El aspirante por la alianza Unidad afirmó que se acerca el fin del dominio del Movimiento al Socialismo tras dos décadas, detalló su plan de gestión, y dijo que “lo más probable es que Evo Morales se vaya a refugiar a Cuba o a
13:20 | Domingo 27 de Julio de 2025 | La Rioja, Argentina | Fenix Multiplataforma
El próximo 17 de agosto Bolivia celebrará unas elecciones en medio de una creciente crisis económica, social y política, con altos índices de inflación, desabastecimiento de productos, episodios de violencia y una encarnizada disputa por el poder en el partido de gobierno, el Movimiento al Socialismo. Pese a este complejo contexto que atraviesa el país, Samuel Doria Medina, candidato de la alianza Unidad, asegura que los próximos comicios marcarán “el fin del ciclo” del MAS tras dos décadas en el poder.
“El MAS, que ha dominado el escenario político, está en una crisis que podríamos llamar terminal”, aseveró durante una entrevista con Infobae en el marco de su viaje a la Argentina para mantener encuentros con la comunidad boliviana en el país.
Las encuestas reflejan el desplome del oficialismo: el candidato del MAS, Eduardo del Castillo, apenas alcanza entre uno y dos por ciento de intención de voto. “Un diputado del MAS, hace tres semanas decía: ‘Tal vez tenemos que cambiar de candidato no para ganar sino para evitar perder la sigla’. Porque en Bolivia, si no se obtiene el tres por ciento de los votos, se pierde la sigla. Y el MAS está bajo ese riesgo”, explicó Doria Medina, quien encabeza los sondeos.
El empresario se mostró confiado de lograr la victoria en las elecciones y subrayó que su plan de Gobierno tiene como objetivo estabilizar al país en los primeros cien días de gestión. Para eso, el foco estará puesto en resolver el déficit fiscal, que el candidato atribuye principalmente a tres factores: las subvenciones a los combustibles, el gasto en empresas públicas ineficientes y el derroche en gastos de la política.
Ese ambicioso plan se llevará a cabo bajo el lema “100 días, carajo”, una consigna que, aunque muchos pensaban que se inspiraba en el presidente argentino Javier Milei, tiene raíces sociales e incluso se transformó en un símbolo de esperanza para muchos ciudadanos. Doria Medina recordó el grave accidente aéreo que sufrió en 2005 cuando era presidente de la Sociedad Boliviana de Cemento (Soboce) y el instante en el que soltó una frase -que luego se popularizó en el país- cuando se enfrentaba a la muerte: “Cuando se caía el avión y nos íbamos a estrellar, yo estaba viajando con el ejecutivo de la empresa cementera, y me di cuenta: ‘Si no sobrevivimos, no solamente va a afectar a nuestras familias, sino va a afectar a miles de familias’ (...) Con esa impotencia y al enfrentarme a la muerte, me salió muy adentro esta frase que yo dije ‘¡Carajo, no me puedo morir!’, que cuando se conoció se ha hecho muy conocida”.
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Doria Medina afirmó que el próximo 17 de agosto comenzará el "final de ciclo" del MAS en Bolivia (AP Foto/Natacha Pisarenko, Archivo)
La corrupción y la connivencia con el crimen organizado son otros de los flagelos que Doria Medina promete erradicar en caso de llegar a la presidencia. Al respecto, sostuvo que en las últimas dos décadas “los gobiernos de Bolivia han cohabitado con el narcotráfico”, y se refirió a los recientes casos del uruguayo Sebastián Marset y el líder del Primer Comando de la Capital (PCC), quienes permanecieron durante mucho tiempo en suelo boliviano. “Eso se va a acabar el primer día del próximo gobierno”, afirmó.
De cara a los comicios de agosto, el candidato de la alianza Unidad indicó que la diferencia de intención de voto entre la oposición y el oficialismo es tan amplia que resulta improbable un fraude. Sin embargo, el empresario desplegó una estructura de control electoral en todo el país, con especial énfasis en las zonas rurales, donde históricamente se han detectado irregularidades.
