petróleo en 2028. El canciller Pablo Quirno sacó un comunicado en protesta y les reclamó que se abstengan de continuar con dichas actividades en zona de disputa.

Por otra parte, Milei también encara sus relaciones con el mundo apoyado en su alianza incondicional con Donald Trump, algo que le incomoda al Reino Unido, según se decanta de la prensa en Londres. O al menos al gobierno laborista.

"No hay potencias mundiales sin poder militar", afirma el periodista Louis Emanuel que le dijo Milei, que efectivamente le dio un reportaje. "Ningún país cuenta en el contexto internacional si no puede defender sus fronteras", agregó el Presidente.

Al ser consultado directamente si se habían iniciado las negociaciones para flexibilizar el veto británico, Milei le respondió a Emanuel: "Absolutamente". The Telegraph escribió que estaba en condiciones de revelar que Milei viajaría al Reino Unido en abril o mayo del próximo año y que le gustaría reunirse con Keir Starmer, así como con líderes de la oposición, incluido Nigel Farage. Y que también invitó a Keir a Buenos Aires para una visita oficial.

"El Sr. Milei insistió en que las Islas Malvinas serían devueltas a Argentina por la vía diplomática, a diferencia de sus predecesores más intransigentes", agrega el diario británico.

"Dado que considero que la solución debe buscarse mediante soluciones pacíficas y diplomáticas, creo que la mejor manera de demostrar la disposición de Argentina es demostrar que también tenemos una relación comercialmente madura", agregó el Presidente.

Milei sostuvo que delegó esas conversaciones en su ministro de Defensa, que acaba de cambiar, del civil Luis Petri al teniente general Carlos Presti.

El nuevo ministro va a continuar las conversaciones, según aseguraron a Clarín fuentes cercanas a Presti. Sin embargo, en el Reino Unido, tanto The Guardian, Sky News como el mismo Telegraph publicaron que un portavoz de Downing Street negó que hubiera conversaciones "específicas" sobre la flexibilización de los controles a las exportaciones.

Conversaciones o negociaciones

A decir verdad, tal como publicó Clarín en su momento, las negociaciones con los británicos por la cuestión del armamento se remontan a enero de 2025 cuando Juan Battaleme, el entonces secretario de Relaciones Internacionales del ahora exministro de Defensa, Luis Petri, viajó al Reino Unido.

Allí planteó la cuestión, en nombre del Gobierno. De hecho, tiempo después, el semanario británico The Economist publicó que había “negociaciones secretas” militares entre Reino Unido y la Argentina. Aquí, en cambio, no las consideraron secretas y dijeron que si el Reino Unido se quejaba siempre de que el kirchnerismo mantuviera conversaciones con Rusia o China para comprar armamentos, lo mejor era levantar por completo el embargo para que un socio como el gobierno actual saliera a comprar equipos, armas, componentes, sin restricciones.

Para el caso, pese a que no tienen componentes militares británicos, Washington le preguntó a Londres su opinión para que Dinamarca vendiera la flota de 24 aviones de Guerra F16. No presentaron objeciones.

“Se les dijo que la política actual era inviable y que teníamos este tema sobre la mesa. Somos dos democracias y la guerra de Malvinas tuvo lugar hace más de 40 años”, contó Battaleme a Clarín, que ahora volvió a sus temas habituales en política internacional al asumir Presti como ministro.

“Se les dijo que ellos le daban el mejor argumento a la oposición argentina para que vayan a Rusia o China, que era mantener el embargo. Y le dijimos que fue la democracia británica la que le vendió a la dictadura argentina armamento. Y que son ellos los mismos que restringen a la democracia argentina” que busca ser socia global de la OTAN.

El punto es qué pedirán. Así como Petri buscó una mayor integración con la Cancillería para estas negociaciones, a las que se negaba el ahora exministro Gerardo Werthein, se espera que estas se reanuden con dos ministerios ahora más integrados entre Quirno y Presti.

Sin embargo, el asunto es qué pedirán los isleños y británicos que quieren que Argentina levante todas las restricciones legales -ellos llaman “obstáculos”- a la pesca y a las operaciones petroleras en aguas en disputa. Eso está en dos comunicados firmados, uno en 2016 con Macri y otro en 2024, con Milei. Ninguno prosperó. Argentina, por su propio reclamo legal de las Malvinas rechaza esas operaciones con los recursos naturales del archipiélago.

De qué se trata el embargo de armas a Argentina

El embargo de armas tiene dos canales. Uno llamado de Tránsito de armas o equipamiento militar fabricado en el Reino Unido o con componente británico en su fabricación. Otro para lo que son mejoras de equipos y armamento.

Desde 1982 en adelante, cuando una victoriosa Gran Bretaña se impuso en la guerra por las Islas Malvinas, las fuerzas armadas no sólo se vieron pauperizadas, desmanteladas, golpeadas sino que cuando quisieron adquirir equipamiento en la industria militar, tuvieron problemas hasta para comprar repuestos.

Con las tensiones británico-argentinas bajo el gobierno de Cristina Kirchner, en 2012, cuando se cumplieron los 30 años de la guerra, el parlamento británico aprobó otro endurecimiento armamentístico, que el gobierno de Mauricio Macri pudo flexibilizar -aunque no de manera completa- en 2018.

La últimas situaciones complejas sobre este tema fueron claras. Por ejemplo, Corea del Sur se negó a venderle aviones que quería comprar el exministro de Defensa Agustín Rossi. El Reino Unido tampoco colaboró con la venta de unos asientos que se necesitaban para completar cinco aviones Super Étendard que el gobierno de Macri compró a Emmanuel Macron, por US$ 12 millones. Nunca volaron. Llegaron a la Argentina y los jubilaron sin volar.