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San Martín: cómo llegaron los restos del Libertador a la Argentina

La repatriación de los restos de San Martín en 1880 se dio en un clima político clave y fue cubierta con solemnidad por la prensa, dejando huella en la historia nacional.

Domingo 17 de Agosto de 2025

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12:16 | Domingo 17 de Agosto de 2025 | La Rioja, Argentina | Fenix Multiplataforma

La repatriación restos de San Martín, esperada desde su fallecimiento en 1850, se concretó en mayo de 1880. En un contexto político de recuperación simbólica, la prensa reflejó con solemnidad y entusiasmo su llegada y traslado, mientras brotaba la leyenda de los siete granaderos fieles como símbolo de lealtad al Libertador.
 
En 1850, don José Francisco de San Martín falleció en Boulogne-sur-Mer, Francia, y sus restos fueron custodiados allí hasta 1861, cuando se depositaron en la bóveda familiar González Balcarce. En 1864, el Congreso sancionó una ley autorizando los gastos para traer sus restos a la República Argentina.
 
El 5 de abril de 1877, el presidente Nicolás Avellaneda impulsó activamente la repatriación, destacando que “las cenizas del primero de los argentinos… no deben permanecer por más tiempo fuera de la patria”. En abril de 1880, el transporte naval Villarino realizó su viaje inaugural al puerto de Le Havre, donde el 21 de abril se embarcaron oficialmente los restos del Libertador.
 
El 28 de mayo de 1880, la repatriación restos de San Martín se concretó al arribar el vapor Villarino al puerto de Buenos Aires. Se organizó un cortejo fúnebre emblemático y allí estuvieron presentes el presidente Nicolás Avellaneda, los expresidentes Sarmiento y Mitre, periodistas, estudiantes y agrupaciones cívicas.
 
La leyenda de los siete granaderos de San Martín
La leyenda de los siete granaderos sostiene que, al arribar los restos de San Martín, aparecieron espontáneamente siete viejos granaderos —vestidos con uniformes desgastados— que escoltaron el cortejo hasta la Catedral Metropolitana y montaron guardia durante la noche.
 
Según cuenta la leyenda, sin haber sido convocados, se mantuvieron en silencio, sin aspavientos, custodiando el mausoleo hasta la mañana siguiente, para luego retirarse con la misma discreción con que habían llegado.
 
El presidente Javier Milei junto a granaderos.
El presidente Javier Milei junto a granaderos.
 
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Sin embargo, no hay evidencia periodística contemporánea que corrobore ese episodio: las crónicas revisadas no lo detallan, por lo que se trata de una historia que combina mito y simbolismo, sin sustento documental contundente.
 
Legado simbólico y continuidades históricas
Para honrar ese legado simbólico, en 1903 el presidente Julio Argentino Roca recreó el Regimiento de Granaderos a Caballo General San Martín, y en 1907 José Figueroa Alcorta los designó Escolta Presidencial.
 
Desde entonces, cada mañana se observa un grupo de siete granaderos marchar desde la Casa Rosada hacia la Catedral Metropolitana, donde dos montan la guardia junto al mausoleo de San Martín, y cada dos horas se realiza un relevo hasta el final del día.
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