Consultado sobre los casos judiciales de la ex presidenta Jeanine Áñez y el gobernador de Santa Cruz, Luis Fernando Camacho, Doria Medina dijo que con el nuevo gobierno “se van a acabar los presos políticos”. Asimismo, también se refirió a la orden de aprehensión que pesa actualmente sobre el ex presidente Evo Morales: “Hay una orden de la justicia, que tendrá que cumplirse”.
Por último, subrayó que también se verá un giro importante en las relaciones exteriores del Gobierno. Comentó que el acuerdo de defensa con el régimen de Irán “no le ha traído ningún beneficio a Bolivia” y consideró que el país debe abandonar la excesiva “ideologización” de sus vínculos internacionales. En ese sentido, adelantó que buscará estrechar los vínculos con Estados Unidos, la Unión Europea, China, y los vecinos regionales, después de veinte años de “aislamiento”. Enfatizó, además, que no tiene interés en mantener los nexos con las dictaduras de Nicaragua, Venezuela y Cuba.
Samul Doria Medina, candidato a
Samul Doria Medina, candidato a presidente de Bolivia por la alianza Unidad, en diálogo con Infobae (Foto: Gaston Taylor)
-Me gustaría empezar hablando del contexto actual de Bolivia. El país llega a las próximas elecciones en medio de una crisis económica, social y política, con inflación, escasez de productos básicos, hechos de violencia como los recientes bloqueos y una feroz interna en el partido del gobierno, el MAS, entre Evo Morales y Luis Arce. ¿Qué análisis hace de la actualidad del país, y cuál es su mirada de lo que fue este gobierno de Arce?
-En Bolivia no solamente va a cambiar el presidente en los próximos meses, sino que va a terminar un ciclo que comenzó el año 2006 y que ha durado veinte años. Ese ciclo está llegando a su fin y se va a iniciar un nuevo ciclo con el cambio de gobierno en noviembre. Es muy importante tener en cuenta que el partido de gobierno, el MAS, que ha dominado el escenario político, está en una crisis que podríamos llamar terminal. A tal extremo que un diputado del MAS, hace tres semanas decía: “Tal vez tenemos que cambiar de candidato no para ganar sino para evitar perder la sigla”. Porque en Bolivia, si no se obtiene el tres por ciento de los votos, se pierde la sigla. Y el MAS está bajo ese riesgo. En este momento, las encuestas muestran que el candidato oficialista tendría uno por ciento y en las encuestas más generosas le dan dos por ciento. El actual presidente del Senado, Andrónico Rodríguez, que se pensaba que podía ser el candidato con más opciones y en algún momento aparecía como el primero en las encuestas, en este momento, justo después de haber anunciado su candidatura, ha tenido una caída muy importante y está en cuarto lugar en las encuestas. El partido oficialista está en serios problemas. Hay otra candidata que es la actual alcaldesa de la ciudad del Alto, Eva Copa, que yo creo que en este momento está meditando si se va a presentar o no, porque han hecho un partido nuevo que se llama Morena, y también en las encuestas está entre uno y dos por ciento. Entonces, hacer un partido nuevo con el esfuerzo que significa, para perder la sigla a los pocos meses, no tiene mucho sentido. En esta elección van a surgir nuevos actores políticos y se escucha en el Congreso que los propios militantes del MAS saben que no van a ser parte del próximo gobierno, y lo que aspiran es a tener un tercio de los parlamentarios para evitar un juicio de responsabilidades. El 17 de agosto en la noche, cuando se conozcan los resultados, se va a formalizar que el MAS ya es el pasado y va a haber un escenario muy distinto. Yo he viajado por todo Bolivia y hay realmente una profunda decepción acerca del MAS y hay mucha gente que dice que van a darle un voto castigo. Estoy hablando del área rural, porque la situación económica está realmente en una situación muy grave, tanto así que nos han hecho retroceder cuarenta años. Bolivia ha tenido una inflación de un solo dígito durante décadas, y era un ejemplo en Latinoamérica. Ahora que tengamos la inflación más alta del continente realmente hace que haya una profunda decepción de toda la gente que en su momento apoyó al MAS.
