Desde la misma silla que usó su padre durante años para hacer “El toque Mactas” en TN, su hija, también periodista, le dedicó unas emotivas palabras
17:53 | Miércoles 16 de Julio de 2025 | La Rioja, Argentina | Fenix Multiplataforma
Sentada en la silla que durante años ocupó su padre para hacer “El Toque Mactas”, Mariana, su hija, despidió a Mario Mactas rodeada por quienes fueron sus compañeros de trabajo en TN. Desde ese lugar tan simbólico, Mariana habló con una mezcla de dolor y cariño genuino, usando palabras y anécdotas muy personales que mostraron la clase de vínculo que tenían y el efecto que Mactas tuvo en quienes lo querían.
Mariana contó lo mucho que significaba para ella descubrir, en medio del duelo, cuánta gente se sintió marcada afectivamente por su papá. “Abraza saber lo importante que fue en la vida de tanta gente, estos días. Nunca restó afecto. Era muy afectuoso, muy que cualquier cosa que hacías era como que te hubieran dado el Premio Nobel de Literatura”. En medio de la emoción, describió esos gestos únicos de su padre –las frases tiernas, los sobrenombres, los elogios que hacían sentir especial a cualquiera–: “Las cosas que nos decía, como ‘el día que vos naciste nacieron todas las flores’. Me llamaba ‘sol del mundo’”.
La hija de Mactas, que debió regresar de urgencia desde España ante la partida de su padre, también compartió su sorpresa por la despedida tan rápida y recordó la elegancia de su padre hasta en los momentos más difíciles: “Yo pensé que iba a estar un tiempo más, la verdad. Y era tan elegante y tan discreto. Nunca exigía nada. Y creo que hasta su manera de irse también fue de alguna manera elegante”.
Para Mariana, el “toque Mactas” quedará como una marca única. Relató cómo su padre siempre tuvo una mirada propia, sin preocuparse por encajar o agradar a todos: “Qué fantástico y qué preciso que es el toque Mactas. Si algo tenía era eso, un toque original, diferente. Una mirada de las cosas de la realidad, sin ningún tipo de corrección política. No le importaba. No pertenecía a ningún bando. No necesitaba que fueras de su bando para intercambiar, para dialogar y para quererte”. Mariana cerró diciendo que esa huella, ese modo de estar en el mundo, seguía vivo, tanto en el periodismo como en su familia.
Mario Mactas falleció a los 80 años el sábado 12 de julio, mientras permanecía internado en la Fundación Favaloro debido a una neumonía. Fue el fin de una extensa carrera periodística marcada por su sello inconfundible y su estilo propio, de palabras precisas y un reconocible sentido del humor. Su legado en radio, televisión y literatura quedó como una referencia para el periodismo argentino y sus allegados lo recordaron con un afecto genuino y palabras emotivas en televisión.
Mariana Mactas, que también es periodista, es la mayor de sus cuatro hijos. Curiosamente, el nombre de todos empieza con la letra “M”, como el del propio periodista: Mariana, Magdalena, Maia y Miguel. Fue Mariana, precisamente, quien reunió la historia de su padre y dirigió un celebrado documental llamado “Un tal Mario”, que se estrenó en el BAFICI y se proyectó en el Malba. En él se hace referencia a la capacidad de Mactas para transformar dificultades, como el exilio que sufrió durante la última dictadura militar y la censura, en oportunidades creativas. Aquel episodio, que surgió por sus notas en la revista Satiricón, lo obligaron a radicarse primero en Colombia y luego en España, desde donde regresó a la Argentina luego de once años de ausencia.
El periodista Guillermo Lobo, conductor del segmento de TN donde Mactas solía hacer sus columnas, para cerrar el homenaje, recordó dónde se encontraba sentada Mariana y señaló con afecto: “Es la silla de Mario. Estás vos, Mariana, y vamos a despedir, no a despedir, sino decirle hasta el próximo bloque a Mario con un aplauso así”. Así, entre palabras y aplausos, Mario Mactas recibió desde la pantalla el último reconocimiento de quienes lo acompañaron y aprendieron de él.