Las ausencias prolongadas de Otty Patiño erosionan su rol como comisionado de Paz

13:05 | Lunes 23 de Junio de 2025 | La Rioja, Argentina | Fenix Multiplataforma

Otty Patiño, Alto Comisionado para la Paz del Gobierno de Gustavo Petro, cumple ya tres meses fuera de funciones debido a problemas de salud, incluyendo una cirugía cerebral el pasado 4 de junio, y una nueva licencia médica hasta el 1 de julio, según documentos oficiales.

Durante este periodo de inactividad, las negociaciones se han visto afectadas en momentos críticos. Por caso, el Bloque Amazonas detuvo actividades en Guaviare por un paro armado del 15 al 21 de junio, sin respuesta directa del comisionado, pese a su responsabilidad en la política de “paz total”.

La sustitución temporal ha recaído en María Paz Lara, su asesor principal. Sin embargo, ella tampoco ha participado en debates clave del Congreso ni en eventos presidenciales, lo que profundiza la sensación de vacío en la representación oficial.

El malestar político se ha intensificado. Congresistas, incluido el representante Jorge Rodrigo Tovar, exigen la renuncia de Patiño, alegando que su incapacidad médica impide asumir el cargo, e incluso se solicita que no sea designado como embajador. Por su parte, sectores del Congreso —como la Comisión de Paz y Posconflicto— y excombatientes nombrados gestores de paz (entre ellos exmiembros de las AUC) han criticado la falta de avances y la transparencia de la oficina a su cargo.

Los exparamilitares, encabezados por Salvatore Mancuso, rechazaron seguir como “gestores de paz”, acusando a la Oficina del Alto Comisionado de incumplimientos reiterados, demoras sistemáticas y falta de voluntad real para avanzar en negociaciones importantes como la de Ralito.

En un contexto de fuerte presión social —comunidades como las del Catatumbo han exigido respuestas directas ante restricción de movilidad y amenazas— la prolongada ausencia de Patiño debilita la visibilidad política de la estrategia de paz del Ejecutivo, mientras la violencia arrecia.