-El fin de semana pasado el presidente Arce llamó a la unidad de toda la izquierda, y Evo Morales rechazó esa posibilidad. ¿Cree que el ex presidente está forzando ese quiebre en el MAS, aunque se pueda perder la sigla, frente a su imposibilidad de presentarse como candidato?
-Yo todavía considero que puede ser que lleguen a un acuerdo; no a un acuerdo tal vez de unidad total, pero se habla mucho de que están todavía conversando entre Evo y Eva, y puede ser que muchos dirigentes de Evo aparezcan como candidatos a diputados o senadores con Eva Copa. Yo no descartaría ese escenario. Y también en política todo puede suceder. Puede ser que se unan a último momento, pero incluso si se unen, sus posibilidades no son de muy buen augurio.
--El lema de su campaña es “100 días ¡carajo!”. Muchos pensaron que se inspiraba en el lema de Javier Milei en Argentina, pero no es así. ¿Puede contar la historia detrás de ese lema? ¿Y cuál es su plan de Gobierno en caso de ganar las elecciones?
-Cuando el año pasado nosotros presentamos nuestro plan de gobierno, lo llamamos “Soluciones para Bolivia”, y dentro de ese plan estaba un plazo previsto de cien días, dando la señal de urgencia de que hay que tomar medidas rápido. Esa era la consideración de dar una señal de que había que poner plazos. Pero una vez que hacemos público el plan, mucha gente se nos acerca o nos escribe en las redes sociales y nos dice: “Estaba pensando en irme de Bolivia, estaba pensando migrar, pero cuando hemos escuchado de que se va a resolver en cien días, nos ha dado esperanza”. Entonces, ha sido la gente la que ha definido el nombre de nuestro plan, porque el tema de los cien días es algo que la gente identificó como una señal de esperanza. Y el “carajo” se le aumenta porque en algún momento sugieren en la campaña de que había que ponerlo para poder señalar la impotencia que tenía la gente, la molestia de la crisis económica. Originalmente yo dije no porque dije: “Nos van a decir que nos hemos copiado de Milei”. Pero alguien me hizo notar algo: yo he tenido un accidente de aviación el año 2005 y acuñé una frase que es muy conocida en Bolivia, porque yo conté que cuando se caía el avión y nos íbamos a estrellar, yo estaba viajando con el ejecutivo de la empresa cementera y dije: “Si no sobrevivimos, no solamente va a afectar a nuestras familias, sino va a afectar a miles de familias, porque si los principales ejecutivos de la empresa no sobrevivimos, va a tener un impacto muy grande”. Y ahí fue que con esa impotencia y al enfrentarme a la muerte, me salió muy de adentro esta frase que yo dije: “¡Carajo, no me puedo morir!”. Cuando se conoció en Bolivia se ha hecho viral, se ha hecho muy conocida. Entonces me hicieron notar que no se va a ver como Milei por esa razón. Entonces la acepté con esa aclaración y se ha vuelto sin lugar a dudas la frase más popular de esta campaña electoral.
-¿Y cuáles serán los ejes de su Gobierno en esos cien días?
