Ayer, la Cámara de Diputados se reunió para tratar la renuncia del diputado Nicolás Díaz, representante de Famatina. El punto destacable es que la diferencia entre aceptar la renuncia y destituirlo es abismal.
06:37 | Jueves 06 de Febrero de 2025 | La Rioja, Argentina | Fenix Multiplataforma
Esta situación se originó tras un altercado de orden público en el cual el diputado se vio involucrado en un enfrentamiento con el comisario Ricarsdo Paez, jefe de policía del departamento.
El jefe de policía fue detenido de inmediato, mientras que el diputado no enfrentó la misma suerte. Luego de la denuncia del jefe de policía de Famatina, fue la misma fuerza quien había presionado para que se tomaran rápidas medidas contra el diputado, ya que no es la primera vez que Díaz es protagonista de una pelea, puesto que en octubre de 2024 pasó algo similar en un boliche del pueblo (dicen que a Díaz en el pueblo le dicen mecha corta).
Cabe recordar que la fuerza policial ha sido protagonista de una serie de controversias que han salpicado a la institución en estos tiempos recientes, en donde miembros de la fuerza han estado involucrados en hechos delictivos, incluyendo allanamientos y casos de drogas.
Sin embargo, lo que más llamó la atención y sorprendió fue escuchar a los diputados del oficialismo, en particular al diputado Cristian Pérez, quien hizo un llamado responsabilizando a los medios de comunicación por "sembrar odio". Pérez argumentó que no debería existir una conexión entre la vida privada de los individuos y sus funciones públicas. Sin embargo, es importante recordarle al diputado oficialista que se espera un comportamiento decoroso de los diputados tanto dentro como fuera de la Cámara, el cual debe mantenerse en todos los ámbitos; esto está dentro de la responsabilidad que debe cumplir un diputado.
Cabe mencionar que un diputado ha sido destituido anteriormente por orinar en la vía pública, tal es el caso del legendario Raúl Picudo Carrizo. Pero el hecho está más que claro: el diputado Díaz protagonizó un altercado con un oficial de policía. No se ha discutido el motivo de la confrontación, y es lamentable que el diputado Pérez eluda la responsabilidad del incidente al intentar desviar la atención responsabilizando a terceros, menos a su colega. Es fundamental reconocer que este tipo de situaciones impacta negativamente la percepción pública de la política, y es preocupante que se minimice un episodio de violencia que involucra a un representante elegido por el pueblo.
La diferencia entre aceptar la renuncia y destituirlo es abismal.
RENUNCIA: al aceptarla, la Cámara no recibe ninguna sanción por parte de esta.
DESTITUCIÓN: la Cámara lo debe enjuiciar y ahí podría quedar inhabilitado para ejercer cargos públicos a futuro.
En fin, la agenda de los diputados no es la agenda del pueblo; alguien debería mandarles una brújula.
