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Donald Trump proyecta un legado arquitectónico en la Casa Blanca con un salón de baile de lujo

El presidente estadounidense impulsa la construcción de un salón de baile de 200 millones de dólares en la Casa Blanca. Inspirado en Mar-a-Lago, el proyecto busca consolidar su visión del poder con una obra monumental.

Viernes 01 de Agosto de 2025

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12:36 | Viernes 01 de Agosto de 2025 | La Rioja, Argentina | Fenix Multiplataforma

Donald Trump avanza con una ambiciosa reforma en la Casa Blanca que promete dejar una huella perdurable en la historia presidencial de Estados Unidos. Su administración anunció la construcción de un imponente salón de baile, valuado en 200 millones de dólares, financiado por el propio mandatario y un grupo de donantes privados aún no identificados. La obra comenzará en septiembre y se espera que esté finalizada antes del término de su segundo mandato.

El nuevo edificio, de diseño clásico y fachada blanca con columnas, estará ubicado en el actual Ala Este, tradicional sede de las oficinas de la primera dama. Tendrá capacidad para 650 personas sentadas, triplicando el espacio del actual Salón Este, y resolverá una deuda arquitectónica histórica: la falta de un espacio permanente y elegante para recepciones de alto nivel en el corazón del poder estadounidense.

El diseño estará a cargo del estudio McCrery Architects, mientras que la construcción y la ingeniería serán responsabilidad de Clark Construction y AECOM, respectivamente. Trump se involucró personalmente en el proyecto, inspirándose en su lujosa residencia de Mar-a-Lago, en Florida, y supervisando detalles junto al Servicio de Parques Nacionales, el Servicio Secreto y la Oficina Militar.

La portavoz Karoline Leavitt destacó que “durante 150 años, presidentes, administraciones y personal de la Casa Blanca han anhelado una gran sala de recepciones”. Por su parte, el arquitecto Jim McCrery calificó la obra como “una adición exquisita y muy necesaria”, mientras que Susie Wiles, jefa de Gabinete de Trump, afirmó que “el presidente es un constructor de corazón, con un ojo extraordinario para los detalles”.

Este proyecto se suma a otras intervenciones impulsadas por Trump en la residencia presidencial, como la pavimentación del césped de la histórica rosaleda, la incorporación de detalles dorados en el Salón Oval y la instalación de dos banderas gigantes de Estados Unidos en los jardines. Con esta nueva obra, el expresidente busca consolidar un legado físico que refleje su estilo personal y su concepción del poder, marcada por la ostentación y el simbolismo.

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