-El problema económico de Bolivia es fundamentalmente un problema fiscal. Bolivia exportaba mucho gas a la Argentina, a Brasil… Hemos llegado a exportar seis mil millones de dólares anuales. Pero como el gobierno del MAS no destinó recursos a exploración y aumentar las reservas, se ha ido consumiendo ese gas y desde el momento en que empieza a bajar la exportación no corrigen los gastos, seguían gastando como cuando exportábamos seis mil millones, y desde el año 2015 que la economía boliviana tiene déficits importantes. Este año el déficit fiscal es superior al 10%. Eso, sin lugar a dudas, ha disparado la inflación, se ha consumido las reservas, el oro, los préstamos. No hay economía que aguante con un déficit de esa magnitud. Hay que corregir el déficit. Prácticamente la mitad de ese déficit son las subvenciones que se tiene a la nafta, a la gasolina y al diésel. En Bolivia cuesta veinticinco centavos de dólar un litro de gasolina o de diésel. Eso ya no beneficia a los bolivianos, sino que beneficia al contrabando, porque de acuerdo a las propias autoridades, más de un tercio de los combustibles salen de contrabando a los países vecinos. Inclusive los propios masistas se han acusado y han acusado que el mismo Arce está comprometido en ese tema. Ya no tiene sentido mantener esa subvención. Primero, porque no beneficia a los bolivianos. Segundo, porque hay una escasez tan fuerte y que hay que hacer fila días para poder cargar nafta. Entonces, una de las medidas que se ha vuelto imprescindible y que ya hay consenso de que hay que hacerlo, es eliminar esas subvenciones y poner un precio real. Con eso se resuelve la mitad del problema. La otra mitad tiene que ver con dos temas. Hay muchas empresas públicas que ha hecho el gobierno de Arce; ha gastado cuatro mil millones de dólares en hacer empresas sin estudios económicos. Han hecho barbaridades desde el gobierno de Evo Morales. Por ejemplo, han hecho un ingenio azucarero donde no hay caña de azúcar. Ese es un ejemplo, pero hay muchas empresas que han hecho sin ningún estudio, empresas ubicadas en el lugar equivocado y una buena parte del déficit se genera porque el Banco Central les tiene que prestar dinero hasta para que paguen solos. No queda otra que cerrar muchas de esas empresas. Y hay un tercer componente del déficit que hemos descubierto. Hay ochenta y dos millones para celebraciones y fiestas políticas. Y no estoy hablando de fiestas cívicas o la parada militar, sino celebraciones políticas. Y millones para autos nuevos, celulares, viajes. Hemos anunciado que en las primeras cien horas del gobierno vamos a cortar todo ese tipo de gastos. Una vez que se resuelva ese tema fiscal, que hay que hacerlo rápidamente, Bolivia va a retomar la capacidad de prestar recursos. Los exportadores, cuando vean que vuelve la normalidad, van a empezar a traer sus dólares y los propios bolivianos que ahorran debajo del colchón; se estima que en Bolivia hay como diez mil millones de dólares en el “colchón bank” que también empezarán a a entrar a la economía una vez que se retome la confianza.
Samuel Doria Medina comentó que buscará estabilizar la situación económica del país en los primeros cien días de Gobierno
-Recién explicaba cómo el contrabando se beneficia de esta situación. En América Latina una de las principales preocupaciones en los últimos tiempos es la expansión del crimen organizado y el narcotráfico. Usted también se refirió a las acusaciones cruzadas dentro del mismo MAS de vínculos con el narco. ¿Qué postura tiene ante esta situación, que también es foco de preocupación y tensión en la frontera con Argentina?
-Lastimosamente en estos últimos veinte años los gobiernos de Bolivia han cohabitado con el narcotráfico. Hay una serie de indicadores que muestran que los principales narcotraficantes del continente caminaban como en su casa en Bolivia. Se dio el caso del uruguayo Marset, que detectaron que estaba en Bolivia y que tenía un equipo de fútbol. En Bolivia no hay muchas personas que tengan un equipo de fútbol. Era muy visible. Y tenía varias identidades conferidas por el gobierno boliviano. Después se escapó. Hace un mes, la Policía Federal Brasileña ha detenido y se ha llevado al principal hombre del PCC, del Primer Comando de la Capital. Y me comentaba un periodista brasileño de que el nuevo jefe del PCC vive también en Santa Cruz y sale en fotografías en los mismos lugares que el anterior. Eso muestra esta cohabitación de la que hablo y obviamente eso se va a acabar el primer día del próximo gobierno. Vamos a coordinar con las policías de todos los países, especialmente la Policía Federal brasileña, porque gran parte del narcotráfico, de la producción de cocaína de Bolivia, sale a través del Brasil y de Brasil a Europa.
-En el comienzo de la entrevista se refirió al fin del ciclo del MAS después de dos décadas. Hemos visto una campaña bastante particular, tensa, con hechos de violencia; en los últimos días se conoció una campaña de desinformación contra usted y contra Jorge Quiroga. ¿Confía en que haya transparencia el día de las elecciones o teme que pueda haber un intento de fraude?
