20:50 | Domingo 11 de Mayo de 2025 | La Rioja, Argentina | Fenix Multiplataforma
Festeja La Paternal. El barrio se ilusiona. Y cómo no va entusiasmarse. Si el equipo de Nicolás Diez es un canto a la esperanza y sigue en carrera al título después de haber sido el mejor de de la fase regular y de ratificarlo al vencer a Instituto por 3 a 1 y clasificarse a los cuartos de final, en los que recibirá a San Lorenzo.
Argentinos tuvo la pelota la mayor parte del tiempo pero le costó mucho crear situaciones de gol. A tal punto que se fue al descanso prácticamente sin haber pateado al arco. Es que, a diferencia de otros partidos, el juego del equipo de Nicolás Diez no fluyó.
Tuvo paciencia Argentinos durante la primera parte para buscar espacios. Buscó ser prolijo, abriendo a los centrales y dejando por momentos como último hombre a Fattori que retrocedía y era la salida. Generalmente lo hacía por abajo y cuando no se podía apelaba a algún cambio de frente. Pero de mitad de cancha hacia adelante, la ruta se cortaba.
Instituto estaba diseñado para destruir y poner todo tipo de obstáculos, incluso si tenía que hacer tiempo y estirar cada acción lo más posible lo hacía. Con un equipo parado de manera íntegra detrás de la línea de la pelota en todo momento, el conjunto de Oldrá complicó al local, que con el correr de los minutos empezó a ponerse nervioso.
Tan así fue que, al comienzo del segundo tiempo el que encontraba más espacios para atacar era la visita. Es que Argentinos se nubló y empezó a jugar con la desesperación del que se sabe superior pero no puede demostrarlo en la cancha.
Instituto armó una muralla en La Paternal. Y fue muy disciplinado para la marca y la presión. Incluso tampoco lo podían vulnerar de pelota parada. Hubo un gran desgaste de sus mediocampistas para no dejar que Argentinos hilvane su circuito de fútbol. Y casi golpea con un remate que sacó el Ruso Rodríguez.
Esa atajada del arquero de Argentinos fue clave. Porque en su peor momento pasó de casi pasar a perder a ir ganando. Y lo hizo con su idea de siempre, de jugar por abajo. Después de varios pases, y un error rival, el cerrojo se abrió. Molina encontró la llave después de pelear la pelota, controlarla, enganchar dos veces y sacar un zurdazo rasante que se metió en la “ratonera” de Roffo.
El alivio llegó al Diego Maradona desde el pie zurdo del goleador de Argentinos. El Bicho se relajó y ahora sí empezó a jugar como sabe. En la siguiente jugada de ataque llegó el segundo. Desbordó y tiró el centro Lescano, tras un buen pase de Sosa, y Herrera cabeceó.
Parecía historia liquidada. Pero Instituto se metió rápido en el partido de nuevo con un cabezazo de Requena cuando los hinchas de Argentinos ya saboreaban la victoria. Pasaron de cantar “ole”, a un silencio con las gargantas anudadas.
Los últimos minutos se vivieron con sufrimiento. Porque otro gol de Instituto llevaba la definición a los penales y cualquier cosa podía pasar. Pero el Bicho se defendió bien y sobre el final, de contra, sentenció el encuentro con un gol de Sosa que volvió al gol en la Argentina luego de 15 años. Y La Paternal deliró.