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Dramático relato de la argentina que sobrevivió al terromoto de Indonesia: "La tierra no paraba de moverse"

Lo peor no fue el temblor, sino lo que vino después", señaló la joven. Más de 300 personas murieron por un sismo de siete puntos en la escala de Richter.

Jueves 09 de Agosto de 2018

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20:02 | Jueves 09 de Agosto de 2018 | La Rioja, Argentina | Fenix Multiplataforma

Las vacaciones de un grupo de amigas argentinas en Indonesia fueron "sacudidas" por el terremoto de magnitud 6,9 que azotó el domingo la isla de Lombok. En las últimas horas, las autoridades elevaron a 319 la cifra de muertos, pero se presume que el número podría aumentar cuando se terminen de registrar todos los edificios caídos.

Antes de que se desate el caos, Trinidad Tiscornia, una joven argentina llegó junto a otras tres amigas a la isla de Ubud, en la provincia de Bali, para comenzar un recorrido por las playas del país del Sudeste Asiático. En diálogo con TN.com.ar, la sobreviviente de la tragedia contó que en su primera noche se despertó con unos temblores alrededor de las 6. "A partir de ahí, todos nuestros planes cambiaron".

De acuerdo a su testimonio, el primer terremoto fue un movimiento prolongado pero no hizo nada de daño en el lugar donde estaban. Por este motivo, decidieron continuar sus vacaciones y viajaron a otra isla paradisíaca llamada Gili Trawangan. Sin embargo, no fue nada fácil llegar ahí porque se habían cancelado muchos ferris y tuvieron que tomarse un barco regateando el precio con los tripulantes locales.

El terremoto fue de siete puntos en la escala de Richter.

Esa misma tarde estaban disfrutando de la playa, mirando el atardecer, escuchando música y tomando unos mates cuando de repente, volvieron a sentir un temblor. "De un segundo a otro se movió la tierra. Fue un terremoto en su máxima potencia. En ese momento me abracé con una amiga y empezamos a llorar", relató la joven de 24 años, todavía "en schock".

"Nosotros estábamos muy asustadas y los empleados de los locales de la zona nos trataban de calmar y nos decían que estaba todo bien", recordó Trinidad. Tras el paso del terremoto, un comerciante las ayudó a llegar al hostel donde paraban. "Cuando llegamos empezamos a ver a la gente gritando y llorando desesperada. Pensaba que había sido un temblor menor como en Ubud pero no fue así. Había sido mucho más grave", reflexionó.

El temblor, cuyo hipocentro se situó a 10 metros de profundidad, se produjo una semana después de otro que causó 16 muertos también en Lombok.
El temblor, cuyo hipocentro se situó a 10 metros de profundidad, se produjo una semana después de otro que causó 16 muertos también en Lombok.

Como en ningún momento hubo alguna autoridad que les diga lo que estaba sucediendo, la joven decidió tomar la iniciativa y logró conectarse con su celular. El miedo que tenía en ese momento era un viento "demasiado fuerte" que había comenzado minutos después de que terminaron los temblores. "Miré las noticias en mi teléfono y fue lo peor que hice. Ahí fue mi punto de quiebre porque decían que había una alerta roja de tsunami en la isla y pedían evitar la zona", señalo Trinidad, que reconoció que "lloró desconsoladamente" porque pensó que se iba a morir.

 

Para evitar la supuesta gigantesca ola que estaba por venir, el grupo de argentinas caminó a una colina para resguardarse a la altura. Pero a medio camino, el terror volvió a hacerse presente: "Hubo un segundo temblor. Nos ajustamos todos al piso y rezamos un rosario. La tierra no paraba de moverse".

Las autoridades indonesias elevaron a 319 el número de muertos por el terremoto.
Las autoridades indonesias elevaron a 319 el número de muertos por el terremoto.

"Lo peor no fue el temblor, sino lo que vino después", aseguró la sobreviviente, sobre el momento en que se bajaron de la colina tras pasar la noche "intentando dormir". "Todas las casas estaban colapsadas, los mercados dados vuelta y había heridos por todos lados. También habían muertos, tapados con una manta. Algunos eran chiquitos con sus familiares llorando al lado", detalló, en relación al momento "más duro" de la tragedia.

La única salida que tenían las jóvenes y los demás turistas que quedaron en medio del terremoto era a través de unos pocos barcos que salían desde la playa. "Había un ambiente de supervivencia que era sálvese quien pueda. Si la gente se tropezaba, los demás los pasaban por arriba. Había violencia y agresión en vez de solidaridad con el otro", indicó sobre la situación que se encontraron alrededor de unos de los ferris.

Finalmente, después de una larga espera bajo el sol consiguieron los últimos lugares de un barco militar manejado por rescatistas. "Arriba nos pusimos a llorar de la emoción después de la desesperación y el miedo que vivimos.Tuvimos la suerte de que habíamos sido las últimas evacuadas de la isla ese día", dijo Trinidad, que logró llegar a Yakarta, la capital de Indonesia. "Fue una experiencia muy difícil que nadie pensó que iba a tocar vivir. Estuvimos siempre solas por nuestra cuenta", reflexionó la joven al final de la odisea.

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