-Es tan grande la brecha que hay de los candidatos de oposición que tienen alrededor de un 70% de la preferencia electoral. Y todos los candidatos vinculados al MAS, en el mejor de los escenarios, juntos, revueltos, separados, nunca obtendrían más de un 30%. Entonces, es muy difícil pensar que pueda haber un fraude. Ahora, como yo soy empresario y no improviso, hace cuatro meses que hemos organizado ya un control electoral. Tenemos oficinas en toda Bolivia, con su propio personal, su propio presupuesto para llevar adelante un control electoral. Además ya se ha identificado dónde son los lugares donde hacen fraude. Obviamente no hacen fraude en las ciudades, el fraude se da en el área rural y ahí es donde vamos a poner más énfasis en el control. Entonces, sí, tenemos confianza con el tribunal electoral, pero en estos casos siempre es bueno la confianza verificable.
-El ex presidente Evo Morales tiene una orden de aprehensión. Sin embargo, sigue libre. ¿Por qué cree que está en libertad todavía?
-Porque están todavía en el gobierno muchas personas que han gobernado con Morales, y hay una vara diferente en la aplicación de la ley. A la ex presidenta Jeanine Áñez o al gobernador de Santa Cruz los han secuestrado prácticamente. No había orden judicial, no se habían cumplido los requisitos que establecía la ley, y han sido muy eficientes en esas detenciones. Pero con Evo Morales dicen que no, que podría haber violencia y que no quieren hacerlo.
Doria Medina sostuvo que Evo Morales debería rendir cuentas ante la Justicia
-¿Si usted llega a la presidencia qué haría con estos casos: tanto los de Áñez y Camacho, como con el de Evo Morales?
-Una de las primeras leyes que se aprobará en el nuevo Congreso va a ser la anulación de esos procesos [los de Áñez y Camacho], porque hay una figura legal que es la causa viciada. De acuerdo a los abogados constitucionalistas, hay causas viciadas por el hecho de que a la ex presidenta deberían haberla juzgado en un caso de corte, un juicio político, y la han acusado en la justicia ordinaria. Y al gobernador de Santa Cruz no hay una causa clara de la que lo puedan acusar. Entonces, con el nuevo gobierno se van a acabar los presos políticos y se va a acabar, además, esta idea de usar la justicia como un mecanismo de represión contra los opositores. Nosotros no vamos a detener a nadie porque piense diferente, como ha sucedido hasta el momento. Y en el caso del ex presidente Morales, hay una orden de la justicia que tendrá que cumplirse. Yo ya he mencionado que seguramente cuando Morales vea los resultados de las elecciones, lo más probable es que se vaya a refugiar a Irán o a Cuba o a Nicaragua antes de que cambie el gobierno.
-Mucho se especula con una posible campaña de desestabilización promovida por el ex presidente y sus sectores afines, independientemente de quién sea el ganador de las elecciones…
-Si uno hace un análisis dinámico, claramente el Evo Morales del 2025 no es el Evo Morales del 2005. Hay una gran diferencia. No hay que olvidarse que Evo Morales, hace unos meses, anunció que iba a hacer una marcha desde varios lugares del país y llegar a La Paz. Y él anunció que iban a llegar millones de personas; llegaron dos mil personas y se fueron a sus lugares de origen muy rápidamente porque fracasó su marcha. Después convocó a un bloqueo que tampoco tuvo éxito. Tuvo que levantar el bloqueo y se conoció de manera pública que el problema es que pagaban a las personas para que bloqueen y los bloqueadores exigían que le subieran la remuneración. Ante el fracaso también del bloqueo, se declaró en huelga de hambre y tampoco tuvo respaldo y a los tres días tuvo que suspender esa huelga de hambre. Después ha intentado otra vez un bloqueo y ese bloqueo se ha tornado violento porque han matado a cuatro policías y ha habido un rechazo total de los bolivianos. Cuando se usa la violencia, se mata policías con francotiradores, es el momento en que yo diría más del 90% de los bolivianos dan una señal muy clara de que queremos salir de la crisis y del massismo de manera pacífica, democrática, a través del voto. Después del 17 de agosto, Evo Morales va a quedar en evidencia aún más en su debilidad.
