En el centenario de su natalicio, el historiador Roberto Rojo recordó la figura de Félix Luna, uno de los grandes difusores de la historia argentina del siglo XX. Con raíces riojanas, Luna dejó un legado académico, editorial y musical.
16:26 | Jueves 02 de Octubre de 2025 | La Rioja, Argentina | Fenix Multiplataforma
El profesor Rojo destacó que el historiador nació en Buenos Aires, pero con un fuerte origen familiar en La Rioja: “El abuelo de Luna fundó la Unión Cívica Radical en la provincia y un tío abuelo suyo, Pelagio Luna, fue vicepresidente de la Nación”. Ese lazo identitario, explicó, acompañó siempre su mirada sobre el país.
Durante los años 60 y 70, Luna se consolidó como referente intelectual con la creación de la revista Todo es Historia, una publicación que supo abrir un espacio de debate y memoria en tiempos en que la política estaba restringida. “Cuando Onganía prohibió la actividad partidaria, él se preguntó qué era lo más parecido a la política, y encontró la respuesta en la historia”, recordó Rojo.
Además de su faceta de investigador, Luna cultivó una pasión que sorprendió incluso a sus colegas: la música. Fue autor de obras emblemáticas como Zamba de Usted —dedicada a su esposa riojana, “La Negrita de la Fuente”— y coautor de Alfonsina y el Mar, junto al compositor Ariel Ramírez. “Yo conocía su costado de historiador, pero ignoraba completamente su talento como letrista hasta que lo escuché recitar en una reunión”, relató Rojo.
El recuerdo también incluyó anécdotas personales. El profesor mostró fotografías de congresos en los que compartió con Luna en las décadas del 80 y 90, así como ejemplares de sus libros. Entre ellos, obsequió a la audiencia una edición de Breve historia de los argentinos (1995), obra que —según señaló— sigue siendo una clave para entender los desafíos de la nación.
Consultado sobre las diferencias entre Luna y Felipe Pigna, otro de los divulgadores históricos más conocidos, Rojo fue claro: “Pigna tomó el rol de difusión que Luna tenía en su tiempo, pero no lo veo con el mismo peso intelectual. Luna tenía una mirada más comprometida y profunda; en cambio, lo de Pigna responde mucho al marketing editorial”.
Finalmente, Rojo resaltó que tanto Luna como otros historiadores de su generación ayudaron a instalar la historia en el debate público. “Después de la crisis del 2001, los argentinos volvimos a la historia para buscar respuestas. Ahí resurgió el interés por figuras como Luna, que nos contaron quiénes somos como pueblo”.