En diálogo con Fénix, el economista analizó la decisión del presidente Javier Milei de no vetar el Presupuesto Nacional y advirtió que el ajuste se realizará mediante subejecución, reasignación y licuación de partidas.
17:06 | Lunes 22 de Diciembre de 2025 | La Rioja, Argentina | Fenix Multiplataforma
En diálogo con Fénix, el economista Pablo Das Neves brindó un análisis detallado sobre la definición del Gobierno nacional de no vetar el Presupuesto aprobado por el Congreso, pese a las tensiones políticas que generó el tratamiento de partidas sensibles como universidades y prestaciones por discapacidad.
Según explicó Das Neves, la decisión del presidente Javier Milei responde principalmente a una estrategia política. “Desde una mirada política, el presidente lo que hace es no comprarse una derrota”, señaló, al tiempo que remarcó que el presupuesto aprobado no es exactamente el mismo que envió el Ejecutivo, ya que se excluyó un capítulo clave que contemplaba el financiamiento universitario y las prestaciones por discapacidad.
El economista precisó que estos dos puntos representaban aproximadamente un 1,4% del Producto Bruto Interno, una cifra casi equivalente al superávit que el Gobierno proyecta para el próximo año. “Claramente, esos fondos se comían prácticamente todo el superávit que el Gobierno quiere mostrar como ancla de su programa económico”, sostuvo.
En ese sentido, Das Neves consideró que un veto presidencial hubiera significado una derrota política mayor. “Hubiera sido mostrar que termina vetando su propio presupuesto”, indicó. Sin embargo, advirtió que el Ejecutivo ya anticipó que utilizará herramientas propias de la ejecución presupuestaria para sostener el objetivo de déficit cero.
Entre esas herramientas, mencionó la subejecución, la reasignación y la licuación de partidas, mecanismos que, si bien son legales, generan incertidumbre. “No sabemos qué partidas se van a subejecutar o licuar, y eso no es una buena noticia ni para las provincias ni para el interior del país”, afirmó.
Das Neves explicó que una de las áreas más vulnerables a estos recortes es la obra pública, por ser administrativamente más sencilla de ajustar. “La obra pública tiene un impacto directo en el territorio nacional, y es muy probable que sea la principal víctima del lápiz de la reasignación”, alertó.
Asimismo, detalló cómo el Gobierno puede utilizar supuestos macroeconómicos optimistas para licuar gastos. “Si se subestima la inflación o el crecimiento, las partidas pierden valor real cuando se demoran las transferencias”, explicó, y ejemplificó que fondos que deberían enviarse en enero pueden terminar llegando meses después, con una fuerte pérdida de poder adquisitivo.
Finalmente, el economista consideró que el Gobierno apuesta al desgaste social. “Cuando intentó avanzar contra el financiamiento universitario y las prestaciones de discapacidad, hubo protestas y cayó la imagen del Gobierno. Ahora parece estar jugando a demorar y licuar recursos para evitar un conflicto directo”, concluyó Das Neves, anticipando que esta dinámica marcará gran parte del año 2026.