-¿Qué fue Evo Morales para Bolivia?
-Fue una persona que perdió una gran oportunidad. Bolivia nunca ha recibido tantos recursos en toda su historia. Lo que ha recibido en estos veinte años es más de lo que Bolivia ha recibido en los ciento ochenta años anteriores. Ha recibido sesenta mil millones de dólares solo en exportaciones de gas. Si se le suman los préstamos y demás, llega cerca de cien mil millones de dólares. Se equivocó Evo Morales porque adoptó un modelo basado todo en el Estado. Dijo que el Estado iba a hacer empresas públicas, iba a captar el excedente del gas, iba a generar inversión, trabajo. Y lastimosamente, el modelo del estatismo ha fracasado en todas partes. Entonces, se ha perdido una gran oportunidad. Yo reconozco que se ha avanzado en materia de inclusión en el gobierno de Evo Morales, pero lastimosamente en materia económica nos ha hecho retroceder cuarenta años.
Doria Medina descartó mantener los
Doria Medina descartó mantener los estrechos vínculos de Bolivia con las dictaduras de Venezuela, Cuba y Nicaragua (REUTERS/Norlys Perez)
-Cuando mencionó un posible exilio de Evo Morales, mencionó a Irán. En los últimos años generó mucha preocupación un acuerdo de defensa entre Bolivia e Irán, sobre todo por sus conocidos vínculos con grupos terroristas como Hezbollah, que tiene una fuerte presencia en la región como en la Triple Frontera. ¿Qué hará usted con este acuerdo y cuál será su postura ante el régimen iraní?
-Esa relación no le ha traído ningún beneficio a Bolivia. Bolivia no tiene ninguna relación económica con Irán y lastimosamente las relaciones internacionales de Bolivia han estado marcadas por una excesiva ideologización. Se ha aislado a Bolivia en estos últimos veinte años, se han roto relaciones prácticamente a nivel de embajadores con Estados Unidos. Se ha disminuido mucho la relación con la Unión Europea, e inclusive con nuestros vecinos. Está claro que Bolivia tiene que salir de esa situación de aislamiento y elegir bien con quiénes anda. Irán y ese convenio no tiene ningún sentido; y tampoco nos interesa relacionarnos con Nicaragua, Venezuela... Está claro que va a haber un cambio importante de las relaciones, fundamentalmente con nuestros vecinos, pero después vamos a tener relaciones con China, con Estados Unidos, con los europeos, con todos los países, salvo esas dictaduras…
-¿Qué opina de esos regímenes latinoamericanos que acaba de mencionar?
-Son gobiernos autoritarios que claramente no respetan la democracia. Hemos tenido el último evento en Venezuela, donde se ha visto claramente que ha habido un fraude monumental. Son países que no son buena compañía.
-Para terminar, entre esos países vecinos que se refiere se encuentra Argentina. A principio de año generó un poco de tensión y malestar el anuncio de una posible construcción de un alambre en la frontera. ¿Qué posición tiene al respecto y qué relación intentará tener con el actual gobierno de Milei?
-Hay una larga relación entre Bolivia y Argentina. Hay un millón de bolivianos que han migrado a la Argentina hace muchos años. Son un componente muy importante en la provisión de ciertos alimentos, especialmente vegetales, verduras. Los bolivianos tienen un rol muy importante. Y también en el sector de la construcción. Desde luego que esperamos cambiar los muros de alambre por puentes. Por puentes de mayor relación. Está claro que la relación económica se ha entorpecido porque los precios en la Argentina han subido y en Bolivia están completamente atrasados. Entonces, ha cambiado el flujo del comercio. Antes se compraban muchos productos argentinos para Bolivia y ahora los argentinos van a comprar al supermercado en las ciudades fronterizas. Eso es un fenómeno cíclico que ha pasado varias veces, pero esperamos mejorar las relaciones con el gobierno argentino y con el brasilero, que son nuestros socios comerciales más importantes.