Sociedad

Embarazo adolescente: aumentan las cifras en la cuarentena

En Argentina, se producen 10 partos por hora de adolescentes. El 70 por ciento de los embarazos no son intencionales y ocurrieron en el marco de una relación sexual sin protección o por imposición.

Viernes 25 de Septiembre de 2020

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22:46 | Viernes 25 de Septiembre de 2020 | La Rioja, Argentina | Fenix Multiplataforma

Cada 26 de Septiembre se acontece el Día Mundial de Prevención del Embarazo no Planificado en Adolescentes. Valiosa iniciativa, teniendo en cuenta que la maternidad no planificada vulnera derechos.

La OMS considera fundamental la promoción de la educación sexual, la planificación familiar de la maternidad, el acceso a los métodos anticonceptivos y la asistencia sanitaria universal en el marco de la salud pública y los derechos reproductivos para evitar los problemas asociados al embarazo adolescente. Situaciones un tanto utópicas cuando la realidad golpea de lleno y los factores socioeconómicos queman.

En Argentina, se producen 10 partos por hora de adolescentes; y si bien los últimos años se presentó un descenso en los embarazos de chicas de 15 a 19 años, la cifra entre la población de 10 a 14 continúa estable, según sostiene Unicef.

El 70 por ciento de los embarazos en adolescentes no son intencionales y ocurrieron en el marco de una relación sexual sin protección anticonceptiva o por imposición.

Según el Plan Nacional de Prevención del Embarazo no Intencional en la Adolescencia 2017-2019 (Plan ENIA), en Argentina, una de cada cuatro adolescentes que tuvo su primer hijo entre 10 y 14 años, podría volver a ser madre antes de cumplir los 19 años.

Estas cifras se condicen con las arrojadas por el Ministerio de Salud de la Nación, que muestran que en el 80 por ciento de las maternidades públicas del país, 29 puntos corresponden a las adolescentes que tienen un segundo y hasta un tercer hijo antes de cumplir 20 años.

 

Embarazo adolescente: una dura realidad que busca convertir la utopía en verdad

En un marco de dura realidad social, Luciana Malamud, presidenta de la asociación civil SAHDES, asegura que "En general, las adolescentes que conocemos llegan con embarazos avanzados, de 6 meses mínimo. Muchas que se han tenido que ir de su casa porque sus familias no querían que lo tuviera y ellas sí. O lo escondieron hasta entonces y ya no lo pudieron hacer más porque crecía mucho la panza o tenían alguna afección que atender. Lo esconden de sus padres y/o madres porque tienen miedo de su reacción."

Y agrega: "Por este motivo, las sumamos al programa para acompañarlas lo mejor posible durante ese embarazo, tratando de conocer su historia y respetando sus decisiones. Muchas veces sus parejas, o los papás del bebé, desaparecen cuando se enteran del embarazo. Y a veces ni se enteran. En esos casos tratamos de ver si es viable reconstruir ese lazo, al menos con el bebé."

"En algunos casos son las familias las que nos buscan para acompañarlas, y es lindo que se sumen porque el acompañamiento es más amplio, hacia las y los adolescentes y hacia sus familias. Por ejemplo, el mes pasado se acercó la mamá de una nena de 13 años que estaba a 2 semanas de tener a su bebé para que la ayudáramos. Una familia atravesada por una situación social muy compleja. Así que Mónica, su acompañante, quien conoce a toda la familia, se acercó a charlar con ella y se puso a su disposición. Además de hablar con la trabajadora social para que conociera toda la historia y nos brinde su apoyo.", detalla Malamud.

SAHDES nació en septiembre de 2003 cuando un grupo de médicos y médicas (Liderado por el Dr. Alberto Vázquez) se acercó, por primera vez, al barrio Santa Ana, en Pilar, para medir y pesar de manera voluntaria a unos 100 chicos que asistían a un comedor. Luego, fueron al Barrio Pinazo, también en Pilar, para hacer un relevamiento de jóvenes embarazadas que no se estaban haciendo controles y derivarlas para su atención al Centro de Atención Primaria más cercano.

