En diálogo con Fénix, el padre Juan Ramón Cabrera, rector del Santuario de la Virgen del Valle, detalló cómo se desarrolla la agenda religiosa, el movimiento de peregrinos y el espíritu solidario que atraviesa las celebraciones en Catamarca.
17:10 | Viernes 05 de Diciembre de 2025 | La Rioja, Argentina | Fenix Multiplataforma
En diálogo con Fénix, el padre Juan Ramón Cabrera, rector del Santuario de la Virgen del Valle, describió el clima espiritual y organizativo que vive Catamarca en la antesala de las celebraciones del 8 de diciembre. Entre el intenso movimiento de peregrinos y una comunidad movilizada para acompañarlos, la provincia se prepara para recibir a miles de devotos.
Consultado sobre las altas temperaturas, Cabrera comentó con humor que el calor se siente distinto al de La Rioja, aunque la humedad lo vuelve más agobiante. Sin embargo, destacó que el clima jamás es un impedimento para quienes llegan con promesas, agradecimientos o búsquedas profundas: “Los peregrinos traen dolores del cuerpo, pero sobre todo del alma. La Virgencita los convoca para llevarlos al encuentro con Jesucristo, que es la única esperanza para la humanidad”.
El rector detalló la agenda litúrgica que se mantiene durante estos días: misas a las 7, 9 y 11 de la mañana; y por la tarde, celebraciones a las 19, novena a las 20 y una última misa a las 21 presidida por el obispo Luis Urbanc. Además, destacó que todas las transmisiones pueden seguirse por las plataformas del Obispado.
Para el lunes 8 de diciembre, la jornada central comenzará a las 18, cuando la imagen salga del Santuario hacia la plaza del Maestro. Allí se iniciará el paso de delegaciones y peregrinos que se inscribieron previamente. Cabrera recomendó que quienes aún no lo hicieron se comuniquen con la Secretaría del Santuario. El cierre se realizará nuevamente en la Catedral, con mensaje final del obispo, bendición y una última misa para quienes no hayan podido asistir antes.
Las celebraciones también incluyen actividades culturales: la Noche de los Milagros, muestras corales, y una velada folclórica dedicada a la Virgen. Todo forma parte del trabajo conjunto del equipo de Fe y Cultura.
El sacerdote subrayó la enorme solidaridad del pueblo catamarqueño, que aportó alimentos, agua y asistencia para los caminantes. A lo largo de la Ruta 38, familias enteras instalaron puestos para ofrecer desde frutas hasta arroz con leche: “Eso habla de fe, de esperanza, de caridad. Me llena el alma ver una Argentina que sí se puede levantar”.
En cuanto al flujo de devotos, Cabrera explicó que ya ingresaron más de 15.000 peregrinos desde el fin de semana largo del 20 de noviembre, y que continúan llegando grupos en bicicleta, moto y a pie desde Tucumán y Santiago del Estero. Si bien evitó estimar cuántos asistirán el día central, aseguró que se percibe una concurrencia masiva en cada misa, confesión y momento de oración.
Finalmente, el rector recordó que el verdadero sentido de la fiesta no es turístico sino espiritual: “Si vengo solo como turista, este santuario no serviría. El corazón de la fiesta es el encuentro con Dios, y la Virgen nos trae hasta aquí para guiarnos hacia Él”.