Sigue en Salta el juicio por Generación Zoe: todos apuntan a Cositorto

09:40 | Jueves 19 de Junio de 2025 | La Rioja, Argentina | Fenix Multiplataforma

La megacausa por estafas vinculadas a Generación Zoe continúa desarrollándose en los tribunales de Salta, y este lunes tuvo ayer una jornada clave con la declaración indagatoria del imputado Ricardo Vilardel, quien por primera vez dio su versión de los hechos ante los jueces de la Sala I del Tribunal de Juicio.

El proceso penal, uno de los más importantes en la provincia por el volumen de víctimas y el impacto social, tiene como principal acusado a Nelson Leonardo Cositorto, creador de Generación Zoe, una organización que se presentaba como un holding educativo y financiero, y que operó con fuerza en Salta durante los años previos a su colapso en 2022. Junto a él están imputadas cuatro personas que integraron el equipo local de la sucursal: entre ellos, Ricardo Vilardel y su familia.

Todos enfrentan cargos por estafas reiteradas –en 118 hechos identificados hasta ahora– y asociación ilícita, en concurso real.

Según lo publicado por El Tribuno de Salta, Vilardel optó por declarar sin aceptar preguntas de la fiscalía ni de las defensas. En un extenso testimonio, negó haber tomado decisiones dentro de la estructura de Zoe y dijo haber sido víctima de "difamaciones y malinterpretaciones".

"Soy totalmente inocente, al igual que mi familia", sostuvo ante el tribunal, y remarcó que el daño económico sufrido por los denunciantes no fue responsabilidad suya. Explicó que los productos ofrecidos por Zoe –como la criptomoneda Zoe Cash, los robots financieros y los programas de inversión– ya estaban diseñados por la compañía y que él nunca tuvo injerencia en esas decisiones. "Solo cumplía órdenes de Cositorto", afirmó. "El sistema de Zoe funcionaba. La plataforma era real y estaba activa. Lo nuestro era una oficina de atención y acompañamiento", enfatizó.

Vilardel se describió como un empleado que actuaba como soporte en la oficina de Salta, sin formación financiera ni participación en los niveles jerárquicos de decisión. "Nunca fui experto en finanzas. Como a muchos, me invitaron a participar de una empresa donde supuestamente podías capacitarte y ganar dinero", explicó.

En su relato, el acusado reconstruyó su relación con Generación Zoe, que comenzó en 2017, cuando asistió a una capacitación de coaching brindada por Cositorto en Salta. En ese momento, dijo, atravesaba una crisis personal vinculada a problemas de salud mental. "Sufría ataques de pánico, y el coaching me ayudó. Por eso decidí seguir formándome".

Obtuvo su certificación como coach a fines de 2018. Al año siguiente, le ofrecieron vender becas educativas a cambio de una comisión de 50 dólares por cada una. "Accedí a una beca por 100 dólares y me pareció conveniente revenderlas. Así empecé a vincularme con la firma", explicó.

Durante la pandemia, puso una dietética junto a su esposa, pero continuó participando de Zoe a través de los grupos de WhatsApp. Según contó, en esos espacios se difundían las novedades del holding, que empezaba a expandirse con nuevos productos como criptomonedas, inversiones inmobiliarias y franquicias educativas. "Se notaba que la empresa crecía. Todo hacía suponer que se trataba de un holding legal y sólido", aseguró.

Dijo que vendió una camioneta

En 2021, convencido del potencial de Zoe, Vilardel vendió su camioneta para convertirse en inversor. "Ofrecían una rentabilidad del 7.5% mensual, mostraban respaldo en inmuebles, nuevas unidades de negocio, todo parecía funcionar", detalló. Y fue más allá: dijo que, ante la alta demanda de clientes, su esposa y su hermana también comenzaron a colaborar en la oficina, siempre como soporte y con la autorización de Cositorto.

"Siempre respondí los mensajes, no me escondí"

Vilardel sostuvo que fue el propio Cositorto quien ordenó cerrar temporalmente la oficina de Salta, aunque las operaciones siguieron de forma virtual. Aseguró que el 7 de marzo reabrieron la sede y que él se mantuvo en contacto con los inversores, incluso en medio del escándalo judicial que estalló en Córdoba y luego se replicó en otras provincias.

"Siempre respondí los mensajes de los damnificados. Nunca me escondí", afirmó.

La audiencia también contó con el testimonio de otro grupo de víctimas, quienes, al igual que en las jornadas anteriores, relataron cómo realizaron las inversiones y luego dejaron de recibir respuestas cuando comenzaron los conflictos legales de la firma.

Algunos de los damnificados mencionaron que confiaron en los referentes salteños porque los conocían o porque "hablaban con convicción", aunque la mayoría reconoció que no comprendían del todo el funcionamiento del sistema ni las supuestas inversiones. La ruptura del contacto y la falta de devoluciones de dinero fueron los puntos comunes en sus relatos.

El proceso se desarrolla ante los jueces Martín Pérez (presidente), Javier Aranibar y Leonardo Feans, integrantes de la Sala I del Tribunal de Juicio. La fiscalía está representada por Ana Inés Salinas Odorisio, titular de la Unidad de Delitos Económicos Complejos (UDEC), quien lleva adelante la acusación en representación de decenas de damnificados.