Este equipo interdisciplinario de trabajo, se propone contribuir al desarrollo y la equidad en comunidades vulnerables, con foco en la mejora de la salud materno-infantil, e incidir en políticas públicas de salud. Su misión es promover y estimular el autocuidado de la salud –entendida como un concepto social, político y cultural- y la mejora continua de la Atención Primaria de la Salud.

 

Embarazo adolescente: una dura realidad que busca convertir la utopía en verdad

Su programa más importante se llama "MAMI" (Módulo de Acompañamiento Materno Infantil) y se articula con otros programas. Busca crear un puente entre las embarazadas y el sistema de salud, capacitando mujeres como acompañantes de embarazadas en situación de vulnerabilidad, contribuyendo a mejorar su salud y la de sus bebés.

"El objetivo del acompañamiento personalizado, que se realiza hasta el año de vida del bebé luego del parto, es doble: por un lado, lograr que las mujeres se realicen todos los controles necesarios durante el embarazo y obtengan información esencial sobre nutrición, lactancia y cuidados; y por otro, acompañarlas emocionalmente ya que hay muchas mamás adolescentes, mujeres víctimas de violencia, o con muchos hijos y sin apoyo, entre otras problemáticas. Se mejora el autocuidado en el embarazo y las mujeres llegan mejor preparadas para el parto. La intención es trabajar también sobre su propia confianza y autoestima.", comenta Malamud.

 

Un panorama que se agrava por el COVID-19

El embarazo precoz es una preocupación que se presenta alrededor del mundo y que se incrementó ante la situación de distanciamiento social, preventivo y obligatorio, impuesto por la pandemia de COVID-19. Esto significa que cada seis meses que se mantenga el aislamiento, se proyectan siete millones más de embarazos no planeados en el mundo, según sostiene el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA).

"Cuando a fines de marzo se impuso el aislamiento obligatorio en Argentina, desde SAHDES tuvimos que reinventarnos y buscar nuevas maneras de llegar a las familias. Nuestra intención original, para dar continuidad a los distintos programas que veníamos realizando de forma presencial, era generar talleres virtuales desde plataformas online. Pero esto resultó casi imposible debido a la falta de conectividad. No hay computadoras ni wifi en los hogares, y todo se realiza a través de un celular con plan prepago, así que el crédito se termina enseguida. Lo que ya sabíamos se hizo aún más evidente: la brecha digital deja sin acceso a la información y quita oportunidades a miles de familias", relata Luciana Malamud.

Fue entonces que los grupos de Whatsapp cobraron un rol fundamental, reemplazando y sosteniendo la red que se conformó de manera presencial y resultando en nuevas: "Creamos materiales informativos sobre lactancia, cuidados durante el embarazo, cuidados del recién nacido, nutrición, hábitos saludables y crianza sin violencia, entre otros, para reemplazar los talleres presenciales, que se envían por este medio. También sumamos propuestas lúdicas y apoyo escolar para l@s hij@s de las mujeres que participan en el programa", explica la presidenta de SAHDES, quien asegura que "a pesar de la distancia, y manteniendo el contacto virtual constante, los lazos no se pierdan, e incluso se fortifiquen."

 

Educación sexual

La Ley de Educación Sexual Integral (ESI) y los tratados internacionales a los que adhirió Argentina, hacen hincapié en la importancia de la difusión de información sobre salud sexual y anticoncepción. Así como también, la relevancia de incorporar contenidos sobre sexualidad y reproducción en todos los niveles educativos.

Esto no recae sólo en el uso correcto de métodos anticonceptivos sino que además, en la forma de acceder a ellos para evitar embarazos no intencionales e infecciones de transmisión sexual (ETS)

Desde SAHDES le dan vida al programa “Hablemos de Sexualidad”, que consta de talleres en escuelas primarias, secundarias y centros comunitarios que ofrecen un espacio de reflexión sobre la sexualidad desde una concepción integral.

"En las escuelas tratamos de involucrar a docentes y directivos. No es fácil, hay mucha resistencia de muchos/as docentes para involucrarse realmente en la Educación Sexual Integral, que va mucho más allá de los métodos anticonceptivos. Porque la ESI arranca en el nivel inicial, es decir, atraviesa o debería atravesar toda la escuela desde la sala de 5 años.", dice Luciana.

 

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